Alma Allen, escultor estadounidense, es seleccionado para la Bienal de Venecia

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La elección de un artista relativamente desconocido afincado en Ciudad de México pone fin a un caótico y muy retrasado proceso de selección dirigido por el Departamento de Estado.

El Departamento de Estado anunció el lunes que el escultor estadounidense Alma Allen, afincado ahora en México, representaría a Estados Unidos en la Bienal de Venecia del año próximo, poniendo fin a un proceso caótico que había hecho temer a algunos que Estados Unidos no encontrara un artista para participar en la versión del mundo del arte de los Juegos Olímpicos.

Allen, de 55 años, expondrá cerca de 30 esculturas en una muestra organizada por el curador o comisario Jeffrey Uslip y titulada Alma Allen: Call Me the Breeze. La selección de Allen se retrasó considerablemente por una revisión del comité de selección, por la elección anterior de otro artista cuya selección fue finalmente retirada y por el cierre de gobierno más largo de la historia de Estados Unidos.

En una entrevista, Allen dijo que no había solicitado el encargo, pero que Uslip, a quien no conocía, lo había llamado en octubre para preguntarle si aceptaría la selección, una de las distinciones más altas del mundo del arte. Allen, criado en Utah, aceptó sin vacilar, aun cuando algunas personas en el mundo del arte le advirtieron que no se asociara con una gestión presidencial que consideran hostil al mundo del arte.

La mayor parte de lo que Allen expondrá en la Bienal de Venecia, que comenzará en mayo, no serán obras nuevas, pero tiene previsto cubrir los costos de creación de algunas esculturas nuevas, como ha hecho a lo largo de su carrera. El Departamento de Estado, que suele aportar solo una pequeña parte del dinero necesario para exponer en la Bienal de Venecia, cubrirá los costos de envío y otros transportes.

"Me habían dicho que el Departamento de Estado me había aprobado antes de que me lo pidieran", dijo Allen desde su casa en las afueras de Ciudad de México, donde vive desde 2017. "Hasta ahora se han portado estupendamente y me han dado total libertad en lo que quiero hacer".

Como artista autodidacta con un escaso historial de exposiciones en museos de Estados Unidos, Allen no es un candidato típico para el Pabellón de Estados Unidos, un edificio de estilo palladiano de 1930 que ocupa uno de los lugares más visibles de la Bienal de Venecia. Otros artistas que han representado a Estados Unidos han sido nombres destacados como Robert Rauschenberg, Ed Ruscha, Jenny Holzer, Jasper Johns y Simone Leigh.

La exposición individual más reciente de Allen tuvo lugar en 2023 en el Museo Anahuacalli de Ciudad de México. Su última gran exposición en Estados Unidos tuvo lugar en 2022, cuando presentó una única escultura en el Rockefeller Center. Este año instaló una serie de esculturas en Park Avenue. También estuvo en la Bienal del Whitney en 2014.

Allen dijo que sus galerías, Mendes Wood y Olney Gleason, le pidieron que no aceptara el encargo de la Bienal de Venecia y que, cuando lo hizo, lo abandonaron. (Las políticas del presidente Donald Trump han interrumpido las subvenciones de organismos como el Fondo Nacional para las Artes y el Fondo Nacional para las Humanidades, y su gobierno ha presionado a museos y otras instituciones culturales de todo el país para que adapten exposiciones que consideraba censurables).

Ambas galerías dijeron a The New York Times que ya no trabajaban con Allen, pero no quisieron explicar por qué.

"Nadie me ha pedido que haga nada al servicio del gobierno de Trump", dijo Allen, quien señaló que artistas como Leigh y Mark Bradford habían participado en la Bienal de Venecia durante el primer mandato de Trump.

"Siento que represento a mi país", dijo, y añadió que sus antiguas galerías tenían "miedo de algo que realmente no pueden definir".

Un proceso alterado

Normalmente, el Departamento de Estado ha subcontratado el proceso de selección de un artista estadounidense para la Bienal de Venecia al Fondo Nacional para las Artes, que convoca un comité asesor de curadores de museos e historiadores del arte encargados de hacer la selección a partir de una lista de nombres propuestos.

Las propuestas ganadoras han incluido a menudo una asociación entre un artista y organizaciones sin ánimo de lucro dispuestas a organizar la exposición y recaudar fondos para ella. En 2024, por ejemplo, el artista Jeffrey Gibson trabajó con la institución de arte contemporáneo SITE Santa Fe y el Museo de Arte de Portland en su exposición, que contó con un presupuesto de 5 millones de dólares. (Ese año, el Departamento de Estado aportó 375.000 dólares, aproximadamente el 7,5 por ciento del costo total).

Sin embargo, el Fondo Nacional para las Artes no participó en el proceso de selección de este año, una decisión que, según dijo una portavoz de la fundación, se debió "a las actuales limitaciones de tiempo y transiciones de personal" tanto en el fondo como en el Departamento de Estado.

En su lugar, la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado se encargó de organizar el proceso de solicitud, que comenzó más tarde de lo habitual, incluyó a "expertos en arte estadounidense" anónimos (y en número desconocido) y, en última instancia, no cumplió el plazo para tomar una decisión a finales de septiembre.

Una portavoz del Departamento de Estado no respondió a las preguntas sobre el proceso de este año.

