Han transcurrido seis días desde que las autoridades informaron sobre el asesinato de Édgar Garay, un periodista y abogado conocido por su estilo provocador, y que fue ultimado mientras se movilizaba en su camioneta el miércoles 4 de diciembre.
Sin embargo, la investigación sobre su muerte también reavivó la sospechas de un posible ajuste de cuentas o, por el contrario, de un plan para “silenciarlo” ante las constantes revelaciones que hacía el comunicador a través de su programa Édgar lo dice.
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El también asesor político era conocido por poseer información comprometedora sobre varios políticos de la región. Incluso, su nombre ganó relevancia cuando en octubre de 2023, Garay hizo una confesión pública sobre la presunta comisión de delitos junto a Mario Fernández Alcocer, diputado y primo de la primera dama.
“Eran épocas bacanas, mucho negocio, mucho cruce, mucha maldad, uno que otro delito por ahí. Pero ahora anda bravo conmigo”, señaló el periodista en sus medios digitales, justo faltando tres días para que llegaran los comicios regionales, en los que participaba el hoy diputador Fernández Alcocer.
“Durante varios años yo fui asesor de él (Mario Fernández Alcocer), trabajamos e incluso somos compadres, pero en la campaña, ahora con el distanciamiento, él ha arremetido contra mí. Entonces yo tomé la decisión. Él me inculpa a mí de muchos temas, entonces yo tomé la decisión de publicar para que la gente sepa cómo son las cosas”, comentó Garay a la revista Cambio.
Esta revelación se produjo durante las elecciones regionales, cuando Fernández competía por la Gobernación de Sucre. La relación entre Garay y Fernández, que había sido cercana, se deterioró, y el periodista comenzó a divulgar acusaciones contra su antiguo aliado, lo que lo llevó a un escándalo nacional.
“En varios escenarios él me acusó a mí de algunos hechos en los cuales él también estaba implicado, pero solo me acusaba a mí (...) entonces yo para defenderme saqué ese espacio llamado ‘Edgar lo dice’”, señaló Garay en octubre de 2023 a Cambio.
La relación de Garay con la clase política de Sucre fue compleja. Aunque trabajó con varias casas políticas, su vínculo más duradero fue con Fernández Alcocer, a quien finalmente acusó de corrupción. La ruptura entre ambos se produjo a principios de 2022, cuando Garay decidió no apoyar la candidatura de Fernández y, en cambio, se alineó con Lucy García Montes y su grupo político.
A pesar de sus confesiones, Garay nunca entregó pruebas a las autoridades ni se presentó ante la justicia. En cambio, continuó su actividad como influenciador en redes sociales, celebrando la victoria de García Montes y Yahir Acuña en las elecciones.
Garay justificó su decisión de no colaborar con la justicia citando la llegada de una nueva Fiscalía que consideraba desfavorable.
“Cuando tú miras los tiempos históricos de lo que es un principio de oportunidad, eso está entre los 12 y 18 meses como rápido. Entonces ya no está allí el doctor Barbosa y en cualquier momento va a haber fiscal de Petro. Entonces es un tema complicado, era casi una ruleta rusa (...) si uno va a entregar algo en lo cual está el primo de la primera dama, la primera dama, dos o tres senadores bien poderosos. Entonces uno es una hormiga peleando con un elefante”, comentó Garay a Cambio.
Sin embargo, en abril de 2024, el periodista y asesor político volvió a crear revuelo cuando confesó que, supuestamente, había acompañado al primo de la primera dama Verónica Alcocer a comprar su título de bachillerato, una acusación que hoy se mantiene bajo investigación en la Corte Suprema de Justicia.
“Claro que el diploma es falso. Fuimos y lo compramos en Barranquilla, en el Paseo Bolívar. Ahí, a un señor que le decían MacGiver, Mario Fernández le pagó 500.000 pesos y le entregaron el diploma”, comentó Garay a la revista.
Garay era conocido por su estilo directo y crítico en su programa, donde frecuentemente atacaba a figuras políticas locales. Asimismo, a lo largo de su carrera, Garay fue acusado de difundir noticias falsas para beneficiar a ciertos políticos.
Sin embargo, él defendía su trabajo alegando que, aunque había cometido errores, estos eran mínimos en comparación con su producción informativa total. Según un colega periodista consultado por Cambio, Garay era conocido por ser un personaje controversial al que los políticos acudían para desarrollar sus estrategias.
En los últimos meses de su vida, Garay enfrentó problemas legales, incluyendo su arresto por conducir un vehículo robado. Fue puesto bajo arresto domiciliario, y fue en su camino a casa cuando fue asesinado. La investigación sobre su muerte sigue sin avances, aunque se ha ofrecido una recompensa por información que conduzca a los responsables.