
Prácticamente todas las primeras damas de la historia moderna de Estados Unidos se han enfrentado al escrutinio sobre su aspecto, especialmente en lo que se refiere a su cabello. Nancy Reagan, que siempre llevaba un impecable bouffant en capas, se hacía arreglar el cabello al menos una vez a la semana y rara vez se la veía con un mechón fuera de su sitio. Se decía que la "fantásticamente chic" Jacqueline Kennedy se pasaba el cepillo por el cabello 75 veces cada noche.
Pero el cuidado no es una salvaguardia contra las críticas: Los glamurosos peinados de Kennedy la convirtieron en una carga política, mientras que el postizo de trenzas que Reagan utilizó en una cena de Estado fue ridiculizado por la prensa como "una corona".
En el caso de Michelle Obama, quien en 2009 se convirtió en la primera mujer negra que fue primera dama de Estados Unidos tras la elección de su esposo, Barack Obama, como presidente, las críticas por su aspecto no se hicieron esperar: algunos decían que sus vestidos sin mangas atraían demasiada atención a sus brazos definidos y la hacían verse masculina, mientras que otros pensaban que su afición a las chaquetas de punto la hacía parecer "excéntrica" o demasiado informal.
Pero pronto aprendió que ningún elemento de su aspecto iba a estar más politizado que su cabello, que, a diferencia del de las 54 primeras damas que la precedieron, tenía una textura rizada y ensortijada. Decidió mantenerlo liso durante sus ocho años en la Casa Blanca.
"Sabía que no podía darles nada más hasta que el país me conociera", dijo Michelle Obama en una reciente entrevista en video. "Otros intentaban escribir nuestra historia antes de que pudiéramos escribirla nosotros mismos. Así que me dije: No quiero crear otra distracción; quiero que este país se enfoque en llegar a comprenderme como primera dama a través de mi trabajo y mis acciones".
En su nuevo libro de fotos, The Look, que salió a la venta el martes, Michelle Obama escribe sobre las múltiples facetas de su estilo personal, y sobre cómo aprovechó la moda para llamar la atención sobre las causas que consideraba más importantes, como la educación, las familias de militares y la salud infantil.
Michelle Obama, de 61 años, dijo que durante el primer mandato de su esposo se concentró en parecer "accesible y femenina". No quería que la ropa hiciera más ruido que el trabajo que estaba haciendo. Durante el segundo mandato, comenzó a explorar diferentes estilos de moda, pero dejó casi intacto su peinado.
En un capítulo dedicado a su cabello, relata su travesía desde su primera experiencia con el alisado químico, a los 10 años, hasta su estancia en la Casa Blanca, cuando dejó de realizarse ese tratamiento y llevaba el cabello liso y recogido. Animada por su peluquero, Johnny Wright, empezó a llevar el cabello natural bajo pelucas y extensiones, una elección que, según dijo, protegía su cabello de la manipulación constante de peinarse con calor. Todo el proceso era nuevo para ella.
"Hay tantas líneas y productos, hay tantos conocimientos: el calor, las herramientas que se utilizan", dijo. "Ahora es una industria multimillonaria. Eso acaba de ocurrir en el transcurso de mi vida".
"No lo relacioné con el hecho de que esto es lo que están haciendo las actrices negras en Hollywood", añadió.
Sus días de limitarse con los peinados han quedado casi completamente atrás. En sus últimas apariciones, incluida la presentación en 2022 de su retrato oficial en la Casa Blanca, Michelle Obama ha llevado el cabello con largas trenzas sin nudos sueltas, a veces recogido en moños altos o en la nuca o rizos sueltos, y en ocasiones con reflejos castaños claros. El cambio encaja con la transformación de su estilo hacia diseñadores más vanguardistas.
"Comprendí que en algún momento quería aparecer en público con el cabello tal y como me sale de la cabeza", dijo. Para ella, eso significaba trenzas. "Solo era cuestión de cuándo".
Y, dijo, "las trenzas son más fáciles; me dan libertad".
Durante la entrevista llevaba el cabello planchado, con raya en medio sobre los hombros y peinado con rizos sueltos. Dijo que esa elección estuvo en manos de su equipo de peluquería y belleza, que estaba deseoso de probar algo nuevo para la publicación de este libro.
"Vamos a jugar durante toda la promoción de este libro: me pondré lo que quieran", dijo. "Soy como su muñeca. Pero una vez que termine, volveré a mis trenzas".
Usar el cabello para hacer una declaración
En The Look, Michelle Obama sugiere que el estilo personal de las mujeres negras suele ir en dos direcciones: hacia la "respetabilidad" o hacia la autenticidad. Para algunas, eso supone decidir si plancharse o no el cabello en un caluroso día de julio o elegir no quitarse las trenzas cornrow antes de una entrevista de trabajo.
