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El exfiscal especial, quien dirigió la investigación sobre Rusia durante el primer mandato del presidente Trump, ha tenido dificultades para hablar en los últimos meses. Un comité del Congreso retiró esta semana una petición para que Mueller testificara.

Robert Mueller, el exfiscal especial que investigó los vínculos entre la campaña del presidente Donald Trump y Rusia, fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson hace cuatro años, dijo su familia en un comunicado el domingo.

En los últimos meses, Mueller, exdirector del FBI, ha tenido dificultades para hablar y ha experimentado problemas de movilidad, dijeron personas familiarizadas con su estado. Como consecuencia, un comité del Congreso ha retirado la petición de que Mueller dé testimonio esta semana en su investigación sobre la gestión gubernamental de las investigaciones sobre Jeffrey Epstein.

"A Bob le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en el verano de 2021", dijo la familia en una declaración a The New York Times. "Se retiró del ejercicio de la abogacía a finales de ese año. Impartió clases en la facultad de derecho que es su alma mater durante los otoños de 2021 y 2022, y se jubiló a finales de 2022. Su familia pide que se respete su privacidad".

La declaración de la familia se produjo después de que el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes dijera que lo citaría a declarar el martes. El comité quería interrogar a Mueller, de 81 años, sobre la gestión del FBI de la investigación sobre Epstein cuando fue su director entre 2001 y 2013.

Mueller se convirtió en director del FBI dos semanas antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Durante su mandato al frente del FBI, tuvo fama de ser una figura dominante, conocida no solo por su capacidad para recordar datos minuciosos sobre casos importantes de seguridad nacional, sino también por su resistencia física.

Surgieron dudas sobre la salud de Mueller tras su titubeante actuación ante el Congreso en 2019, cuando habló de su informe sobre los vínculos entre la campaña de Trump y Rusia, y sobre si Trump había obstruido esa investigación.

Desde que testificó, Mueller --quien tenía desde hacía tiempo la reputación de mantener un perfil bajo-- no ha hablado públicamente ni ha concedido una entrevista a una publicación importante.

El fiscal general en la época del informe de Mueller sobre la investigación de Rusia, William Barr, y el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, que acabarían enfrentados con el fiscal especial por la manera en la que manejaron su informe, se preguntaron el uno al otro en 2019, tras ver a Mueller cara a cara en una reunión, si estaba enfermo, según un libro de Barr.

Los defensores de Mueller y quienes trabajaron directamente para él en la investigación han dicho que, aunque a Mueller se le notó la edad durante la investigación como fiscal especial, era perspicaz y estaba plenamente al mando de su equipo, y tomó todas las decisiones importantes de la investigación.

Durante una reunión clave para discutir las conclusiones de la investigación de Mueller en 2019, las manos de Mueller "temblaban" y su voz era "trémula", escribió Barr en unas memorias publicadas en 2022.

"Sabía que no estaba nervioso, y me pregunté si tendría alguna enfermedad", escribió Barr.

Barr escribió que, tras la reunión, él y el entonces fiscal general adjunto, Rosenstein, hablaron del estado de Mueller.

"Vaya", dijo Barr a Rosenstein. "Bob está fuera de forma".

Según la declaración hecha pública por la familia de Mueller, fue unos dos años después de su comparecencia ante el Congreso cuando le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson, un trastorno del sistema nervioso que empeora con el tiempo. La enfermedad hace que las células nerviosas del cerebro se debiliten y acaben muriendo, lo que provoca síntomas que afectan al movimiento, como lentitud, temblores, rigidez y alteraciones del equilibrio.

En las primeras fases pueden aparecer problemas de salud mental, como depresión o ansiedad. A medida que progresan los síntomas, las personas con párkinson pueden tener dificultades para caminar, hablar, tragar y masticar los alimentos.

La mayoría de las personas diagnosticadas de enfermedad de Parkinson tienen 60 años o más, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. No existe cura, aunque los síntomas en las primeras fases pueden controlarse con medicación o, con menor frecuencia, con cirugía. Se desconoce la causa de la mayoría de los casos, pero los investigadores creen que lo más probable es que sea una combinación de genética y exposiciones ambientales.

El representante James Comer, de Kentucky, presidente republicano del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, dirige una investigación del Congreso sobre la gestión gubernamental de las investigaciones sobre Epstein. Como parte de esa investigación, Comer quiere interrogar a una serie de exfuncionarios del Departamento de Justicia y del FBI y a otros políticos para interrogarlos bajo juramento.

Entre ellos figuran James Comey, exdirector del FBI; Hillary y Bill Clinton, y los exfiscales generales Eric Holder, Merrick Garland, Alberto Gonzales, Jeff Sessions y Barr.

Comer dijo en una carta dirigida a Mueller el 5 de agosto que "durante su mandato como director del Buró Federal de Investigaciones, de 2001 a 2013, el FBI investigó a Jeffrey Epstein por delitos sexuales".

Y añadió: "Dado que usted fue director del FBI durante el tiempo en que Epstein estaba siendo investigado por el FBI, el comité cree que usted posee conocimientos e información relevantes para su investigación".

En 2008, el fiscal federal de Miami, Alexander Acosta, negoció con los abogados de Epstein un así llamado acuerdo de no enjuiciamiento. En virtud de dicho acuerdo, los fiscales federales renunciaron a acusar a Epstein, pero este se declaró culpable de un cargo estatal menor de prostitución de menores. Como parte de ese acuerdo, Epstein cumplió 13 meses en una prisión local, de donde se le permitía salir y trabajar en su oficina seis días a la semana.

Después de que los fiscales federales imputaran a Epstein en 2019, el acuerdo alcanzado en 2008 fue muy criticado, ya que se consideró demasiado favorable para Epstein, quien, según documentos judiciales, siguió abusando de chicas menores de edad en los años siguientes. No está claro el grado de implicación de Mueller en la investigación sobre Epstein.

El papel de Mueller en la dirección de la investigación sobre Rusia años después de abandonar el FBI lo convirtió en una de las figuras más prominentes de Washington durante el primer mandato de Trump, aunque su trabajo estuvo envuelto en el secreto y mantuvo un perfil extremadamente bajo.

Cuando Mueller presentó su informe al Departamento de Justicia, Barr lo calificó en términos favorables a Trump, e hizo hincapié en que la investigación no había encontrado ninguna confabulación entre la campaña de Trump de 2016 y Rusia y que él y Rosenstein habían determinado que la investigación no había encontrado pruebas suficientes para acusar a Trump de obstrucción a la justicia.

Mueller envió a Barr una carta en la que objetaba su descripción, un paso que documentó el enfado de Mueller y de los investigadores del caso por la forma en que Barr había emitido sus conclusiones.

El informe de Mueller constató un esfuerzo concertado de Rusia para interferir en las elecciones de 2016. No estableció ninguna conspiración criminal entre la campaña de Trump y Rusia, pero planteó preguntas sobre si Trump había intentado obstruir la justicia durante la investigación. El fiscal especial dijo que la cuestión de si Trump podía ser acusado era discutible debido a la antigua política del Departamento de Justicia de no procesar a un presidente en funciones.

Michael S. Schmidt es reportero de investigación del Times en Washington. Su trabajo se centra en seguir y explicar investigaciones federales de gran repercusión mediática.

Nina Agrawal es reportera de salud del Times.