El ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, ha llevado a cabo una gira por el Medio Oriente y el norte de África. En su agenda se incluyeron visitas a países como Catar, Senegal, Egipto y Jordania, con múltiples objetivos en mente, pero que serían parte de la apuesta que ha hecho el jefe de Estado, Gustavo Petro, en fortalecer la presencia diplomática por diferentes latitudes del planeta; tal y como se conoció cuando se reveló la intención de abrir nueve sedes diplomáticas nuevas.
Uno de los logros más significativos fue la apertura de una nueva Embajada en Senegal, lo cual, según se explicó desde la Cancillería, refuerza las relaciones diplomáticas de Colombia en la región. Sin embargo, hay un tema que ha suscitado menos atención, según reveló Semana, pero gran impacto: la situación de mercenarios colombianos en conflictos bélicos locales, como ocurre en la actualidad con Sudán: país africano que se encuentra inmerso en una guerra civil.
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La problemática de mercenarios en la región se agravó tras el trágico evento donde 22 excombatientes colombianos fueron ultimados por el Ejército de Sudán, según se confirmó el 29 de noviembre por parte del Ejército local, luego de los ataques de drones suicidas; en una operación en la que también cayeron cuatro ciudadanos emiratíes. Este asunto ha requerido una atención especial del canciller Murillo, que buscaría proteger los intereses y vidas de los colombianos.
De acuerdo con el citado medio, el canciller ha adelantado gestiones humanitarias que impactan al país, la principal, la situación de mercenarios colombianos que están siendo asesinados en medio de la guerra que se vive en esa parte del mundo. Esta situación subraya los desafíos y dilemas éticos involucrados en la participación de colombianos en conflictos extranjeros, motivados por las promesas de altos salarios.
Además de la situación de los mercenarios, otro tema crucial durante la gira del canciller ha sido trabajar por la liberación de Elkana Bohbot: un ciudadano colombo-israelí secuestrado por el grupo Hamas hace más de un año. Lo anterior, pese a que el Gobierno ha insistido en que está comprometido con adelantar acciones que permitan la liberación, hasta el momento no ha dado mayores resultados el papel diplomático desde Colombia.
¿Qué pretendería al Gobierno con el papel de Luis Gilberto Murillo?
Más allá de los temas humanitarios y de seguridad, los viajes internacionales del canciller también apuntarían a un mayor acercamiento entre Colombia y los países de la región, y abrir puertas para futuras colaboraciones en áreas como el comercio, la cultura y la tecnología. Y, con ello, beneficiar en materia política y económica en Colombia; aunque ha roto, en el mismo sentido, su vínculo político y comercial con un Israel, con el que tuvo una sobresaliente relación bilateral.
Esta gira de Murillo se llevó a cabo en un contexto geopolítico complejo, en el que las instancias diplomáticas están en riesgo frente a las tensiones existentes en el Medio Oriente y Norte de África. La situación de Sudán, particularmente, ha sido de gran preocupación, pues los reportes cada vez son más impactantes y ha llevado a varios Gobiernos a repensar sus estrategias de cooperación en la región, como el de Colombia, en búsqueda de la paz y seguridad para sus ciudadanos en el exterior.
Colombia, con esta llamativa ofensiva diplomática, intenta no solo resolver crisis puntuales, sino también establecer un ejemplo en la región de cómo los países pueden formular estrategias exteriores resilientes en medio de desafíos globales significativos. A diferencia del jefe de Estado y la radicalización de su discurso, en especial por cuestiones ideológicas, Murillo buscaría balancear las demandas locales con exigencias internacionales, en un escenario desafiante.