Luis Gilberto Murillo reveló la postura de Petro sobre las elecciones en Venezuela: “¿Qué más quieren que digamos?”

Desde la Cumbre de Pueblos Afrodescendientes del Caribe Occidental, celebrada en San Andrés, el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, ofreció un discurso en el que reveló detalles sobre conversaciones diplomáticas en las que Colombia, Brasil y Venezuela lograron llegar a un acuerdo para la entrega de salvoconductos a los opositores venezolanos que se encuentran asilados en la Embajada de Argentina en Caracas.

El canciller precisó que la gestión se dio en el contexto de tensas relaciones entre Venezuela y varios países de la región, lo que llevó a un acuerdo que facilitó la salida de seis opositores venezolanos que se encontraban en condición de refugiados. En sus declaraciones, Murillo aclaró que el acuerdo implicaba una condición adicional por parte de las autoridades venezolanas: a cambio de la entrega de los salvoconductos, Argentina debía liberar a una persona “muy cercana a Venezuela” y Ecuador debía otorgar un salvoconducto al exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas.

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Murillo detalló que la situación diplomática fue manejada con la máxima discreción, asegurando que los detalles de estas conversaciones no podían ser divulgados a través de canales públicos debido a su naturaleza confidencial. En este sentido, expresó su desacuerdo con aquellos que han cuestionado las gestiones del Gobierno colombiano, al asegurar que muchas de las críticas provienen de la desinformación o la falta de acceso a los detalles completos de las negociaciones.

“Desde el primer momento, se estableció una conversación directa con la oposición venezolana y con el gobierno de Venezuela. Se hizo una conferencia en Bogotá y hemos estado activos en lo que tiene que ver con ese proceso”, señaló Murillo, que también destacó la postura de Colombia en favor del respeto a los derechos humanos.

El canciller también destacó que el presidente Gustavo Petro había sido claro en su posición respecto a la no aceptación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, debido a la falta de actas electorales que validaran los resultados de las elecciones en ese país.

En sus palabras, “el presidente Petro ha sido claro, no se presentaron las actas, no hay reconocimiento, ¿Qué más quieren que digamos?”.

Murillo fue enfático al señalar que, a pesar de las críticas que se han generado en torno a la política exterior de Colombia con respecto a Venezuela, el Gobierno ha mantenido un enfoque coherente y respetuoso con la soberanía venezolana. En este contexto, explicó que Colombia instó de manera constante al país vecino para que se reincorpore al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, reiterando el compromiso del Ejecutivo colombiano con la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos de la región.

“La OEA no es el escenario principal para esas discusiones, lo dijimos la primera vez, lo hemos reiterado”, agregó el canciller, refiriéndose a las recientes críticas sobre la participación de Colombia en las discusiones relacionadas con la situación política de Venezuela.

Seis opositores venezolanos permanecen asilados en la embajada de Argentina en Caracas, después de haber buscado refugio allí el 20 de marzo, cuando la Fiscalía de Venezuela los acusó de conspiración y traición a la patria. Los asilados son Pedro Urruchurtu, coordinador internacional de la campaña de María Corina Machado, Magalli Meda, directora de campaña de Machado, Omar González, Claudia Macero, Humberto Villalobos, todos colaboradores del partido Vente Venezuela, y Fernando Martínez Mottola, exministro y asesor de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).

El grupo de opositores, que lleva nueve meses en la embajada, llegó tras ser señalados por la dictadura de Nicolás Maduro de participar en presuntos actos de violencia para desestabilizar el régimen, como asaltos a cuarteles militares y manifestaciones. Las autoridades venezolanas emitieron órdenes de aprehensión contra ellos, lo que llevó a su refugio diplomático en busca de protección.

La situación es extremadamente difícil para los asilados, pues desde agosto, Brasil asumió la protección de la sede diplomática argentina tras la expulsión de los delegados argentinos por parte del régimen venezolano. Los opositores denuncian constantes dificultades, como la falta de electricidad, agua y alimentos. En las últimas semanas, además, enfrentan un continuo asedio por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas, por lo que la situación es cada vez más precaria, ya que los asilados dependen de un suministro limitado de recursos y están siendo vigilados de cerca.

El Gobierno de Argentina denunció el hostigamiento de la sede diplomática, mientras que la comunidad internacional pidió la concesión inmediata de salvoconductos para los asilados, lo que les permitiría salir del país sin riesgo de ser detenidos; sin embargo, la dictadura rechazó la solicitud, manteniendo a los opositores en una situación de incertidumbre y riesgo constante, hasta que surgieron las declaraciones del canciller Murillo.