"No sentíamos que tuviéramos libertad de acción para mostrarnos en el mundo como nosotras mismas", dijo. "Yo era abogada corporativa antes de ser primera dama: nadie que fuera mujer de color llevaba trenzas o el cabello natural. Nuestras madres no lo hacían".
En el libro escribe sobre el movimiento del cabello natural, una celebración de las trenzas, las que van sueltas y las que van pegadas a la cabeza, y otros estilos naturales que coincidieron aproximadamente con sus años en la Casa Blanca. En aquella época, muchas mujeres negras se animaron a hacerse "el gran corte", un término utilizado cuando se corta el cabello procesado químicamente para que vuelva a crecer en su estado rizado natural.
En 2025, es fácil decir que Michelle Obama podría haber llevado su cabello natural mientras estuvo en la Casa Blanca y simplemente eligió no hacerlo. Su decisión de no participar en el movimiento fue en sí misma una declaración: decía que así era como debía mostrarse una mujer negra respetable.
"No es algo con lo que sienta que tenga que reconciliarme", dijo. "Es decir, comprendí por qué tuve que hacerlo entonces, y discutiría con quien dijera que tenía libertad para hacer algo diferente, porque creo que eso no es más que una fantasía".
En 2008, una foto de un choque de puños entre ella y su esposo durante la campaña presidencial fue interpretada por comentaristas de derechas como un "puñetazo terrorista". La extraña reacción alcanzó su punto álgido con una caricatura en la portada de The New Yorker que mostraba a la primera dama vestida de camuflaje y con un peinado afro.
Al recordar sus elecciones capilares como primera dama, Michelle Obama dijo que hizo los sacrificios necesarios para ese periodo.
"Pero siento un profundo orgullo y calidez por esta generación de mujeres jóvenes que hacen las cosas de forma diferente", dijo.
Dijo que su decisión de llevar trenzas --como cuandohizo campaña a favor de la exvicepresidenta Kamala Harris durante su candidatura a la Casa Blanca en 2024-- surgió del mismo impulso que tuvo como primera dama de utilizar su plataforma para transmitir un mensaje.
Michelle Obama es consciente de que, más allá de las formas de discriminación a las que tuvo que enfrentarse como primera dama --afiladas portadas de revistas y ácidos análisis--, la discriminación basada en el cabello sigue afectando también a las personas negras comunes y corrientes, especialmente en las escuelas y en el lugar de trabajo.
En 2018, a un niño negro de 6 años de Apopka, Florida, se le prohibió entrar en su escuela debido a sus rastas. Ese mismo año, a una presentadora de noticias negra de Misisipi le dijeron que su cabello natural era demasiado poco profesional para la televisión. Y en 2019, un luchador negro de un bachillerato de Nueva Jersey se vio obligado a cortarse las rastas en un enfrentamiento. Varios estados han respondido a los titulares con la aprobación de versiones de la Ley CROWN, un proyecto de ley federal que pretende prohibir la discriminación basada en la textura o el estilo del cabello de una persona.
Según Michelle Obama, la frustración por el control del cabello negro fue una de las principales razones por las que escribió sobre el cabello en su nuevo libro: para aconsejar a los que están en el poder que lo que hay encima de la cabeza de una persona no debería ser un factor en las decisiones de contratación.
"Es ridículo", dijo. "No entienden nuestro cabello; ni siquiera saben lo que están pidiendo".
Para Michelle Obama, poder aprovechar al máximo la versatilidad de su cabello no siempre fue algo garantizado. Pero dijo que no estaba resentida por el tiempo que pasó llevando el cabello liso mientras estuvo en la Casa Blanca: al fin y al cabo, había un trabajo más grande que hacer.
Gina Cherelus cubre citas, relaciones y cultura para el Times y escribe la columna semanal de citas Third Wheel.
Últimas Noticias
Quién es Zohran Mamdani, la nueva figura política que será el alcalde de Nueva York
El legislador estatal y socialista demócrata autodefinido, de 34 años, se convertirá en el gobernador más joven de la ciudad en más de un siglo. Sustituirá al actual alcalde Eric Adams, quien retiró su candidatura a la reelección en septiembre

¿Perdiste tu vuelo? Evita el pánico con estos sencillos consejos
Reportajes Especiales - Business

Guía para viajar a Costa Rica sin gastar mucho
Reportajes Especiales - Business

Donald Trump sopesa las opciones y los riesgos de los ataques contra Venezuela
Asesores del presidente impulsan planes que van desde operaciones limitadas hasta acciones destinadas a forzar la salida de Maduro

Trump reafirma su apuesta por las pruebas nucleares, pero su secretario de Energía difiere
Reportajes Especiales - News



