La final de la Copa BetPlay 2024 disputada en Cali terminó con empate 0-0 entre América de Cali y Atlético Nacional, y se vio ensombrecida por actos de violencia protagonizados por algunos hinchas escarlatas.
Previo al final del encuentro, un grupo de seguidores de los aficionados locales, ubicados en la tribuna sur del estadio Pascual Guerrero, invadió el campo de juego y enfrentaron a la fuerza pública. Como resultado de los disturbios, más de 10 policías resultaron heridos.
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La violencia no se limitó al interior del estadio, sino que se extendió a las afueras, donde se reportaron saqueos, además de peleas entre los hinchas y las autoridades.
Ante la gravedad de los hechos, desde la Alcaldía de Cali, en cabeza de Alejandro Eder, rechazó esta situación ocurrido el domingo 15 de diciembre.
“Lo que ocurrió esta noche en el Estadio Pascual Guerrero es INACEPTABLE. No voy a permitir que la violencia empañe el fútbol ni la convivencia en Cali. Los responsables de los desmanes serán identificados y judicializados”, declaró el mandatario local en sus redes sociales.
De esta manera, Alejandro Eder señaló que las autoridades se encuentran adelantando la investigación para dar con la identificación de los protagonistas los actos violentos dentro y fuera del estadio: “Estos individuos NO representan a nuestra ciudad ni a sus valores”, dijo el alcalde.
Además, el mandatario señalo que , “ofrecemos una recompensa de hasta $30 MILLONES de pesos a quien brinde información que permita identificar y judicializar a los responsables de los actos violentos en el Pascual Guerrero. ¡No permitiremos que estos hechos queden impunes!”.
Alejandro Eder también instó a la Comisión de Fútbol para que se apliquen sanciones ejemplarizantes para las barras responsables. “El fútbol debe ser una fiesta para las familias, no un escenario de vandalismo y agresión. ¡El deporte no puede ser rehén de la violencia!”, detalló el alcalde de Cali.
En la mañana del lunes 16 de diciembre, Alejandro Eder confirmó en W Radio que “no puede seguir pasando, que si el equipo no ganó, entonces destruyen la ciudad y afectan la integridad física de otras personas, eso no es aceptable”.
El alcalde de Cali agregó en la emisora que los daños materiales en el estadio Pascual Guerrero fueron “sobre todo en la silleteria en la tribuna sur y en los baños. También sabemos de 10 policías lesionados”.
Acerca de los disturbios
La violencia volvió a empañar una jornada futbolística en Colombia. El estadio Pascual Guerrero fue escenario de serios altercados protagonizados por hinchas del América de Cali, que no pudieron aceptar la eliminación de su equipo de la Copa BetPlay 2024, tras no lograr remontar el 3-1 en el marcador global ante Atlético Nacional.
En un episodio de desbordada frustración, los aficionados invadieron el campo de juego y lanzaron gases lacrimógenos, lo que obligó a los árbitros a suspender el encuentro a los 84 minutos.
A raíz de los disturbios, los jueces pidieron a los jugadores abandonar la cancha y dirigirse a los vestuarios. Aunque el Undmo (Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden) y la Fuerza Pública intervinieron para controlar la situación, la Dimayor decidió dar por finalizado el partido, declarando a Atlético Nacional como campeón de la Copa.
A pesar de las medidas de seguridad tomadas previamente, como la prohibición de ingreso de pólvora y trapos a la final, los hinchas de América no cumplieron con las restricciones, lo que podría acarrear sanciones severas para el club por los desmanes ocurridos.
La Alcaldía de Cali, en conjunto con las autoridades, había establecido nuevas normativas de seguridad para evitar incidentes, como la restricción del ingreso de menores en algunas tribunas y la prohibición de objetos peligrosos.
Por su parte, Gerardo Mendoza Castrillón, personero distrital Santiago de Cali aseguró: “Reitero mi llamado a las autoridades para que no pasen por alto una vez más esta clase de hechos violentos que alejan la familia del mejor espectáculo del mundo y con ello afectan el buen nombre de una ciudad que se ha caracterizado por su alegría y respeto por la diferencia, una urbe que le ha abierto los brazos al que viene de afuera”.