Viajaba a casa de sus padres por Acción de Gracias y fue deportada a Honduras

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Any Lucia López Belloza, de 19 años, fue detenida por agentes de inmigración en el aeropuerto de Boston antes de un vuelo para sorprender a su familia en Texas. Ahora está en Honduras.

Una estudiante universitaria de 19 años estaba a punto de abordar un vuelo para dar una sorpresa a su familia por el Día de Acción de Gracias cuando fue detenida en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston y deportada a Honduras dos días después, dijeron el domingo su padre y su abogado.

La estudiante, Any Lucia López Belloza, fue traída por sus padres de Honduras a Estados Unidos cuando tenía 7 años. Su padre, Francis López, dijo el domingo en una entrevista telefónica que ni López ni su madre sabían que existía una orden de expulsión.

"Cuando arrestan a Any le dijeron", comentó López, que es sastre.

Dijo que su empleador había organizado y pagado el viaje de su hija a Austin, Texas, para darle una sorpresa en el trabajo.

El abogado de la joven, Todd Pomerleau, describió que el proceso para obtener información sobre su caso era poco claro, incluidos los motivos de su deportación.

Dijo que la habían expulsado incumpliendo una orden judicial firmada el viernes por un juez federal, según la cual López no podía ser expulsada de Estados Unidos mientras su caso estuviera pendiente.

López, estudiante de negocios en primer año del Babson College de Wellesley, Massachusetts, estaba a punto de embarcar en un vuelo de Southwest Airlines con destino a Texas la mañana del 20 de noviembre.

Le dijeron que había un problema con su boleto, así que fue al servicio de atención al cliente y la rodearon agentes de inmigración, dijo Pomerleau.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas dijo a The Boston Globe que un juez de inmigración había ordenado la expulsión de López en 2015, cuando era niña. La agencia no respondió el domingo a una solicitud de comentarios.

Pomerleau dijo que había buscado su información en la base de datos de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de la Inmigración y no logró encontrar ningún registro de su orden de expulsión original.

"Así que no estoy convencido de que tenga una orden de expulsión y, si la tuviera, se la deberían haber notificado, porque desconoce por completo esta situación", dijo.

El sábado, tras pasar una noche detenida en Texas, la subieron a un autobús con grilletes en las muñecas, la cintura y los tobillos antes de embarcarla en un vuelo a Honduras, dijo Pomerleau.

López, que se está hospedando con sus abuelos en Honduras, pidió que su padre hablara en su nombre, dijo el padre. Dijo que a ella le había resultado perturbador relatar los detalles de su traslado, en particular el hecho de que la detuvieran y le pusieran grilletes.

Dijo que su hija le había dicho que no había firmado ningún documento que autorizara su expulsión de Estados Unidos, como hacen algunas personas para evitar detenciones prolongadas.

López vivía en Texas con sus padres y sus dos hermanos menores, de 2 y 5 años, antes de ir a la universidad.

La familia emigró hace casi 12 años a causa de la delincuencia y la inseguridad rampantes en San Pedro Sula, Honduras. López y su esposa temían por su hija, ya que las noticias se llenaban cada semana de "muertos y asesinados", dijo, y decidieron marcharse. "Eso fue lo que nos motivó a nosotros". La familia había solicitado asilo, dijo, pero se lo denegaron, y nunca les dijeron que tenían que apelar para evitar una orden de expulsión.

López describió a su hija como organizada y estudiosa.

"Ella tenía la responsabilidad de ser la primera en graduarse y de ser un ejemplo para los demás", dijo López, quien le había cosido trajes de negocios para entrevistas y prácticas.

Ahora, dijo, su hija está aturdida al volver al país que había dejado hacía tanto tiempo. "Es una realidad que estamos enfrentando, tenemos que prepararnos", dijo.

López dijo a The Globe que le preocupaba cómo iba a continuar su educación.

"He trabajado tanto para poder estar en Babson el primer semestre, ese era mi sueño", dijo. "Lo estoy perdiendo todo".

Una portavoz del Babson College no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios el domingo.

En la época en que la familia López salió de Honduras, la migración desde Centroamérica iba en aumento a medida que la gente, sobre todo en El Salvador, Guatemala y Honduras, huía de la violencia, la delincuencia y el estancamiento económico.

En los últimos años, la migración procedente de Honduras se disparó, y miles de personas se unieron a caravanas de migrantes y acamparon en la frontera entre Estados Unidos y México.

El presidente Donald Trump hizo de la detención de la migración y de la expulsión de los migrantes un mensaje central de sus campañas, más aún en su intento de alcanzar un segundo mandato.

En los últimos días, ha vuelto a centrar su atención en Honduras, respaldando a un candidato de derecha en las elecciones de este fin de semana y tratando de indultar a un expresidente al que muchos expertos culpan de estimular la migración masiva desde su país hacia Estados Unidos.

La presidenta en funciones, Xiomara Castro, ha pasado el final de su mandato intentando equilibrar su obligación para con los migrantes indocumentados en Estados Unidos --de los que se calcula que hay más de medio millón-- con la necesidad de cooperar con el gobierno de Trump, que se ha mostrado estricto con los dirigentes que no respaldan su agenda.

Hasta el 20 de noviembre, casi 30.000 hondureños habían sido deportados este año, unos 13.000 más que en el mismo periodo del año anterior, según datos del gobierno hondureño.

Las autoridades de Honduras no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el caso de López.

El padre de la estudiante dijo que consideraba importante compartir la terrible experiencia de su familia en un momento en que tantas personas se enfrentan a la deportación en medio de las medidas represivas de Trump contra la inmigración.

"He decidido hablar porque es una realidad que estamos enfrentando", dijo.

Amanda Holpuch cubre noticias de último momento y otros temas.

Annie Correal es una reportera del Times que cubre México, Centroamérica y el Caribe.