Familia asegura que vivió un ‘infierno’ en el aeropuerto El Dorado por culpa de una aerolínea que no quería llevar a su mascota: “Nos dio la opción de abandonar a la gata o hallar un guacal en 10 minutos”

En un “intento desesperado” por salirse con la suya, la coordinadora habría acudido a la Aeronáutica Civil para denunciar que la menor de edad que viajaba con el animal intentó “secuestrar el vuelo”

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La coordinadora trató de acusar
La coordinadora trató de acusar a una menor de edad de secuestrar el vuelo ante la Aeronáutica Civil - crédito @soylaniks / TikTok

El intento de la joven Nikhole García por llevar a su gata durante unas vacaciones junto a su madre y hermana derivó en una denuncia pública contra la aerolínea Wingo. Según relataron, enfrentaron una serie de presuntas irregularidades que les impidieron abordar el vuelo, pese a cumplir con las normativas para viajar con animales de compañía, de acuerdo con la información proporcionada en el mostrador.

“Todo comenzó el 1 de diciembre, cuando compré tres tiquetes: para mis dos hijas, para mí y para mi gata. El caso es que los tiquetes tenían un valor de 109.841 pesos cada uno, sumando un total de 329.522 pesos. Sin embargo, al recibir el comprobante de pago, me di cuenta de que me habían descontado 500.000 pesos”, relató la madre de Nikhole en un video que se viralizó en la plataforma TikTok.

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Tras notar el cobro injustificado, la madre de Nikhole contactó a la aerolínea para presentar una reclamación. Sin embargo, según su relato, “todo el mundo se chutó la pelota” y nadie asumió responsabilidad. La única respuesta que recibió fue una disculpa por parte de Wingo.

El vuelo estaba programado para el 12 de diciembre, y la familia llegó al aeropuerto con tres horas de antelación para registrar a la mascota y evitar contratiempos. Según explicó, lograron completar el procedimiento en el mostrador sin problemas: “Nos indicaron que la gatica era apta para viajar con nosotros en cabina porque cumplía con los requisitos de peso y estaba en su guacal. Lo único que debíamos hacer era esperar en la sala y abordar el avión”.

Sin embargo, al llegar al momento de abordar, las reglas parecieron cambiar. Personal de la aerolínea les informó que el guacal tipo maleta en el que transportaban a la gata no estaba permitido. Les ofrecieron dos opciones: abandonar a la gata y abordar el avión o conseguir un guacal nuevo en un plazo de diez minutos.

“La respuesta era obvia. En esos 10 minutos, mi mamá salió corriendo a buscar un guacal nuevo, porque ya habíamos pasado todos los filtros y estábamos en la puerta del avión”, señaló Nikhole.

Pese a estar dentro del
Pese a estar dentro del tiempo acordado para comprar el guacal, el avión despegó sin la familia a bordo - crédito Carlos Lemos / EFE

Antes de que transcurriera el tiempo otorgado, la coordinadora del vuelo se acercó a Nikhole y a su hermana, menor de edad, para preguntarles si abordarían. Al responder que esperaban a su madre, la funcionaria les cerró la puerta en la cara, llegando incluso a machucarles los dedos, según la denuncia.

“Ellas, particularmente mi hija menor, no podían abordar sin mi consentimiento, pero la funcionaria las presionó para que lo hicieran. Mientras tanto, yo corría por todo el aeropuerto buscando el guacal. Pretendían enviar a mi hija sola, aun cuando está prohibido que un menor de edad vuele sin autorización de sus padres”, expresó la madre.

La coordinadora abordó el avión, dejando a otra funcionaria a cargo de la situación. Esta última pidió los documentos de las hermanas para proceder con la cancelación de su vuelo. Ante su negativa, las habría amenazado con llamar a la Policía para forzarlas a abandonar la terminal aérea y pagar una multa significativa.

En su lugar, habrían enviado
En su lugar, habrían enviado a otros pasajeros que esperaban a un costado - crédito Aerolínea Wingo

“Las asustaron y, después de eso, dejaron pasar a otra familia que estaba esperando. Ya el vuelo había sido cerrado, ¿entonces por qué permitieron el ingreso de esa familia? Nadie intervino ni nos ayudó, no nos orientaron ni ofrecieron mayor información”, denunció la madre de Nikhole.

Cuando finalmente llegó con el guacal adecuado, el avión ya había despegado, a pesar de que el tiempo otorgado por la aerolínea para conseguirlo apenas había expirado. “Obviamente, llamamos a Wingo para presentar la reclamación, y la única solución que nos ofrecieron fue comprar nuevamente los tiquetes, pero a un precio mucho mayor: 1′008.000 pesos, para ser exactos”, señaló.

Ante esta situación, decidieron acudir a la Aeronáutica Civil en busca de ayuda. Sin embargo, allí se enteraron de que la coordinadora de la aerolínea se había adelantado para denunciar que la menor de edad había “intentado secuestrar el vuelo” al negarse a abordar y retrasar el cierre de la puerta.

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