
Uno de cada ocho estadounidenses utilizan el programa SNAP para comprar alimentos. Con el cierre del gobierno surgieron preguntas sobre su funcionamiento.
El cierre de gobierno más largo de la historia de Estados Unidos trajo consigo una pelea entre el presidente Donald Trump y los demócratas en el Congreso y los estados sobre la ayuda alimentaria y si el gobierno de Trump tenía autoridad para cortarla.
Entonces, ¿qué es el programa de ayuda alimentaria conocido como SNAP, o Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria?
De los cupones de alimentos al SNAP
El SNAP, el mayor programa contra el hambre del país, está financiado a nivel federal, pero administrado en gran medida por organismos estatales. En un puñado de estados, los gobiernos de los condados dispensan las prestaciones y controlan la elegibilidad.
Actualmente, 42 millones de personas con bajos ingresos --uno de cada ocho estadounidenses-- utilizan el programa para comprar alimentos. Las personas reciben las prestaciones de manera electrónica cada mes a través de una tarjeta de transferencia electrónica de prestaciones, o EBT por su sigla en inglés, que funciona de forma muy parecida a una tarjeta de débito.
El programa SNAP es el sucesor moderno del programa de cupones para alimentos, que data de 1939 y del New Deal. El nombre se cambió en 2008 "para luchar contra el estigma", según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
¿Quién tiene derecho?
La elegibilidad se basa en los límites de ingresos --normalmente el 130 por ciento del nivel federal de pobreza-- y los participantes están sujetos a normas de informes y a obligaciones de trabajo. En 2025, esa cifra del 130 por ciento se traduce en 529 dólares semanales para una familia de dos personas, o 27.495 dólares al año, según las directrices federales. El límite de elegibilidad es de 41.795 dólares para una familia de cuatro miembros.
En total, el gasto federal en el SNAP ascendió a casi 100.000 millones de dólares en 2024. Los beneficiarios del SNAP reciben 187 dólares al mes en promedio.
¿Quién recibe el SNAP?
Casi el 90 por ciento de los beneficiarios del SNAP son ciudadanos estadounidenses de nacimiento, según los últimos datos del Departamento de Agricultura, y el 96 por ciento eran ciudadanos.
Alrededor del 62 por ciento de los participantes en el SNAP pertenecen a familias con hijos. Cerca del 40 por ciento de los beneficiarios del SNAP son menores de 18 años, y cerca del 20 por ciento son mayores de 60 años.
Los estados con mayores porcentajes de beneficiarios del SNAP son Nuevo México, Oklahoma, Luisiana y Oregón.
¿Por qué las listas del SNAP dejaron de responder a los buenos resultados económicos?
En el pasado, la inscripción en el SNAP, y sus costos, se han alineado normalmente con las tasas de desempleo y pobreza. El Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura ha descrito el SNAP como un programa "anticíclico" que actúa como "estabilizador automático de la economía", lo que significa que el programa está diseñado para expandirse durante las recesiones económicas y reducirse cuando la economía mejora.
Desde hace décadas, la participación en el SNAP suele oscilar entre el 7 y el 11 por ciento de la población, según el Centro de Investigación Pew, que es apartidista. Ese porcentaje aumentó significativamente durante la crisis financiera de 2008 y sus secuelas, y alcanzó un máximo de casi el 19 por ciento en 2013, es decir, más de 47 millones de personas.
Durante la pandemia, bajo el primer gobierno de Trump, la legislación de emergencia suspendió temporal y parcialmente un antiguo requisito de que los beneficiarios adultos "sanos" del SNAP sin personas a su cargo trabajaran. La suspensión finalizó en 2023, y el gobierno de Joe Biden aceptó añadir requisitos laborales más estrictos al SNAP en virtud de un acuerdo con los legisladores republicanos en 2023.
