
Funcionarios y aliados de Trump sugirieron que el asesinato de Charlie Kirk formaba parte de un movimiento que fomentaba la violencia contra los conservadores, sin presentar pruebas de que esa red existiera.
Funcionarios del gobierno de Donald Trump respondieron el lunes al asesinato del activista Charlie Kirk amenazando con hacer caer todo el peso del gobierno federal sobre lo que, alegaron, era una red de izquierda que financia e incita a la violencia, aprovechando el tema del asesinato para hacer afirmaciones generalizadas sin fundamento sobre sus oponentes políticos.
Los investigadores seguían trabajando para identificar los motivos del asesinato de Kirk, pero el gobernador republicano de Utah, Spencer Cox, ha dicho que el sospechoso tenía una "ideología política de izquierda" y que actuó solo.
La Casa Blanca y los aliados del presidente Trump sugirieron que formaba parte de un movimiento coordinado que fomentaba la violencia contra los conservadores, sin presentar pruebas de que tal red existiera. Estados Unidos ha sido testigo de una oleada de violencia en todo el espectro político, dirigida contra demócratas y republicanos.
El lunes, dos altos funcionarios del gobierno que hablaron de manera anónima para describir la planificación interna dijeron que los secretarios del gabinete y los jefes de los departamentos federales estaban trabajando para identificar a las organizaciones que financiaban o apoyaban la violencia contra los conservadores. Dijeron que el objetivo era clasificar como terrorismo interno la actividad de la izquierda que derivara en violencia, una escalada que, según los críticos, podría sentar las bases para reprimir de manera más amplia la disidencia anticonservadora.
Algunos de los funcionarios de más alto rango del gobierno federal utilizaron el pódcast de Kirk, The Charlie Kirk Show, para exponer sus planes.
Desde su despacho oficial en la Casa Blanca, el vicepresidente JD Vance actuó como anfitrión invitado del pódcast, hablando con altos funcionarios del gobierno, entre ellos Stephen Miller, el principal asesor político del presidente, quienes elogiaron a Kirk al tiempo que detallaban sus planes para tomar medidas contra lo que denominaban como organizaciones no gubernamentales de izquierda. El programa se emitió en las pantallas de televisión de la sala de prensa de la Casa Blanca y en varios despachos del ala oeste.
En sus comentarios, Vance y Miller hablaron en términos vagos y amenazadores sobre los grupos de extrema izquierda que, según dijeron, facilitan la violencia.
Miller dijo que se iba a emprender un esfuerzo formal, con agencias federales persiguiendo lo que denominó como un "movimiento terrorista interno", y que lo harían en nombre de Kirk.
"Con Dios como testigo, vamos a utilizar todos los recursos que tenemos en el Departamento de Justicia, Seguridad Nacional y en todo este gobierno para identificar, desbaratar, eliminar y destruir esta red y hacer que Estados Unidos vuelva a ser seguro para el pueblo estadounidense".
Alabaron el compromiso de Kirk con la libertad de expresión, al tiempo que amenazaron con imponer un precio a la "extrema izquierda", a la que acusaron de fomentar la violencia política en Estados Unidos.
Un funcionario dijo que las autoridades investigarían a quienes estuvieran detrás de la reciente quema de Teslas y de las agresiones contra agentes de inmigración, y que intentarían establecer vínculos entre esos episodios y los grupos liberales organizados.
Tras el asesinato de Kirk, Trump culpó inmediatamente a la "izquierda radical" de gran parte de la violencia política de Estados Unidos, y pareció excusar la violencia de la derecha diciendo que estaba impulsada por personas que "no quieren ver delitos".
El mandatario también prometió investigar quién financiaba y organizaba a la izquierda, sugiriendo que la violencia estaba coordinada de algún modo.
John Cohen, funcionario de inteligencia que trabajó en los gobiernos de Biden, Obama y Bush, dijo que Estados Unidos estaba "inmerso en una epidemia de atentados selectivos y tiroteos masivos", pero también señaló que las afirmaciones del gobierno se produjeron antes de que hubiera concluido la investigación sobre el asesinato de Kirk.
"Los resultados de la investigación sobre el asesinato de Charlie Kirk no se han hecho públicos y no está claro si las fuerzas del orden tienen una imagen completa de lo que motivó a este individuo", dijo Cohen.
"No es tarea de las fuerzas del orden ni de los organismos gubernamentales vigilar el pensamiento", añadió. "La labor de las fuerzas del orden es impedir los actos de violencia y la actividad delictiva".
Katie Rogers es corresponsal del Times para la Casa Blanca y reporta sobre el presidente Trump.
Zolan Kanno-Youngs es corresponsal del Times en la Casa Blanca, donde cubre al presidente Donald Trump y su gobierno.
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