La eliminación de los subsidios de vivienda del programa Mi Casa Ya por parte del Gobierno nacional amenaza con desencadenar una crisis sin precedentes en el sector de la construcción en Colombia. Esta decisión afecta directamente a más de 40.000 familias que dependían del subsidio para adquirir una vivienda, al tiempo que pone en riesgo la continuidad de cientos de empresas constructoras y miles de empleos.
Fernando Bustos, director de Bustos y Cía. Consultores y experto en insolvencia empresarial, advirtió sobre las devastadoras consecuencias de esta medida.
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“Por un lado, las familias pierden la oportunidad de acceder a una vivienda propia; por el otro, se afecta gravemente el tejido empresarial y se destruyen miles de empleos”, afirmó. Según Bustos, el impacto en el sector construcción, uno de los más intensivos en mano de obra, ya es evidente, con la pérdida de más de 50.000 empleos en 2024: cifra que podría incrementarse debido al cese de los subsidios.
Un sector al borde del colapso
El sector de la construcción, desde la óptica del consultor, enfrenta la mayor crisis de su historia. Durante 2024, el número de constructoras en procesos de insolvencia creció un 20%, con o que superó las las 540 empresas, lo que representa un récord histórico. La eliminación de los subsidios ha agravado aún más esta situación, poniendo en peligro cientos de proyectos de vivienda que permanecen paralizados debido a dificultades financieras.
Bustos explicó que los problemas financieros de las constructoras son, en gran medida, consecuencia del aumento sostenido en los costos de materiales y salarios. “Las constructoras pactan precios de venta durante la preconstrucción, pero los incrementos en costos hacen inviable cumplir con esos precios. Esto ha dejado cientos de proyectos incompletos en todo el país”, señaló.
Además, los proyectos de vivienda dependen de créditos bancarios para su financiación. Sin subsidios que estimulen la demanda, las constructoras enfrentan graves problemas para vender sus unidades, lo que genera retrasos en los ingresos necesarios para pagar intereses.
Bustos acotó que “estos intereses, que suelen equivaler al costo de uno o dos apartamentos mensualmente, incrementan la presión financiera y aumentan el riesgo de quiebra”.
Desistimientos y consecuencias legales
Otro problema que enfrentan las constructoras es el alto índice de desistimientos por parte de los compradores. Al no poder entregar las viviendas al precio pactado inicialmente, muchas relaciones contractuales terminan siendo canceladas, lo que puede derivar en multas y sobrecostos adicionales para las empresas. “Esta situación agrava el riesgo de insolvencia, ya que se pierde confianza en el mercado y se generan costos adicionales que las constructoras no pueden asumir”, agregó Bustos.
A pesar de este sombrío panorama, el experto destacó que las constructoras cuentan con herramientas legales para enfrentar la crisis. Los procesos de reorganización empresarial ofrecen una salida viable para aquellas empresas que busquen superar sus problemas financieros. Estas medidas permiten renegociar obligaciones, reorganizar pasivos y proteger a las empresas de demandas de cobro mientras se recupera la estabilidad financiera.
“Es fundamental que las constructoras actúen rápidamente. El tiempo es clave para reducir costos y aumentar las posibilidades de recuperación”, explicó el experto. También hizo un llamado a las empresas para que busquen asesoramiento especializado, ya que las disposiciones legales vigentes ofrecen opciones diseñadas específicamente para que las constructoras puedan continuar operando mientras sortean la crisis.
Impacto social y económico: un futuro incierto
La eliminación de los subsidios de Mi casa Ya no solo afecta al sector empresarial, sino también a miles de familias que pierden la posibilidad de acceder a una vivienda digna. El impacto económico y social es amplio, ya que el sector construcción es uno de los principales motores de empleo en el país.
La decisión del Gobierno de retirar los subsidios coincide con un contexto de caída sostenida en la demanda de vivienda, la mayor registrada en los últimos 15 años, según Bustos. Esto genera un círculo vicioso en el que los proyectos no se venden, los costos financieros aumentan y las constructoras se ven obligadas a detener sus operaciones.
El panorama para el sector de la construcción en Colombia es incierto. Mientras las empresas enfrentan quiebras y despidos masivos, miles de familias ven desvanecerse el sueño de adquirir una vivienda propia. La eliminación de los subsidios de Mi Casa Ya ha desatado una tormenta perfecta, dejando al sector al borde del colapso y a las constructoras en una carrera contra el tiempo para sobrevivir.