Remesas en Colombia están siendo impulsadas con negocio de viviendas que se explota en Bogotá, Medellín y Cartagena

Las remesas enviadas por los trabajadores colombianos desde el exterior alcanzaron un récord, al superar los USD9.717 millones de enero a octubre de 2024, con un crecimiento interanual del 17%, según datos divulgados por el Banco de la República. Este notable aumento refleja no solo un crecimiento en los flujos de dinero destinados a hogares locales, también a la incursión de expatriados en el mercado inmobiliario de Colombia.

Parte de esta dinámica puede explicarse por el creciente interés de los colombianos residentes en el extranjero, en particular, en países como Estados Unidos, España y Chile, en hacer inversiones inmobiliarias. Este mercado, caracterizado por altas tasas de rentabilidad y la valorización constante de las propiedades, ganó terreno como una alternativa segura y lucrativa.

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Según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), quienes residen fuera del país apuestan cada vez más por ciudades y regiones claves como Bogotá, Medellín, el Eje Cafetero y destinos turísticos como Cartagena y Barranquilla. Estos lugares destacan por su atractivo turístico y el incremento en el flujo de visitantes.

Se destaca que las razones principales incluyen las altas rentabilidades del sector de bienes raíces, con tasas de retorno estimadas entre el 13% y el 15%, y la posibilidad de capitalizar el auge de propiedades ubicadas en áreas estratégicas y turísticas.

“Las tasas de retorno, que oscilan entre un 13% y un 15%, ofrecen una alternativa más segura y lucrativa frente a otros mercados internacionales”, aseguró el CEO de la plataforma inmobiliaria Lokl, Camilo Olarte. A ello se suma la confianza en el mercado colombiano como un terreno sólido, impulsado por sus características de accesibilidad y estabilidad.

Una tendencia que ha dinamizado este fenómeno es el auge de plataformas de inversión colaborativa (crowdfunding), que permiten a las personas participar en el mercado inmobiliario con montos accesibles. El modelo es clave para democratizar el acceso a inversiones en bienes raíces.

De acuerdo con Olarte, “este modelo facilita la entrada de pequeños inversionistas al mercado inmobiliario, quienes pueden invertir en fracciones de propiedades desde $1.600.000 al mes y obtener beneficios tanto de rentas operativas como de la valorización del activo”.

Además, los proyectos ubicados en sitios de alto potencial turístico, como Medellín, Guatapé y El Peñol, resultaron particularmente atractivos. Según Lokl, dichas propiedades muestran un rendimiento sobresaliente, con una ocupación hotelera de más del 75%. Esto no solo asegura ingresos por renta, también refuerza el atractivo para quienes quieren diversificar el portafolio de inversiones.

De igual manera, los inversionistas extranjeros no solo buscan maximizar el rendimiento financiero, también contribuir al crecimiento local. “Combinando rentas operativas con la valorización del activo, se puede estimar una rentabilidad anual de hasta un 15 %,” destacó Olarte.

Más allá de los destinos turísticos icónicos, otras ciudades principales como Cali y Santa Marta también experimentan un auge en inversiones inmobiliarias gracias al desarrollo de la infraestructura y el incremento del interés de extranjeros y colombianos retornados.

Y es que los flujos de remesas desempeñan un rol determinante en este proceso. Además de apoyar el ingreso de millones de familias, estos recursos promueven una mayor actividad económica en sectores como el inmobiliario.

Con esto se confirma que el avance del sector inmobiliario colombiano también evidencia la percepción de su estabilidad ante posibles turbulencias económicas en mercados internacionales. Por otra parte, el crecimiento del mercado turístico, especialmente en áreas de alta valorización, brinda un nuevo atractivo para inversiones diversificadas.

Con esta tendencia en ascenso, queda claro que las remesas y las inversiones locales de los colombianos en el exterior continuarán desempeñando un papel crucial en la economía nacional, donde en bienes raíces se encontró un nicho altamente rentable y accesible para todos.