Hay indignación en Colombia y en varios países del mundo por la posesión del dictador Nicolás Maduro en Venezuela, que hizo caso omiso a los reclamos por un presunto fraude electoral que evidencia que el verdadero ganador de las elecciones presidenciales es el opositor Edmundo González. En consecuencia, el expresidente Álvaro Uribe instó a la comunidad internacional a interferir en la crisis; pidió acciones militares.
“A Diosdado Cabello (ministro del Interior de Venezuela), que anoche decía con mucha burla que acá venía Uribe a reunirse con paramilitares, que ese timador sepa que nosotros queremos es una intervención militar con el ejército de Venezuela para que Venezuela sea libre”, afirmó el ex jefe de Estado desde Cúcuta.
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El presidente Gustavo Petro rechazó la propuesta del exmandatario de Colombia, haciendo referencia a la religión católica, específicamente, a la historia de Caín y Abel. “Dejen de pensar en muerte de hermanos. ¿No se leyeron en la Biblia la historia de Caín?”, afirmó en su cuenta de X.
Sin embargo, sus palabras no cayeron bien en los políticos opositores. La periodista Vicky Dávila, que busca llegar a la Presidencia en 2026, contradijo al jefe de Estado, asegurando que el dictador Maduro merece hacerse responsable por varios crímenes. De igual manera, se refirió al relato bíblico de Caín y Abel, recordando que, según las escrituras, el primero fue reprendido por Dios por asesinar a su hermano.
“Deje de hablar tonterías Petro. Cuando las personas abusan de su poder y se portan mal, merecen un castigo. Dios castigó a Caín. Maduro ha matado y reprimido a su pueblo. Millones han emigrado huyendo de él y su régimen. El dictador merece un castigo ejemplar. Cárcel con cadena perpetua se queda corta”, escribió la comunicadora.
El primer mandatario también criticó las declaraciones de Uribe en Cúcuta, frontera con Venezuela, asegurando que el cierre de fronteras con entre los países, como han exigido varios políticos, sería perjudicial para el territorio nacional. Desde su perspectiva, la población cucuteña es consciente de las consecuencias negativas que tendría la decisión en materia económica, social, cultural y hasta familiar.
De hecho, el jefe de Estado informó que las relaciones diplomáticas con el régimen se mantendrían, para evitar afectaciones a ambos países, y que, definitivamente, las fronteras seguirán abiertas, permitiendo el paso libre de los ciudadanos. Asimismo, reconoció las elecciones en Venezuela no fueron libres, pero no necesariamente porque los votantes no hayan tenido garantías para ejercer su derecho al voto, sino por los bloqueos impuestos por Estados Unidos sobre la nación.
“Si las elecciones de Venezuela no fueron libres, al realizarse bajo el bloqueo económico que se convierte en una extorsión explícita, es importante mantener la tesis del diálogo político más amplio posible en Venezuela, el levantamiento integral del bloqueo y una nueva posibilidad de expresión libre del pueblo de Venezuela”, afirmó el jefe de Estado.
En abril de 2024, Estados Unidos volvió a imponer sanciones sobre el gas y el petróleo de Venezuela tras verificar que el régimen no cumplió con compromisos pactos, relacionados con garantizar una democracia transparente de cara a las elecciones de 28 de julio de 2024, en las que Nicolás Maduro, de manera irregular, resultó elegido.
Para entonces, el Departamento del Tesoro norteamericano cuestionó la inhabilitación de la excandidata presidencial María Corina Machado, que figuraba como la opositora del dictador y que tenía vastas posibilidades que vencerlo en las urnas.
Asimismo, el 10 de enero de 2025, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a ocho funcionarios venezolanos por respaldar la “represión” ejercida por Maduro y su posesión ilegítima.