Transmilenio alertó sobre los puntos ciegos de los articulados: “Mueren muchos motociclistas en accidentes con estos buses”

De los ocho pases de conducción que son expedidos en Colombia, tres forman parte de la categoría C; es decir, la licencia que deben obtener quienes manejan vehículos de servicio público.

Y, como con las categorías A (motos) y B (Particulares), las tres licencias del tipo C se diferencian entre sí por el tipo de vehículo a conducir: la C1 es para automóviles, motocarros, cuatrimotores, camperos, camionetas y microbuses; la C2, para camiones rígidos, buses y busetas; finalmente, la C3 es para articulados como los de la empresa Transmilenio.

Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.

Manejar estos últimos requiere cierta experticia tras el volante, pero aun así sus conductores no están exentos de sufrir un accidente, sobre todo por los llamados “puntos ciegos” que no son pocos, según comprobó el creador de contenido especializado en vehículos de todo tipo, Full Gass.

En un video compartido a través de sus redes sociales explicó que el sistema masivo de transporte de Bogotá, a través de la operadora SI 18, lo invitó a conocer “un bus de 250 personas” desde el puesto del conductor “y les cuento que alrededor mío hay motos y póngale cuidado, adelante no se ven, al lado del conductor no se ven, en el otro espejo no se ven y al lado del copiloto tampoco se ven”.

Además, por la extensión del vehículo, es probable que su conductor tampoco vea lo que ocurre en la parte trasera. De ahí que, incluso, quienes hayan superado capacitaciones y actualizaciones a lo largo de los años puedan tener accidentes con motorizados que no guarden la distancia.

“Aquí, al lado, como si estuviéramos en un semáforo, hay una Honda Navi y, al lado, en el carril del lado hay dos motos que ni siquiera las veo”, insistió Full Gass durante la experiencia.

Ponerse en los zapatos de uno de los conductores de los buses articulados, los más largos que transitan por Bogotá, le ayudó a entender que los vehículos a su alrededor llegan a perderse dependiendo de la distancia a la que se encuentren. De ahí la importancia de que conserven su carril y si llegan a acercarse se hagan notar.

“¿Y usted espera que este man reaccione y lo vea, cabezón? Pilas, no se atraviese a un TransMilenio y si lo ven ténganle respeto, pilas, avisen, piten, no se hagan cruces prohibidos, se están muriendo muchos motociclistas a causa de accidentes con estos buses tan grandes, así que pilas, porque no solamente es usted, son 250 personas que van acá adentro. Pilas pues”, puntualizó.

En Bogotá, el Observatorio de Movilidad reportó en septiembre del pasado una alarmante cifra de 140 muertes de motociclistas en siniestros viales, con corte al 18 de agosto de 2023, representando un incremento del 20% en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando fueron registrados 117 fallecimientos.

Este dato generó preocupación, pues, constituyen casi el 40% del total de 343 víctimas mortales en accidentes de tránsito registrados en la capital hasta entonces.

Según destacó la Secretaría de Movilidad, las principales zonas de riesgo para los motociclistas incluyen avenidas clave como Boyacá, Ciudad de Cali, carrera 30, Caracas, Primero de Mayo, calle 13, avenida de las Américas, carrera 68, calle 26 y calle 80, donde se concentraron el mayor número de incidentes.

Identificados como focos críticos, requieren atención urgente para disminuir la tasa de mortalidad y accidentes. Es ahí donde entran iniciativas como Bloomberg para la Seguridad Vial Mundial (BIGRS).

Su socio, Diego Vargas, dijo en entrevista para El Tiempo que el exceso de velocidad fue el principal factor de riesgo durante los siniestros, apoyándose en un estudio de la Universidad Johns Hopkins.

Dicho estudio reveló que un 57% de los motociclistas suelen exceder los límites de velocidad establecidos, lo que sugiere una necesidad crítica de reforzar la vigilancia a través de radares y otros medios técnicos en los tramos más afectados.