Así fue como Alexánder Gómez pasó de ser un consumidor de “perico” a concejal en Antioquia: “Les robaba la cartera a mi mamá y a mis hermanas”

El cabildante del municipio de Copacabana contó cómo el alcohol y las drogas casi lo llevan a la muerte. Además, contó detalles de cómo llegó a la política antioqueña

Guardar
Tras enfrentar años de adicción,
Tras enfrentar años de adicción, Edwin Gómez reconstruyó su vida y logró un lugar en el Concejo Municipal de Copacabana - crédito Instagram

Justo cuando se cumple su segunda década sin consumir una gota de alcohol o un solo gramo de drogas, Edwin Alexánder Gómez, hoy concejal de Copacabana, contó cómo fue su vida sumergido en la dependencia a los estupefacientes y que, por poco, acaban con su vida en su juventud.

El cabildante antioqueño, de 43 años, reflexionó sobre su historia y cómo una pancreatitis, que inicialmente vio como una desgracia, se convirtió en el “milagro” que lo salvó.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

El primer contacto de Gómez con las drogas ocurrió a los 14 años, durante un viaje a Bogotá, según le contó a El Colombiano. Lo que comenzó con marihuana pronto escaló al consumo de “perico”, una adicción que se afianzó con el tiempo.

Su entorno familiar también contribuía a su caída. Viviendo en condiciones precarias, compartiendo una vivienda con casi 30 personas y sin una cama propia, la soledad y la desesperanza se convirtieron en combustible para su dependencia al alcohol y las drogas.

El concejal Edwin Gómez superó
El concejal Edwin Gómez superó dos décadas de adicciones para convertirse en un defensor social y político - crédito Instagram

“Me sentía una persona bastante sola. Entonces, cuando vi que con el ‘perico’ podía hacer relaciones, tal cual, hice relaciones. Siempre el licor me llevaba a las drogas, me llevaban a hacer amistades”, señaló el hoy cabildante del Nuevo Liberalismo al medio citado.

En su juventud, Edwin tocó fondo. Consumía alcohol antiséptico mezclado con refrescos y robaba a su madre para financiar sus adicciones. Incluso, narró cómo se desaparecía por días en zonas de consumo como San Benito y Barrio Triste en Medellín.

“Les robaba la cartera a mi mamá y a mis hermanas. Ya llegué a ese estado de que lo que veía mal puesto me lo alzaba; después el mismo sentimiento de culpa me impulsaba a seguir tomando”, comentó Gómez a El Colombiano.

Incluso, el concejal narró cómo su madre y su hermana ya estaban resignadas a recibir la llamada que confirmara su muerte, pues por la época se desató la llamada “limpieza social” en la región, que pretendía acabar con delincuentes y consumidores de estupefacientes.

"Mi mamá siempre dejaba la puerta abierta por si me estaban siguiendo para matarme pudiera entrar. Cuando sonaban las balaceras, ella y mi hermana decían: ya lo mataron y si sonaba el teléfono de la casa, se miraban a ver quién iba a contestar. Como ese era el tiempo de la llamada ‘limpieza social’, mi madre esperaba mi muerte todo el tiempo. Incluso un día mi tía llegó gritando que me habían matado, pero resulta que el muerto era un amigo del barrio llamado Jhon Jairo", contó Alexánder.

La historia de Edwin Gómez
La historia de Edwin Gómez narra su lucha por dejar el consumo y cómo canalizó sus esfuerzos en favor de adultos mayores y personas en situación de calle - crédito Instagram

Sin embargo, el 17 de octubre de 2004 marcó un antes y un después. Tras cinco días de consumo ininterrumpido, Edwin sufrió una pancreatitis que lo llevó al borde de la muerte.

Un médico le advirtió que otra copa de alcohol podría ser la última. Esta amenaza a su vida fue el catalizador que necesitaba para buscar ayuda en Alcohólicos Anónimos (AA).

Aunque los primeros meses fueron difíciles, Gómez encontró en AA una red de apoyo fundamental. “Quise rendirme muchas veces, pero mis padrinos en AA fueron mi tabla de salvación”, afirma.

Hace mucho rato hubiera recaído porque cuando llevaba ocho meses sin beber me tomé unas pastillas para quitarme la vida, porque caía en depresiones cuando veía a mis amigos farriando; llegaba a la casa a morder la almohada, llorando, porque sentía que no iba a ser capaz”, añadió el cabildante.

Tras su recuperación, Edwin trabajó como comerciante y estampador, llegando incluso a montar su propio negocio en Bogotá. En 2015, regresó a Copacabana sin dinero, pero con una nueva perspectiva. Ese mismo año, se unió a una campaña política que le abrió las puertas para trabajar en la administración municipal.

Determinado a seguir superándose, Gómez estudió Trabajo Social en el Tecnológico de Antioquia. En 2019, obtuvo un escaño en el Concejo de Copacabana con 600 votos, respaldado por una plataforma centrada en la rehabilitación de adicciones y el apoyo a poblaciones vulnerables.

Hoy, Edwin Alexánder Gómez dedica su vida a inspirar a otros. A través de talleres de prevención y programas sociales, busca tender una mano a quienes enfrentan las mismas luchas que él superó. Cada vez que pasa por lugares como el puente de La Macarena, donde alguna vez contempló el suicidio, recuerda lo lejos que ha llegado.

Guardar