El cierre de 2024 llega con un panorama desalentador para los contratistas de nueve entidades del Estado colombiano. Retrasos en los desembolsos de recursos por parte del Ministerio de Hacienda y Crédito Público han impedido que cientos de trabajadores reciban sus honorarios correspondientes al mes de diciembre.
Esta situación ha generado incertidumbre y tensiones en varias instituciones públicas, afectando tanto a los empleados como al cumplimiento de los objetivos institucionales.
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Entre las entidades afectadas se encuentran la Agencia Nacional de Tierras (ANT), el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), el Ministerio de Agricultura, la Unidad Nacional de Protección (UNP), el Instituto Nacional de Vías (Invías), el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y el Senado de la República.
Todas ellas enfrentan problemas similares: falta de recursos para pagar a sus contratistas debido a restricciones presupuestales y la rigidez del Plan Anual de Caja (PAC).
La Agencia Nacional de Tierras anunció el 19 de diciembre que implementaría el trabajo remoto para el resto del año. Según un memorando emitido por la secretaria general de la entidad, Ángela Lorena Ortiz Rosero, esta medida busca mitigar los efectos de la falta de recursos, permitiendo reducir costos operativos mientras se resuelve la situación presupuestal. “La prestación de servicios de manera virtual podrá garantizar la continuidad de las operaciones”, señaló Ortiz.
Por su parte, el Dane notificó a sus contratistas el 23 de diciembre sobre la imposibilidad de realizar ciertos pagos debido a restricciones del PAC asignado por el Ministerio de Hacienda. La entidad lamentó la situación y afirmó que los pagos pendientes serán priorizados tan pronto como dispongan de los recursos necesarios.
El Icbf también enfrenta dificultades para desembolsar los pagos a sus contratistas y operadores de servicios. En un comunicado, el instituto explicó que los fondos asignados por la Nación no han sido puestos a su disposición, lo que ha obligado a la entidad a buscar soluciones adicionales para garantizar que los recursos sean liberados.
El ministro de Hacienda, Diego Guevara, atribuyó los retrasos en los pagos a una caída en el recaudo tributario y a la necesidad de priorizar gastos esenciales como salud, educación y el pago de empleados de planta.
Según el funcionario, algunos pagos tendrán que trasladarse a los primeros meses de 2025 debido a las restricciones fiscales. Sin embargo, esta explicación no ha calmado las críticas de los contratistas, quienes dependen de estos ingresos para cubrir sus necesidades básicas.
El retraso en los pagos no solo afecta a los contratistas, sino también a la ejecución de proyectos clave en áreas como infraestructura, protección social y estadísticas nacionales.
Por ejemplo, la Agencia Nacional de Tierras enfrenta obstáculos para adquirir tierras destinadas a la reforma rural integral, una de las principales promesas del gobierno del presidente Gustavo Petro. Mientras tanto, la ARN advirtió que la falta de recursos pone en riesgo los procesos de reincorporación de excombatientes, con graves implicaciones para la implementación del Acuerdo de Paz.
Esta no es la primera vez que el Ministerio de Hacienda enfrenta críticas por su gestión presupuestal. En 2023, errores en los giros de recursos generaron desembolsos duplicados por más de 10 billones de pesos, lo que agravó la crisis de liquidez del Gobierno. Ahora, los problemas persisten, afectando a miles de trabajadores que, en palabras de un contratista del Dane, viven una “Navidad amarga”.
La crisis de liquidez que afecta a estas nueve entidades del Estado pone en evidencia los desafíos fiscales que enfrenta el Gobierno Nacional. Aunque el Ministerio de Hacienda asegura estar trabajando para solucionar los problemas, el impacto en los trabajadores y en la operatividad de las instituciones subraya la necesidad de una gestión más eficiente y transparente de los recursos públicos.
Mientras tanto, cientos de contratistas terminan el año en la incertidumbre, sin claridad sobre cuándo podrán recibir los pagos que necesitan para subsistir.