Nórida Rodríguez es un rostro emblemático de la televisión colombiana gracias a su destacada trayectoria actoral en producciones como Tentaciones, Lola Calamidades, Los cuervos, El segundo enemigo, Me llaman Lolita y Merlina, mujer divina.
Aunque su vida personal también ha generado interés debido a los acontecimientos intensos y dolorosos que la han marcado, como la muerte de su segundo esposo, Toto Vega, en 2022.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Antes de esta pérdida, Rodríguez ya había enfrentado otro difícil episodio con la muerte de su primer esposo, José Luis Paniagua, actor costarricense reconocido por su papel como el ‘maestro Nostradamus’ en la serie Pandillas, guerra y paz.
Recientemente, la actriz rompió el silencio sobre esta etapa de su vida en una entrevista con Laura Acuña para el programa La sala de Laura Acuña, donde compartió detalles de su matrimonio, su separación y la enfermedad que terminó con la vida de Paniagua en 2013.
Durante los años 90, Nórida Rodríguez y José Luis Paniagua formaron una de las parejas más queridas de la farándula colombiana.
Su matrimonio, que duró ocho años, fue visto como un modelo de estabilidad. De esta unión nació Juliana Paniagua Rodríguez, la única hija de la actriz. Sin embargo, detrás de las cámaras, la relación enfrentaba dificultades que llevarían a su eventual separación.
“Yo me casé con esa idea de que el matrimonio era para toda la vida, y me costó muchísimos años tomar la decisión de separarme, porque sabía que ahí no era el lugar,” confesó Rodríguez en la entrevista.
Aunque describió a Paniagua como un hombre maravilloso, con quien compartía risas y compañerismo, también reconoció que su esposo cargaba con problemas personales derivados de una infancia difícil, marcada por un padre violento y el abuso del alcohol. “Había cosas que llenaban la copa y sabía que no iban a cambiar”, agregó.
La decisión de separarse y reconstruir una amistad
La decisión de terminar su matrimonio no fue fácil para Rodríguez, quien se enfrentó a las expectativas públicas y personales de mantener una relación considerada ideal. Finalmente, priorizó el bienestar de su hija y el suyo propio, aceptando que no podía seguir viviendo en lo que describió como un “castillo de cristal”. “Esto ya no es sano para mi hija ni para mí,” explicó.
A pesar de la separación, Rodríguez y Paniagua lograron mantener una relación amistosa. “Pudimos rehacer la amistad que tuvimos en un principio. Siempre fuimos los mejores amigos después de eso”, dijo la actriz, destacando que su hija también reconoció que la decisión de divorciarse había sido la correcta.
Tras su separación, José Luis Paniagua continuó su carrera actoral y enfrentó en privado una batalla contra el cáncer. Rodríguez reveló que estuvo al tanto de la enfermedad de su exesposo desde tres años antes de su fallecimiento. A pesar de las dificultades, Paniagua optó por mantener en secreto su condición, evitando despertar lástima o perder oportunidades laborales.
“Fue muy sorpresivo para todo el mundo. Él iba a trabajar como si nada pasara, respeté su voluntad de no hacerlo público,” compartió Rodríguez. Además, recordó los momentos finales de Paniagua, destacando que estuvo presente cuando falleció en 2013. “Estuve con él hasta el último minuto. Fue un proceso muy difícil, pero él siempre se mantuvo firme en sus decisiones.”
Uno de los aspectos más llamativos tras la muerte de Paniagua fue la decisión de no realizar un funeral, tomada por su esposa de ese momento en conjunto con su hija Juliana. Rodríguez destacó que, aunque fue una medida inusual, respetó la voluntad de los involucrados. “Son decisiones que hay que respetar, aunque no sean las que uno espera,” concluyó.
Su historia con José Luis Paniagua es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, la empatía y el cuidado mutuo pueden prevalecer. La actriz sigue adelante, llevando consigo los aprendizajes de su pasado y honrando la memoria de quienes fueron parte fundamental de su vida.