La Universidad Nacional de Colombia volvió a ser noticia luego de que se confirmara que el 19 de diciembre de 2024, una joven fue presuntamente víctima de abuso sexual en las instalaciones de la institución educativa con sede en Bogotá durante un jueves de bacanal, evento conocido por los estudiantes por el consumo excesivo de alcohol y sustancias psicoactivas.
Los hechos fueron reportados por el docente y miembro del Consejo Superior Universitario, Diego Torres, que calificó lo sucedido como un acto de violencia. El presunto responsable fue capturado y trasladado a la URI de Puente Aranda, pero podría ser dejado en libertad porque no hay una denuncia formal, según informaron las autoridades.
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Mientras que avanza la investigación, la universidad emitió un comunicado dirigido a la opinión publica en el que confirmaba los hechos relacionados con el abuso sexual denunciado en los medios de comunicación.
“Con profunda tristeza informamos que en la noche del jueves 19 de diciembre se presentó una agresión sexual contra una mujer en uno de los espacios abiertos del campus de la Sede Bogotá”.
En la carta firmada por Carolina Jiménez Martín, vicerrectora de la Sede Bogotá, la Universidad Nacional explicó que una vez conoció el caso inmediatamente atendieron a la víctima y activó los protocolos establecidos por violencia de género y las diligencias necesarias para la captura del agresor.
“Tan pronto la División de Vigilancia y Seguridad de la Universidad evidenció la situación, brindó auxilio inmediato a la víctima y activó la ruta de protección por violencias basadas en género. Las autoridades de la Sede iniciaron las acciones necesarias para formalizar la captura del presunto agresor y la presentación de la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación”, puntualizó el comunicado.
A su vez, se confirmó que el presunto abusador no era alumno de la institución, sino que había ingresado por falta de controles de seguridad del personal de vigilancia de la universidad.
“Si bien no se trata de personas de la Universidad, lamentamos y rechazamos estas situaciones en el país, pues cualquier lugar, incluido el campus de la Sede Bogotá, debe ser un espacio libre de violencias y seguro para todos, todas y todes”, se lee en el documento.
Según Jiménez Martín, ante los hechos la universidad siguió a cabalidad su política de rechazo total a las agresiones contra las mujeres y cualquier miembro de la comunidad.
“En la Sede se está implementando una política que pone el cuidado de la vida y el repudio de todas las formas de violencia y desigualdades basadas en género en el centro de nuestras prácticas universitarias, al tiempo que garantiza la libertad de los y las integrantes de la comunidad”.
De igual manera, expresó su solidaridad con la víctima y su familia e hizo un llamado público a la prevención y rechazo de los comportamientos que perpetúan la violencia estructural contra la mujer.
“Desde la Rectoría y la Vicerrectoría de la Sede Bogotá nos solidarizamos con la víctima y su familia, y hacemos un llamado público a la prevención y rechazo de los comportamientos que perpetúan la violencia estructural contra la mujer. Ponemos a disposición de las autoridades la información con la que cuenta la Universidad”
Así mismo, reafirmó el compromiso del centro educativo de colaborar con las autoridades para esclarecer los hechos. Además de implementar las medidas necesarias para que no vuelvan a ocurrir casos de violencia de género en el campus de la universidad.
“Ponemos a disposición de las autoridades la información con la que cuenta la Universidad. Reiteramos nuestro compromiso de construir de manera colectiva una Universidad incluyente, pública y al servicio de las necesidades de nuestro país, respetuosa de los derechos individuales y colectivos, guiados siempre por el principio del Bien Común”, destacó.