La Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, llevó a cabo la ocupación de 35 bienes inmuebles vinculados al Grupo de Delincuencia Común Organizada (GDCO) conocida como Los Brujos.
Según la investigación que llevaron a cabo las autoridades, Los Brujos empleaban diferentes métodos para estafar a sus víctimas, destacó en su comunicado el Departamento de Policía de Cundinamarca (Decun) el viernes 27 de diciembre de 2024.
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Entre estos se incluyen la promesa de descubrimientos de ‘guacas’ (tesoros enterrados), servicios de hechicería y falsas prácticas de inversión inmobiliaria. Sus víctimas y operaciones se concentraban en municipios como Villeta, Ubaté, Silvania, en Cundinamarca; ciudades como Bogotá, Cali (Valle del Cauca) y Bucaramanga (Santander); y el departamento de Boyacá.
Estas propiedades valoradas en más de 14.000 millones de pesos, habrían sido utilizadas para actividades ilícitas que se remontan a operaciones criminales en el 2001. Por tal razón, la incautación busca la extinción de dominio sobre los bienes.
Entre los inmuebles ocupados se encuentran doce apartamentos, cinco casas, dos fincas, un edificio, diez parqueaderos, dos depósitos, dos establecimientos comerciales (un supermercado y una agencia de turismo) y una sociedad inmobiliaria. Estas propiedades se ubican en Bogotá, Santa Marta (Magdalena); Mosquera, Facatativá, Sasaima y Viotá (Cundinamarca); además de Mariquita (Tolima).
El grupo delictivo ha enfrentado múltiples investigaciones judiciales desde 2001, enfrentando cargos que incluyen estafa, extorsión, concierto para delinquir y lavado de activos. En la actualidad los presuntos integrantes de Los Brujos se encuentran en libertad.
Los bienes incautados serán administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE), según lo establecido por la normativa vigente. Con la ocupación de estas propiedades, las autoridades estiman haber causado un impacto significativo en las finanzas de este grupo ilegal.
Por último, el coronel Andrés Serna Bustamante, comandante del Departamento de Policía Cundinamarca realizó la invitación a la ciudadanía para que “informe sobre cualquier hecho que afecte a la convivencia y seguridad ciudadana a través de la línea de emergencias 123, CAI (Comando de Atención Inmediata) o estación de Policía más cercana”.
Banda criminal en Medellín combinaba brujería y santería para ejecutar delitos
Un operativo llevado a cabo por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá en la ciudad de Medellín reveló un insólito modus operandi de la banda criminal conocida como Robledo, que mezcla prácticas de brujería y santería con actividades delictivas como desaparición forzada, homicidio, tráfico de drogas y extorsión.
Esta organización contaba con una estructura jerárquica que imita el funcionamiento de una empresa formal y está compuesta por aproximadamente 170 integrantes, destacó Semana.
De acuerdo con la investigación, que se extendió por 18 meses, el líder de esta organización es un hombre en silla de ruedas que dirige las operaciones desde su posición de mando. Durante el operativo, las autoridades descubrieron un apartamento donde se realizaban rituales de santería, dirigidos por un individuo identificado como alias la Bruja, de 43 años.
Estos rituales incluían lecturas de cartas y otros procedimientos espirituales que buscaban prever los movimientos de sus enemigos y garantizar el éxito de sus actividades ilícitas.
La investigación también reveló que alias la Bruja desempeñaba un papel clave en la organización, dado que utilizaba la santería para obtener protección espiritual antes de que los miembros de la banda ejecutaran sus crímenes. Según testimonios recogidos por el medio, estas prácticas eran consideradas esenciales para asegurar buenos resultados en sus operaciones y evitar la acción de las autoridades.

Las tareas de los integrantes de la banda Robledo se dividían de la siguiente forma:
- Los coordinadores de drogas supervisaban las operaciones relacionadas con el tráfico de estupefacientes, y recibían un salario mensual de 4.500.000 pesos colombianos (aproximadamente 1.100 dólares estadounidenses).
- Los jíbaros y ‘campaneros’ estaban encargados de la distribución de drogas y la vigilancia de las zonas controladas por la banda.
La organización no solo se dedica al tráfico de drogas, sino que también está implicada en delitos graves como desapariciones forzadas y homicidios.
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