La intolerancia en Bogotá parece estar a flor de piel y, si no, que lo diga el economista de profesión y periodista de oficio Daniel Mejía, tras haber presenciado la agresión de un conductor a uno de los trabajadores de logística de un parqueadero en un centro comercial del norte de Bogotá.
Según informó en un trino publicado en su cuenta de la plataforma X (antes Twitter): “El dueño de este vehículo (de placas JNV 136) acaba de golpear (la tarde del sábado 30 de noviembre) a uno de los trabajadores que apoya el control del tráfico a la salida del centro comercial Unicentro, en Bogotá. Cuando el trabajador le alegó, se bajó del carro y lo amenazó apuntándole con un arma de fuego”.
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Los trancones, característicos de la época de fin de año y agudizado por fechas como el Black Friday, suelen provocar largas filas en las calles que rodean al centro comercial, pero, el tiempo en el tráfico habría sacado de sus cabales al conductor que, sin mediar palabra, decidió encontrar una salida por la fuerza.
Más tarde, el mismo día, reposteó la información junto con un comentario con el que otros bogotanos se sintieron identificados: “Mucho Mercedez. Poca educación. Ayuda y apoyo para identificar a este individuo”.
Una denuncia que generó inquietud en redes sociales, no solo sobre su permiso para el porte de armas, sino también por la manera en la que lo utilizaría: “No lo puedo creer, que susto ¿se imaginan este país con porte legal de armas? Si así no más nos encontramos personajes como estos”, “La realidad del que trabaja en servicio al cliente al norte de Bogotá. Aunque hay personas muy queridas, otras creen que por tener dinero pueden abusar de los demás”, “¿Y las autoridades?... bien, mi hermano. Esperando a que la víctima coloque la denuncia en el 123 y ahí le hacen seguimiento al caso”.
¿Por qué son cada vez más comunes los casos de intolerancia en Bogotá?
Según el director del Laboratorio de Gobierno de la Universidad de La Sabana, Omar Oróstegui, el fenómeno de la intolerancia en Colombia se está viendo intensificado por la incapacidad de muchos ciudadanos para resolver sus diferencias de forma pacífica. Esto está derivando en un aumento de la violencia, no solo en disputas en espacios públicos, sino también dentro de los hogares. Factores como el uso de armas blancas y de fuego, el consumo de alcohol y el ruido en propiedades horizontales agravan este tipo de conflictos, que a menudo escalan a situaciones violentas.
Oróstegui destacó que los motivos detrás de estos conflictos suelen ser triviales: “Es algo tan sencillo como que me miró mal o que está haciendo mucho ruido, y eso termina escalando en violencia”. Este tipo de situaciones cotidianas, como los ruidos excesivos, son una causa frecuente de riñas y disputas, lo cual se refleja en un informe del mismo Laboratorio de Gobierno, basado en datos proporcionados por la Policía Nacional y Medicina Legal. El estudio mostró una clara correlación entre las llamadas al número de emergencia 123 por ruido excesivo y las riñas registradas. En Bogotá, por ejemplo, entre enero y julio de 2024, se reportaron 179.990 denuncias por niveles de ruido que excedían los límites permitidos, lo que ha sido señalado como uno de los detonantes principales de los conflictos de convivencia en la ciudad.
A esta problemática también se suman otros factores, como los conflictos relacionados con mascotas, el consumo de alcohol y la ocupación del espacio público. Según Oróstegui, grandes ciudades colombianas como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla son escenarios recurrentes de estas disputas, donde el ritmo acelerado de vida y la cercanía de las viviendas aumentan las posibilidades de interacciones conflictivas.
Ante esta situación, el mayor Miguel Ángel Rendón, de la Policía Metropolitana de Bogotá, hizo un llamado a la ciudadanía para que utilice “otros mecanismos oportunos” para la resolución de disputas. Rendón subrayó la importancia de preservar la vida y respetar la integridad de los demás, instando a fomentar una cultura de respeto mutuo y tolerancia. “El llamado es al respeto por la dignidad de la persona, el respeto por el derecho que tenemos todos los ciudadanos al derecho fundamental de la vida y a la integridad de las personas”, dijo Rendón, enfatizando la necesidad de aplicar herramientas efectivas para la mediación de estos conflictos.