Un gladiador romano y un león se enfrentaron en combate. Solo uno salió ileso

Reportajes Especiales - Lifestyle

Guardar

Roman CivilizationArchaeology and AnthropologyLionsBonesYork (England)ResearchPLoS One (Journal)your-feed-science

Los gladiadores luchaban contra leones y otros animales salvajes en las arenas del Imperio romano. Sin embargo, a pesar de todos los relatos de gloriosos combates descritos en textos antiguos, relieves de mármol y mosaicos, que luego se volvieron a contar en películas y otros medios modernos, los arqueólogos nunca habían encontrado evidencias físicas directas, como esqueletos de gladiadores con heridas provocadas por animales.

Ahora, finalmente se ha encontrado una prueba del clásico combate entre el hombre y la bestia en forma de un esqueleto procedente de un asentamiento romano del Reino Unido. Es la primera prueba directa de un gladiador mutilado por un león.

El esqueleto fue descubierto hace 20 años en una excavación iniciada por una pareja que quería renovar el patio de su casa en la ciudad inglesa de York. Un estudio preliminar reveló indicios de un cementerio antiguo, lo que paralizó los planes de construcción.

"En el Reino Unido abunda la arqueología romana", explicó Tim Thompson, antropólogo de la Universidad de Maynooth en Irlanda y uno de los autores de un artículo publicado el miércoles que describe el hallazgo en la revista PLOS One. "Casi no puedes meter una pala en la tierra sin dar con algo antiguo y arqueológico".

El yacimiento más grande contenía los restos enterrados de más de 80 individuos. Casi todos eran hombres jóvenes, y muchos de sus cuerpos mostraban signos de traumatismo. La demografía de los fallecidos, los tipos de lesiones en sus huesos y la forma en que fueron enterrados sugerían que habían luchado como gladiadores hace unos 1800 años, cuando lo que hoy es York era un puesto fronterizo del Imperio romano.

Un esqueleto en particular, identificado por los investigadores como 6DT19, presentaba heridas inusuales: pequeñas muescas en los huesos de la cadera.

Otros investigadores habían observado que estas muescas parecían marcas de mordeduras de un animal grande, tal vez un león. Sin embargo, nadie había demostrado definitivamente su origen. Cuando Thompson se dispuso a hacerlo, se enteró de que las lesiones del 6DT19 podrían ser un descubrimiento de enorme importancia dentro del mundo de la arqueología romana.

"De lo que no nos habíamos dado cuenta cuando empezamos era de que no existían evidencias físicas de gladiadores luchando contra grandes felinos en el mundo", dijo Thompson.

Para determinar si las hendiduras de la cadera de 6DT19 realmente eran marcas de mordeduras, Thompson y sus colegas primero tuvieron que recopilar datos sobre el aspecto de las marcas de mordeduras de los grandes mamíferos. Para eso, hicieron una petición un tanto inusual a varios zoológicos británicos: que los dejaran examinar las sobras que dejaban sus leones.

"Tomamos los cadáveres que los animales habían estado comiendo y luego analizamos las marcas de mordeduras que tenían", dijo Thompson. "Examinamos guepardos, leones, tigres y todo tipo de cosas por el estilo".

Al proyectar una cuadrícula de luz sobre los huesos mordisqueados por los animales de zoológico, los investigadores crearon un mapa de las dimensiones y la profundidad de las mordeduras de los animales. Luego crearon un mapa similar de los huesos de la cadera de 6DT19 y compararon las marcas de mordeduras dejadas por los distintos animales con las hendiduras del esqueleto antiguo. Efectivamente, las heridas del combatiente romano se explicaban mejor por la mordedura de un león.

Sin embargo, la mordedura de cadera probablemente no fue lo que mató a 6DT19. "Creemos que el individuo quedó incapacitado de algún modo, y entonces llegó el animal, que mordió y arrastró el cuerpo", dijo Thompson.

Kathryn Marklein, antropóloga de la Universidad de Louisville, quien no participó en el estudio, comentó que esta marca de mordedura de león revelaba algo más que lo que le había sucedido a un hombre desafortunado hace casi dos milenios; también aporta evidencias de la vida y la cultura en los confines del Imperio romano, sobre todo de cómo se ejercía la violencia del Estado.

"La cantidad de recursos --animales, humanos-- que se empleaban en estos espectáculos para reforzar lo que significaba ser romano, y ser un buen romano, es asombrosa", dijo Marklein.

Los juegos públicos de gladiadores, especialmente aquellos en los que había animales como leones traídos desde miles de kilómetros de distancia, servían de entretenimiento, demostración del poderío romano y advertencia.

"Puedes imaginarte estar allí y ver esto y pensar: 'Oh, sí, cuando venga el recaudador de impuestos, voy a pagar, voy a ser un muy buen ciudadano romano'", dijo Marklein. "'Seré muy bueno, para no terminar aquí'".