
Varias de las nuevas aplicaciones se basan en la idea de que lo que realmente quieren los usuarios es no tener opciones infinitas.
Imagina que te desplazas por una aplicación de citas y te encuentras con alguien que te llama la atención. Deslizas el dedo y sí: hay una coincidencia.
Pero en lugar de seguir deslizando el dedo por otros perfiles, o incluso iniciar una conversación que podría durar días, te saltas la mensajería dentro de la aplicación. En su lugar, la plataforma te pide que confirmes tu disponibilidad para la próxima cita, en el bar o restaurante que elija la aplicación. ¿Aceptarías estas condiciones?
Varias de las nuevas y restrictivas aplicaciones de citas prometen una conexión significativa y fomentan --mejor dicho, exigen-- citas intencionadas a un ritmo lento. Si quieres encontrar a alguien especial utilizando Cerca, que hace hincapié en la conexión mutua, primero tendrás que entregar la lista de contactos de tu teléfono. En Cuffed, una aplicación que requiere que los posibles usuarios sean aceptados, solo se permite una pareja a la vez para minimizar las charlas superficiales.
Las aplicaciones de citas anteriores, como Tinder, Hinge y Bumble, despegaron en la década de 2010 gracias a la promesa de posibilidades casi ilimitadas; tú, quien buscaba la cita, tenías el control. Ahora, ¿hay apetito por ser dominado por tu aplicación de citas?
Eso es por lo que apuesta la gente de Breeze, una aplicación de citas europea que empezó a estar disponible en Nueva York este año.
Incluso a la hora de elegir el lugar de encuentro, Marco van der Woude, de 30 años, cofundador de la aplicación, cree que lo que realmente quieren los usuarios en 2025 es ceder el control. "Hemos investigado minuciosamente los locales, y nos aseguraremos de que realmente tengas un lugar de encuentro donde el personal esté atento".
No hace tanto tiempo que buscar pareja en una aplicación de citas en una sola tarde era un camino conocido para subir el ego. Chatear con alguien antes de quedar en la vida real se consideraba una forma necesaria de investigarse mutuamente. Ahora, a muchos les parece que el mero acto de filtrar a través del barrido se ha convertido en algo abrumador, o simplemente exasperante.
"Ese es el lobo feroz que está detrás de todo el problema de la fatiga de las aplicaciones de citas, porque esas funciones garantizan que esas aplicaciones optimicen la interacción", dijo Van der Woude. "Cuanto más tiempo pases en línea, más suscripciones pagarás, más anuncios verás, más funciones premium comprarás".
A los usuarios de Breeze se les presentan solo un puñado de perfiles cada día, con la idea de evitar la sensación de "barrido interminable". El uso de la aplicación es gratuito, pero una vez que hay una coincidencia, los usuarios de Nueva York pagan 13,50 dólares. ("Hasta que realmente obtengas algo de valor, es cuando pagas", dijo). Si un usuario no acepta una cita en el plazo de tres días, esta se cancela. Si lo hace demasiadas veces, se congela el perfil del usuario.
A diferencia de Breeze, cuyo grupo demográfico se compone principalmente de personas de entre 20 y 30 años, Cerca pretende captar a la generación Z al crear un ecosistema de citas lleno por completo de amigos de tus amigos, al obligar a los usuarios a invitar a sus contactos a unirse.
A pesar de la aparente novedad, se trata fundamentalmente de un enfoque de la vieja escuela para avalar e investigar a posibles parejas, al hacer responsables a los usuarios de comportarse lo mejor posible mientras se conocen. Y según Myles Slayton, cofundador de la aplicación, implicar a los amigos y a las personas en común ayuda a aliviar el estigma de estar en aplicaciones de citas que todo el mundo dice sentir.
"Ya no te escondes debajo de la mesa mientras deslizas en Hinge y mientes a tus amigos, sino que estás en Cerca con ellos, vas y envías mensajes de texto a tus conocidos: 'Oye, ¿qué opinas de Myles, es normal?'", dijo Slayton, de 23 años.
"Y la verdad es que no existe ese elemento de dejar de contestar sin explicaciones, porque tu reputación está en juego", añadió.
La aplicación tiene un promedio de unas 2000 descargas diarias, según la empresa. Para unirse, los usuarios deben sincronizar sus contactos telefónicos durante el proceso de incorporación, lo que permite que cada perfil que encuentra un usuario esté solo a uno o dos grados de distancia de alguien que ya conoce. Según dijo Slayton, a los usuarios se les presentan unos cuatro perfiles al día.
¿No le parecerá intrusivo a la gente? Tal vez, pero según Slayton, las funciones de seguridad y privacidad de la aplicación --que permiten a los usuarios retener determinados contactos, por ejemplo, y prohíben grabar la pantalla dentro de la aplicación-- hacen que valga la pena.
"Para poder ver a los amigos de tus amigos, tienes que compartir tu agenda telefónica", dijo, y añadió: "Hay aplicaciones que piden tus contactos con un propósito mucho menor".
No es la primera vez que las aplicaciones de citas establecen restricciones diferentes para fomentar citas más seguras e intencionadas. Cuando se introdujo Bumble en 2014, solo las mujeres podían deslizar el dedo primero e iniciar una conversación con los hombres de la red. Esto animaba a las mujeres a ser activas en la aplicación y evitar mensajes no deseados de hombres en línea. (Esta restricción se eliminó apenas el año pasado, cuando Bumble anunció que permitiría a los hombres dar el primer paso).
Puede que a algunos les inquiete la idea de entregar las llaves a una aplicación y dejar que te prepare una cita a ciegas. Pero Van der Woude dijo que solo veía cosas positivas en que la aplicación investigara por ti mediante su algoritmo y la moderación de su personal.
"Realmente estamos apostando por lo que llamaríamos la economía de las citas después del chat", dijo. "Realmente vemos que la demanda de los consumidores está pasando de en línea a fuera de línea".
Gina Cherelus cubre citas, relaciones y sexo para el Times y escribe la columna semanal de citas Third Wheel.