
En un mensaje de audio publicado el miércoles por el comité del Premio Nobel de la Paz, Machado dijo que había salido de Venezuela y viajaba a Oslo para participar en las festividades en torno a la concesión del premio de este año.
La decisión de María Corina Machado, lideresa de la oposición venezolana, de abandonar su país tras pasar más de un año en la clandestinidad ha elevado de manera drástica la tensión en el enfrentamiento sobre el futuro de Venezuela.
En un mensaje de audio publicado el miércoles por el comité del Premio Nobel de la Paz, Machado dijo que había salido de Venezuela y viajaba a Oslo para participar en las festividades en torno a la concesión del premio de este año.
La noticia situó a Machado en el centro de la atención mundial, electrizó su movimiento y la restableció como protagonista principal en un juego cada vez más beligerante entre el presidente Donald Trump y el dirigente venezolano, Nicolás Maduro.
Machado, de 58 años, recibió el Premio de la Paz por organizar una victoriosa campaña electoral el año pasado contra Maduro, quien ignoró los resultados, se declaró vencedor y reprimió a quienes cuestionaban su pretensión al poder.
Machado no asistió el miércoles a la ceremonia de entrega del premio en Oslo, y al final del día seguía en paradero desconocido. El gobierno noruego dijo que estaba previsto que se reuniera con el primer ministro del país el jueves por la mañana.
Sin embargo, el anuncio de su inminente llegada añadió un giro dramático a una poderosa narrativa política: la valiente lideresa de la oposición venezolana, reconocida con uno de los premios más prestigiosos del mundo por su lucha por la democracia, estaba a punto de reunirse con partidarios en un momento crucial de la historia moderna de su país.
A largo plazo, la decisión de Machado implica importantes riesgos políticos para la oposición venezolana, cuyos líderes previos se han marchitado en una relativa oscuridad tras exiliarse.
El gobierno de Venezuela, que ha encarcelado a cientos de seguidores de Machado, ha dicho que la dirigente opositora sería considerada como una fugitiva si sale del país. Analistas y personalidades del gobierno venezolano afirman que es muy poco probable que Maduro permita que Machado regrese al país si no hay un acuerdo que mantenga a su gobierno en el poder.
"Este es un momento realmente vital para María Corina", dijo Geoff Ramsey, experto en Venezuela radicado en Washington de Recorded Future, una empresa de inteligencia sobre amenazas globales. "El obstáculo al que se enfrenta ahora es asegurarse de que puede convertir este momento en el desencadenante del cambio, en lugar de limitarse a un exilio prolongado".
La reaparición de Machado en la escena mundial se produce cuando Trump se enfrenta a la disyuntiva de cómo proceder con su campaña de presión contra Maduro, a quien su gobierno ha calificado de jefe de una organización terrorista que pretende inundar Estados Unidos de drogas y delincuentes.
Trump ha desplegado la mayor armada naval en el Caribe desde la crisis de los misiles cubanos de 1962 y ha proferido amenazas cada vez más explícitas contra Maduro. (El miércoles, sin dar más detalles, Trump dijo que Estados Unidos se había apoderado de un buque petrolero frente a las costas venezolanas).
Pero los dos dirigentes también hablaron por teléfono el mes pasado, y el gobierno venezolano reanudó este mes la aceptación de vuelos de deportación procedentes de Estados Unidos, lo que impulsó las especulaciones de que ambas partes podrían resolver el conflicto de manera diplomática.
No está claro cómo y cuándo salió Machado de Venezuela. Un informe de The Wall Street Journal que cita a funcionarios estadounidenses afirma que salió de Venezuela en barco el martes. Funcionarios venezolanos afirmaron en privado que se había marchado días antes con el conocimiento del gobierno. Los funcionarios solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hablar públicamente.
Los representantes de Machado no han comentado la fecha ni cómo salió del país.
Hace tiempo que la lideresa rechaza cualquier negociación con el gobierno de Maduro, argumentando que el mandatario solo abandonaría el poder por la fuerza. Ha sido una firme defensora de la campaña de presión militar de Trump contra Maduro, y ha evitado criticar los ataques aéreos estadounidenses contra presuntos narcotraficantes en el mar, que según muchos juristas equivalen a ejecuciones extrajudiciales.
En el extranjero, Machado tendrá la oportunidad de presionar más eficazmente al gobierno estadounidense y a otros aliados internacionales en favor de su causa, dijeron los analistas.
"La política estadounidense hacia Venezuela avanza rápidamente, y esta es una oportunidad para que Machado intente dirigir la estrategia de Washington más claramente hacia el cambio de régimen", dijo Ramsey.
Sin embargo, un perfil público más alto también supondrá un mayor escrutinio público de sus políticas y declaraciones, dijo Christopher Sabatini, experto en América Latina de Chatham House, un grupo de investigación sobre asuntos internacionales con sede en Londres.
El apoyo explícito a las acciones violentas sin la aplicación del debido proceso puede exponer a Machado a críticas de belicismo y reducir su apoyo internacional, dijo Sabatini. Al mismo tiempo, un apoyo insuficiente a las políticas de Trump puede desencadenar la ira de un presidente que ha demostrado ser muy susceptible.
"Ella es, de hecho, la portavoz de la democracia en Venezuela, y no sé cómo va a mantener este equilibrio tan difícil", afirmó Sabatini.
Machado ya ha sido objeto de escrutinio por exagerar los vínculos de Maduro con el narcotráfico, mientras el gobierno de Trump intenta demostrar que Venezuela, un actor relativamente menor en el tráfico de drogas, está inundando Estados Unidos con drogas mortales.
Machado también ha intervenido en polémicas disputas políticas en Estados Unidos que están relacionadas con las falsas afirmaciones de Trump de que ganó las elecciones presidenciales de 2020. En las últimas semanas, ha amplificado las afirmaciones desacreditadas de que el gobierno de Venezuela amañó las elecciones en Estados Unidos.
Mariana Martínez colaboró con reportería desde Caracas.
Anatoly Kurmanaev cubre Rusia y su transformación tras la invasión de Ucrania.
Simon Romero es corresponsal del Times en México, Centroamérica y el Caribe. Reside en Ciudad de México.
Mariana Martínez colaboró con reportería desde Caracas.
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