No está claro cómo Uslip llegó a colaborar con el Departamento de Estado en el proyecto. Había sido subdirector de exposiciones y programas del Museo de Arte Contemporáneo de San Luis hasta que dimitió en 2016. Una exposición que organizó ese año sobre el artista Kelley Walker incluía imágenes de brutalidad policial contra manifestantes por los derechos civiles, serigrafiados con chocolate blanco y negro untado, según un informe publicado en Artnet en 2016. Algunos miembros de la comunidad negra de San Luis consideraron que las imágenes eran racistas, lo que provocó que se pidiera su despido.

Más recientemente, fue cocurador del Pabellón de Malta en la edición de 2022 de la Bienal de Venecia.

Uslip no respondió a las solicitudes de comentarios.

El mes pasado, los funcionarios del Departamento de Estado pensaron que estaban preparados para anunciar un ganador: Robert Lazzarini, otro artista sin nombre conocido.

Lazzarini había sido un candidato con muchas posibilidades, con escaso historial de exposiciones en museos estadounidenses desde su irrupción a principios de la década de 2000. Los elementos de su propuesta que subió a su cuenta de Instagram mostraban banderas estadounidenses garabateadas y una escultura arrugada de un águila. El Departamento de Estado le informó en septiembre de que había sido elegido, según The Washington Post.

Pero entonces se rompió un acuerdo de financiación de la exposición entre el Departamento de Estado y la Universidad del Sur de Florida, según John Ravenal, el comisario que propuso la exposición de Lazzarini. El Departamento de Estado retiró el encargo de Lazzarini antes de que se anunciara públicamente.

Fueron "dos burocracias que no se compenetraron", declaró Ravenal al Post este mes.

Poco después, circularon informes de que el Departamento de Estado había seleccionado a Allen para representar a Estados Unidos, aunque el escultor no se había presentado oficialmente. En aquel momento, el gobierno federal estaba cerrado y el Departamento de Estado no anunció la selección.

Recogiendo los pedazos

Tras el fracaso del encargo de Lazzarini, una nueva organización sin ánimo de lucro, American Arts Conservancy, ha tomado la iniciativa en la recaudación de fondos. Esto se debe en parte a que socios filantrópicos como la Fundación Ford decidieron no apoyar la participación de Estados Unidos en la Bienal de Venecia este año, como habían hecho anteriormente.

La American Arts Conservancy dijo que estaba recaudando dinero para "una oportunidad única en una generación de restaurar la presencia artística de Estados Unidos en el extranjero al tiempo que se realinean sus cimientos en casa".

Según el sitio web del grupo, Uslip forma parte de su junta directiva.

American Arts Conservancy, con sede en Florida, se fundó este año, según los registros públicos del Servicio de Impuestos Internos. Su directora ejecutiva, Jenni Parido, dirigió una tienda de comida para mascotas en Tampa, Florida, durante casi nueve años, según su perfil de LinkedIn.

"Alma Allen encarna las cualidades de los mejores y más brillantes de Estados Unidos; es una historia de éxito estadounidense autodidacta", dijo Parido en un comunicado de prensa, que la nombra comisaria de la exposición. "La American Arts Conservancy se enorgullece de compartir su obra con el público de todo el mundo en la próxima Bienal de Venecia".

Allen dijo que no estaba concentrado en los detalles relativos a la financiación de su exposición. Hace poco, amplió su estudio cerca de Ciudad de México para incluir a 15 empleados que le ayudarán a prepararse para la Bienal de Venecia. Como inspiración, citó diversas fuentes, entre ellas la escultora francesa Louise Bourgeois, el artista Martin Puryear y las gigantescas cabezas olmecas del México antiguo.

"A veces se tacha mi obra de abstracta o apolítica", dijo. "Pero representa las experiencias que he tenido en mi vida".

Allen abandonó su ciudad natal, Heber City, Utah, cuando era adolescente y estuvo sin hogar durante muchos años, aceptando trabajos ocasionales como limpiar retretes de paradas de camiones y altos hornos, destripar pollos y fregar platos. Cuando aterrizó en Nueva York a principios de la década de 1990, trabajó en la construcción y tallaba esculturas en su tiempo libre, hasta que un camión lo atropelló en el Astillero Naval de Brooklyn en 1994, hiriéndolo gravemente.

"Estaba totalmente desesperado", dijo. "No tenía dinero. Iba con muletas. Una panadería dominicana de Williamsburg me daba arroz y frijoles a crédito".

Todavía con muletas, se dirigió a SoHo, cogió una tabla de planchar y creó un puesto para vender sus esculturas talladas.

"En un par de semanas, lo vendí todo", dijo Allen. "Me cambió la vida".

Dijo que la exposición del Pabellón de Estados Unidos sería un amplio estudio de su carrera. Incluirá, dijo, una obra a gran escala para el patio del pabellón.

"Exponer en el pabellón y representar a Estados Unidos tiene mucha fuerza", dijo Allen. "He aprendido que para hacer cosas en la vida, tenía que estar dispuesto a correr riesgos".

"Así es ha ido mi vida", añadió. "Hay momentos de suerte y momentos de dificultad. Y a veces ocurren al mismo tiempo".

Zachary Small es periodista del Times y escribe sobre la relación del mundo del arte con el dinero, la política y la tecnología.