
El fin de una exención arancelaria para productos con valor igual o inferior a 800 dólares deja a los compradores estadounidenses con un costo adicional que debe pagarse antes de la entrega.
Kim Batten, fisioterapeuta de Oakland, California, compró a principios de año una gabardina a un minorista neerlandés por 456 dólares, un precio que estaba un poco por arriba de su presupuesto.
Pero después de enviar el abrigo, UPS informó a Batten por correo electrónico que tendría que pagar más de 250 dólares por derechos de aduana para recibirlo. Con los gastos de envío, la transacción ascendió a más de 700 dólares.
"Acabó siendo la segunda prenda más cara que he comprado alguna vez, aparte de mi vestido de novia", dijo.
Durante décadas, no se impusieron derechos de aduana a artículos como el abrigo de Batten. Pero este año, el presidente Donald Trump cerró una laguna jurídica que había permitido la entrada libre de aranceles a Estados Unidos de mercancías con un valor de hasta 800 dólares. Esa laguna, conocida como exención de minimis, terminó para los artículos procedentes de China en mayo y para el resto del mundo en agosto. Ahora, los compradores deben pagar aranceles por primera vez, a menudo por importes mucho más elevados de lo que esperaban.
"Definitivamente ahora tengo más dudas sobre dónde compro", dijo Batten, de 35 años.
Demócratas y republicanos estuvieron a favor de finalizar la exención para los productos de poco valor. Dijeron que ayudaba a grandes vendedores, sobre todo los de China, a eludir aranceles y facilitaba el contrabando de fentanilo en el país. Otros países planean ahora poner fin o hacer más estrictas las exenciones de minimis.
Aun así, la brusquedad con la que Estados Unidos cerró la laguna causó importantes disrupciones a vendedores de todos tamaños, así como a empresas de transporte rápido como FedEx y UPS, redes postales y compradores estadounidenses.
"Ha sido un latigazo, sin duda", dijo Clint Reid, director ejecutivo de Zonos, que proporciona programas informáticos que permiten a los vendedores calcular y pagar los aranceles.
Antes del cambio de política arancelaria, entraban a Estados Unidos en promedio unos cuatro millones de paquetes de minimis al día. Ahora, el número de paquetes con valor de 800 dólares o menos que entran al país es mucho menor.
Desde el 29 de agosto, cuando se cerró la laguna jurídica para todos los países, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha despachado más de 70 millones de envíos que antes habrían podido acogerse a la exención, según un portavoz de la agencia, lo que implica una entrada en promedio diaria de más de 800.000 paquetes. El portavoz dijo que la agencia había "evaluado más de 400 millones de dólares en derechos" sobre los paquetes.
"Los volúmenes de paquetes que entran en EE. UU. siguen aumentando a medida que los exportadores se adaptan" a las nuevas políticas, añadió el portavoz.
Los vendedores extranjeros están respondiendo al nuevo régimen de distintas formas.
En lugar de enviar artículos individualmente desde el extranjero, algunos vendedores foráneos han empezado a enviar sus mercancías a Estados Unidos a granel, pagando aranceles en la frontera para después distribuirlas a los consumidores desde almacenes estadounidenses. Y algunos vendedores extranjeros que siguen vendiendo directamente a compradores en Estados Unidos también han decidido pagar ellos mismos los aranceles.
En ambos casos, los vendedores pueden subir precios para cubrir la totalidad o parte de los aranceles, pero los destinatarios estadounidenses no tendrían que hacer un pago aduanero para recibir sus paquetes.
Pero algunos vendedores deciden no pagar ellos mismos los aranceles y piden a sus clientes que lo hagan ellos. Por eso, los compradores tienen que mirar con lupa el proceso de pago y buscar la letra pequeña en los sitios web de los vendedores.
Algunos minoristas extranjeros calculan el importe de los aranceles al pagar, dando a los compradores la oportunidad de decidir si quieren completar la compra. SSENSE, una boutique en línea con sede en Montreal, revela así a los clientes el importe de los aranceles.
Las grandes sorpresas se producen cuando los vendedores no cobran los aranceles a los clientes en el momento de la compra, y no dicen cuánto podrían tener que pagar los consumidores más tarde.
