A pesar de los múltiples desafíos a la medicina moderna, la doctora Tatiana Ramírez jamás pensó enfrentarse a una leyenda como la del árbol Caspi, Manzanillo o Pedro Hernández, como se le conoce en las poblaciones rurales de Colombia.
Sorprendida, decidió compartir en su cuenta de TikTok el caso de uno de sus pacientes que, en el día, trabaja en un cultivo de palma.
“Refiere que allá hay un árbol especial (…) para que las personas que trabajan por ese sector puedan pasar cerca del árbol, tienen que pedirle permiso en voz alta –al árbol– para poder pasar”, detalló Ramírez.
Y es que, según escuchó de su paciente, dedicado a labrar el campo: “Le tienen que decir: Don Pedro, permiso. Voy a pasar ¿Sí? Si no le dicen, si no le piden permiso, les va a generar este tipo de lesiones en la piel”.
Continuando con su historia “el paciente menciona que a él se le olvidó pedirle permiso y que, inmediatamente pasó, le salieron estas lesiones. (Dice) Que él no se chuzó con nada, que no lo pico nada, que fue tan pronto él pasó por el lado del árbol”.
Su explicación, de fábula, necesitó un tratamiento médico basado en la evidencia. Una que, por suerte, la doctora Ramírez conocía a profundidad.
Es así que, en un segundo video, respondiendo a uno de sus seguidores que preguntaba sobre el tratamiento a seguir en caso de toparse con el temible Pedro Hernández, la doctora y creadora de contenido sostuviera que, a dos días de haber iniciado a administrar medicamentos, el paciente “tuvo una evolución súper, súper satisfactoria. El tratamiento, realmente, fue sencillo. Se le dejó (prescribió) antistamínicos, cetirizina y valaciclovir. Manejo tópico, crema emoliente”, etc.
Por fortuna, “respondió bien, el paciente ya se siente súper. Y me sorprendió muchísimo, realmente, fue la cantidad de nombres que tiene el árbol: Pepe, manzanillo, Pedro Hernández. Mejor dicho, de todos los nombres. Lo único que me preocupa es que no reconozco el árbol, entonces no sabré si algún día paso por el lado”, bromeó Ramírez.
Sin embargo, es una preocupación real para turistas y locales. De ahí que otros creadores de contenido dedicados a hablar de fauna y flora salvaje, como Esteban Medellín, detallaran que “su tronco contiene un líquido alérgico, a veces transparente o amarillento que podría afectar tu salud. Este venenoso árbol al contacto con la piel o mucosas del ser humano puede ocasionar una fuerte reacción alérgica, al punto de llevarte a una hospitalización por prurito o ampollarte, incluso, inflamarte algunas partes del cuerpo”.
Video: parasito se tomó la pierna de una turista que se rehusó a caminar con sandalias por una playa colombiana
Tras unas largas vacaciones en la costa caribe colombiana, la podcaster Maye Gómez, vivió lo que podría llamarse una pesadilla en carne propia al contraer un parasito por negarse a andar con sandalias en la arena.
n un video, publicado en TikTok, compartió con sus más de 60 mil seguidores cómo fue que se le “metió un parasitó en la pierna” y la “lección de vida porque después de esto (…) nunca van a ir a volver a la playa sin chanclas”, insistió.
De acuerdo con su relato “todo pasó hace un par de años en la hermosa playa de Coveñas, en Colombia”, cuando “estaba viviendo mi mejor vida, tomándome fotos, sin saber que se me había metido un parasito en la pierna”
Todo parecía estar saliendo bien hasta que, una vez regresó a la ciudad, notó que algo extraño había brotado en su espinilla:
“Llegué a Bogotá y me salió una pepita roja en la pierna, pero al comienzo yo dije: bueno, seguramente es un mosquito o una alergia. Y lo tuve así un par de días”, narró.
Sin embargo, “con el tiempo yo sí notaba como que se iba esparciendo y me resacaba mucho, especialmente de noche. No era como dolor, sino como rasquiña horrible, solo de noche”.
Pasaron algunos días y la situación empeoró, a simple vista el sarpullido era alarmante y fue entonces que decidió ir a un sistema de urgencias.
Tras revisarla, le dijeron que podría tratarse de un hongo o reacción alérgica y le recetaron medicamentos; sin embargo, como era de esperarse, el tratamiento no funcionó.
Por suerte, unos días después tenía control con su dermatólogo y fue él quien le dijo que se trataba de un parasito y que la razón de que le picara en la noche era que, en ese horario, ponía sus huevos por toda su piel.
“Se llama larva migratoria y es muy frecuente en el popo de los perros y gatos y, por ende, es muy fácil que se le pegue a uno ¿Por qué? Porque a veces las personas llevan a sus animales a la playa, hacen sus necesidades ahí, no recogen el popo, lo dejan ahí y después uno camina por encima o se acuesta encima de eso y se da la transmisión por contacto entre la piel y la larva que está en el popo del animal”, explicó.
Y ya que, como ella, muchos otros suelen ir a la playa y recostarse sobre la arena o caminar descalzos hizo un llamado urgente, para que eviten el contacto directo con la arena, si visitan una playa en la que se permiten perros y gatos:
“Por favor lleven chanclas y una toalla cada vez que vayan a la playa o la arena. No se acuesten sobre la arena. No lo hagan, porque no quieren que se les meta un parasito como a mí y después pasen noches horribles”.