A pesar de que la economía se ha recuperado, aunque de manera lenta, de la pandemia, la brecha entre estadounidenses ricos y pobres se ha acentuado, y la inscripción en el SNAP no se ha desviado mucho de su nivel de 41 millones. Los analistas han atribuido estas cifras en parte a la debilidad del mercado laboral, la inflación, la incertidumbre sobre la economía y una recuperación desigual que ha enriquecido al extremo superior del espectro económico mientras dejaba atrás al extremo inferior.
La obligación de trabajar está a punto de hacerse mucho más dura
Es probable que la cifra de 41 millones se reduzca pronto, pero no necesariamente porque la economía saque de la pobreza a los beneficiarios del SNAP. En cambio, la ley de política interior firmada por Trump, que entró en vigor el 1 de noviembre, cambiará una serie de criterios que afectan al SNAP, segúnlas directrices federales.
A partir de este mes, los adultos sanos de entre 18 y 64 años deben trabajar al menos 80 horas al mes, o participar en actividades de voluntariado o en un programa de educación o formación, para seguir teniendo derecho a la ayuda durante más de tres meses en un periodo de tres años. El límite de edad anterior era de 54 años.
Los cuidadores de niños han estado exentos durante mucho tiempo de los requisitos de trabajo, y los niños se definían como cualquier persona menor de 18 años a cargo de un beneficiario del SNAP. Con la nueva ley, la exención se aplica solo a las personas que cuidan de niños menores de 14 años. También estaban exentos las personas sin techo, los veteranos y los menores de 24 años que habían dejado de estar en una casa de acogida por su edad. Ahora no están exentos.
La Oficina Presupuestaria del Congreso ha calculado que los cambios obligarán a los estados a reducir o eliminar las prestaciones del SNAP, ya sea porque las personas no cumplen los nuevos requisitos o porque no presentan la documentación adecuada. Se espera que hasta 2,4 millones de personas queden fuera del programa solo a causa de los requisitos laborales.
¿El presidente puede simplemente suspender las prestaciones durante un cierre?
El gobierno de Trump presionó a los demócratas para que votaran a favor de reabrir el gobierno sin las concesiones de atención a la salud que estos exigían, en gran parte debido a que cortó las prestaciones del SNAP. Después de que unos tribunales inferiores dictaminaran que el gobierno tendría que pagar esas prestaciones, el Departamento de Agricultura se apresuró a presentar una apelación de urgencia ante la Corte Suprema en lugar de acatar la decisión. El alto tribunal concedió un indulto y la mayoría de las prestaciones siguen suspendidas.
Los grupos que impugnan la decisión del gobierno de Trump pidieron el martes por la mañana a la Corte Suprema que permitiera que entrara en vigor una orden de un tribunal inferior para obligar al gobierno a entregar a la gente sus asignaciones del SNAP. En un escrito, los grupos dijeron que "personas y familias llevan ya diez días sin la ayuda que necesitan para comprar alimentos", y afirmaron que cualquier otro retraso "prolongaría ese daño irreparable y se sumaría al caos que el gobierno ha desatado, con repercusiones duraderas" en el programa de prestaciones alimentarias.
Esa noche, los jueces ampliaron su fallo temporal, permitiendo al gobierno de Trump retener los beneficios completos de los cupones de alimentos mientras continuaban las negociaciones para poner fin al cierre del gobierno, lo que aumentó la incertidumbre de los millones de estadounidenses que dependen del programa contra el hambre. La orden de la corte expirará justo antes de la medianoche del jueves.
Abbie VanSickle colaboró con reportería desde Washington.
David W. Chen es reportero del Times enfocado en las legislaturas estatales, la elaboración de políticas a nivel estatal y las fuerzas políticas que hay detrás de ellas.
Abbie VanSickle colaboró con reportería desde Washington.
Últimas Noticias
¿Qué tan saludables son las papas?
Reportajes Especiales - Lifestyle

Si la IA difama a alguien, ¿quién es el responsable?
Reportajes Especiales - Business

El trayecto de Corea del Sur hacia el poderío mundial de la belleza
Reportajes Especiales - Business