Batten compró su abrigo en julio a Rain Couture, un minorista con sede en Ámsterdam, cuyo sitio web no dice a clientes de Estados Unidos cuánto deberán de pagar en aranceles. Rain Couture ni siquiera indica en su página de pago que es posible que haya que pagar aranceles. En su lugar, los compradores tienen que hacer clic en otras páginas del sitio web de Rain Couture para leer que los aranceles son su responsabilidad. Rain Couture no respondió a las solicitudes de comentarios.
Para recibir su abrigo, fabricado en China, Batten pagó los aranceles a UPS. El pago de aranceles equivalía a casi el 60 por ciento del valor del abrigo. UPS no respondió cuando se le pidió que detallara cómo había calculado el pago del arancel. La ropa fabricada en China puede estar sujeta a distintos aranceles, lo que da lugar a elevados pagos de derechos.
Algunos vendedores advierten claramente que es posible que haya que pagar aranceles, pero no indican el importe.
Esto también puede tomar desprevenidos a los compradores.
Claudia Scholtz, de 78 años, una ávida tejedora de Portland, Oregón, pagó a la empresa canadiense Jane Stafford Textiles 158,36 dólares por unas extensiones de patas, piezas de madera que elevan un telar. Jane Stafford advierte claramente a sus clientes estadounidenses al pagar que lo más probable es que tengan que costear aranceles a UPS más adelante.
UPS notificó a Scholtz que tendría que pagar 333,50 dólares en aranceles para recibir las piezas. Scholtz, una ex gerente de compras, pagó el arancel, pero pidió a UPS que evaluara si había cometido un error, dado que el arancel era más del doble del importe del artículo. Elizabeth Pataky, directora de operaciones de Jane Stafford Textiles, dijo que las extensiones "procedían de Países Bajos".
Una portavoz de UPS dijo que la tarifa se calculó correctamente "basándose en la información facilitada por el remitente". No respondió cuando se le pidió que explicara cómo UPS había calculado el importe de la tarifa.
Scholtz cuida de su marido, quien padece demencia vascular, y dijo que tejer le resulta meditativo. "Es como mi terapia", dijo. Al preguntarle cómo enfocaría ahora las compras por internet, Scholtz dijo: "Tendría mucho cuidado de no elegir un producto que no se envíe dentro de Estados Unidos".
Pataky dijo que Jane Stafford Textiles espera migrar en enero a un nuevo sistema informático que calcula, garantiza y cobra los aranceles en la caja. Dijo que sería "extremadamente difícil" para Jane Stafford, una pequeña empresa, absorber el costo de los aranceles.
Pataky dijo que creía muy probable que UPS hubiera cometido un error al calcular una tasa arancelaria tan elevada para las extensiones de patas, y añadió: "A menudo estamos tan a oscuras como nuestros clientes, y dedicamos un tiempo administrativo considerable a ayudarles a impugnar o anular cargos inesperados".
Los paquetes pueden enviarse a Estados Unidos no solo mediante empresas de transporte urgente, sino también utilizando la red postal internacional, en la que, por ejemplo, Canada Post transfiere un paquete al Servicio Postal estadounidense.
Los vendedores que utilizan la red postal fueron los que más trastornos sufrieron cuando terminó la exención de minimis. El Servicio Postal estadounidense no tiene capacidad para recaudar derechos de aduana a gran escala, y las oficinas de correos extranjeras suspendieron los envíos a Estados Unidos.
Pero la situación mejoró luego de que Estados Unidos permitiera a ciertas empresas cualificadas recaudar y pagar derechos de aduana sobre los envíos de la red postal. Ahora los paquetes que llegan por correo deben tener los derechos pagados antes de entrar en Estados Unidos, lo que evita sorpresas desagradables a los compradores estadounidenses.
Varias oficinas de correos extranjeras, incluidas las del Reino Unido, Canadá y Ucrania, permiten ahora que los remitentes paguen los aranceles, pero el flujo de paquetes postales que entran a Estados Unidos ha disminuido bastante, dijo Reid, de Zonos, que es una de las empresas cualificadas que recaudan y pagan los aranceles aduaneros de los envíos postales.
Dijo que los compradores estadounidenses no estaban acostumbrados a pagar aranceles, razón por la cual la mayoría de los vendedores extranjeros parecen haber optado por pagarlos ellos mismos. "Los vendedores intentan incluirlo de algún modo en el precio del producto", dijo Reid.
Peter Eavis cubre el negocio de trasladar productos por todo el mundo.
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