En medio de un entorno económico marcado por la inflación y el bajo consumo, el precio del pollo asado en Colombia ha experimentado un aumento durante 2024.
Según el Índice del Pollo Asado, un informe generado por el diario La República, el costo promedio de este plato, uno de los más consumidos en el país, subió más del 5% en lo que va del año, con variaciones notables entre las principales ciudades.
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Este indicador que es una herramienta utilizada para medir el comportamiento de los precios, reveló que en octubre el precio promedio del plato alcanzó los $42.095, lo que representa un incremento de $7.057 en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando se situaba en $35.038.
Medellín se destaca como la ciudad con el pollo asado más caro, con un precio promedio de $51.333 por plato.
El análisis de La República también muestra que entre enero y noviembre de 2024, el precio del pollo asado aumentó un 7%, lo que equivale a $2.800 a nivel nacional.
Tunja reporta el precio más económico, con un promedio de $28.700, mientras que otras ciudades presentan costos considerablemente más altos: Cartagena ($46.800), Villavicencio ($40.667), Cúcuta ($39.667) y Cali ($44.000).
Este índice no solo refleja las diferencias regionales en el costo del pollo asado, sino que también ofrece una visión clara del comportamiento del mercado en las principales ciudades de Colombia.
En este contexto, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicará las cifras de inflación de noviembre el viernes 6 de diciembre, y los analistas prevén que la tendencia a la baja de la inflación continúe.
Según Michael Ortegón, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de Uninpahu que hablo con La República, “la inflación en Colombia ha mostrado una reducción constante durante 2024, iniciando en 13,25% en enero y descendiendo hasta 5,41% en octubre”. Esta disminución se debe en parte a la reducción en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas.
Las expectativas de inflación para finales de 2024 y 2025 han disminuido, según una encuesta de Citi. Los encuestados proyectan una inflación anual general de 5,08% para el cierre de 2024, lo que representa una reducción de 40 puntos básicos respecto al mes anterior. Para 2025, la previsión promedio se ubicó en 3,79%, con una disminución de 5 puntos básicos en comparación con la encuesta previa.
El dato de la inflación de noviembre y diciembre será crucial para definir el aumento del salario mínimo, ya que este se tiene en cuenta para las propuestas finales de dicho incremento. En este sentido, las proyecciones de inflación para noviembre varían entre 5,06% y 5,22%, según diferentes entidades financieras.
Citibank pronostica un ajuste salarial del 6,81% vinculado a la inflación estimada y datos de productividad
La negociación del salario mínimo para 2025 comenzó, y las proyecciones iniciales sugieren un aumento significativo. Según datos del Dane, la productividad total de los factores alcanzó un 1,73% en el tercer trimestre, mientras que la productividad laboral por hora llegó al 3,43%. Estos indicadores son fundamentales para las discusiones en curso sobre el ajuste salarial.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) propuso un incremento del 6% en el salario mínimo, basándose en una inflación proyectada del 5% y un crecimiento de la productividad del 0,78%. Anif argumenta que este ajuste podría contribuir a reducir la brecha de informalidad en el mercado laboral. Por su parte, Citibank proyectó una inflación del 5,08%, lo que, combinado con la productividad reportada, resultaría en un incremento del 6,81%.
Estas cifras son cruciales para las negociaciones, ya que el salario mínimo no solo afecta a los trabajadores que lo perciben directamente, sino que también tiene un impacto en la economía en general. Las discusiones sobre el ajuste salarial son un tema recurrente y de gran importancia, ya que buscan equilibrar el poder adquisitivo de los trabajadores con las condiciones económicas del país.
La negociación del salario mínimo es un proceso complejo que involucra a diversos actores, incluidos el gobierno, los sindicatos y los empresarios. Cada parte busca defender sus intereses, pero el objetivo común es alcanzar un acuerdo que beneficie a la mayoría. Las proyecciones de inflación y productividad son elementos clave en estas discusiones, ya que determinan el margen de maniobra para ajustar el salario mínimo de manera justa y sostenible.