
Poco después de formarse, la Tierra recibió un tremendo golpe cuando un objeto del tamaño de Marte chocó contra ella. El intruso, conocido como Tea, fue destruido, y partes de él y de la Tierra se dispersaron en el espacio. Lo que resultó fue la Luna.
Es una teoría violenta y elegante de cómo la Tierra consiguió su luna. Pero aún quedan muchas preguntas sobre este cataclismo que creó la Luna. Una importante pregunta sin respuesta: ¿de qué parte del sistema solar procedía Tea?
Un estudio publicado el jueves en la revista Science puede ayudar a responder esta y otras preguntas sobre esa refriega cósmica. Al observar pistas químicas ocultas en las rocas de la Tierra, de los meteoritos y de la materia lunar, los científicos han encontrado restos fantasmales de Tea. Y demuestran que Tea y la Tierra primitiva se formaron con los mismos materiales.
Eso explica por qué la química de las rocas lunares es tan similar a las de la Tierra: el impacto de Tea en una Tierra químicamente similar daría lugar a una luna parecida a ambos orbes.
Esto también significa que la Tierra y Tea se formaron en la misma parte del espacio, en un remolino de polvo y gas junto a un Sol adolescente, en lo que ahora llamamos sistema solar interior.
Aunque existen varias hipótesis sobre cómo obtuvo la Tierra su luna, Tea es la principal sospechosa. El objeto propuesto explica muchas cosas sobre el sistema Tierra-Luna, y la era de creación de planetas del sistema solar "se parece a una vasta partida de billar cósmico", dijo Nicolas Dauphas, cosmoquímico de la Universidad de Hong Kong y autor del nuevo estudio.
Por aquel entonces, los impactos gigantes eran habituales. Con el tiempo, estos disminuyeron, pero no desaparecieron del todo. "Dio la casualidad de que la Tierra fue alcanzada por uno tardío", dijo Thorsten Kleine, geoquímico del Instituto Max Planck de Investigación del sistema solar, en Alemania, y uno de los autores del nuevo estudio.
Las simulaciones de impacto por computadora suelen forjar (aunque no siempre) una Luna formada en su mayor parte por Tea. Este ha sido un punto conflictivo porque la Luna, químicamente, tiene mucho en común con el manto de la Tierra, la capa parecida a masilla que hay bajo la corteza en la que vivimos.
Intentar resolver este rompecabezas es "muy, muy difícil", dijo Paul Byrne, científico planetario de la Universidad de Washington en San Luis, quien no participó en el nuevo estudio. Aparte de dos masas gigantes inaccesibles asentadas en el núcleo de la Tierra, que podrían ser fragmentos supervivientes, Tea ya no existe, al menos no de una forma que pueda estudiarse directamente. "Pero eso no significa que no valga la pena intentarlo", dijo.
Para el nuevo estudio, los científicos se centraron en el contenido de hierro de las rocas terrestres y lunares.
Cuando la Tierra aún estaba en formación, el hierro que había inicialmente trasminó hacia el núcleo, donde permanece hasta hoy. Pero el manto de la Tierra también tiene una cantidad sustancial de hierro. No tiene sentido que se hubiera quedado una cantidad tan grande cuando se formó el núcleo de la Tierra, porque las gotas densas de hierro deberían haber descendido hacia él. Eso significa que una gran fracción del hierro del manto de la Tierra debió de proceder de una fuente extraterrestre en una fecha posterior.
Tea es una explicación útil para ese hierro del manto, que a su vez puede dar pistas sobre la composición general del objeto kamikaze.
El hierro se presenta en distintas formas. Si las mezclas de hierro de las rocas terrestres derivadas del manto y las rocas lunares resultaran comparables, eso sugeriría que la Tierra, Tea y la Luna estaban hechas del mismo material fundacional. El equipo descubrió que eran prácticamente indistinguibles.
Las firmas de hierro de las tres también coinciden con las de los meteoritos conocidos como condritas no carbonáceas. Estas rocas espaciales se formaron cerca del Sol durante los primeros días del sistema solar. Esto sugiere que la Tierra y Tea aparecieron por primera vez en la misma parte del espacio bañada por el Sol.
La Tierra también está extrañamente enriquecida con material creado por un tipo de reacción nuclear en el interior de las estrellas. La joven Tierra se formó cerca del Sol, pero no debería tener tantos ingredientes solares. Los investigadores creen que estos ingredientes adicionales también procedían de Tea, lo que significa que el objeto se formó aún más cerca del Sol que la Tierra.
"Sin duda, han trabajado mucho, recogiendo un montón de muestras y tratando de darles sentido", dijo Byrne. Pero esta nueva historia de la colisión de la Tierra y Tea sigue llena de preguntas que, debido a la autovaporización de Tea, quizá nunca se resuelvan.
"El pasado está realmente perdido para nosotros", dijo Byrne, pero al menos tenemos una luna plateada que admirar en el presente.
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