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La amenaza del presidente Trump de abandonar a Ucrania añadió urgencia a los planes para financiar la seguridad o reconstrucción del país con los activos congelados en el banco central de Rusia.
La rencorosa amenaza del presidente Donald Trump de abandonar a Ucrania está avivando el apoyo a una propuesta largamente debatida de utilizar miles de millones de dólares en activos rusos congelados con el fin de comprar armas para Ucrania y financiar su reconstrucción.
El dinero --unos 300.000 millones de dólares propiedad del banco central de Rusia-- fue congelado por Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y otros países después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022. El objetivo era castigar al presidente Vladimir Putin por su ataque no provocado y cortar los fondos que podía utilizar para hacer la guerra.
A medida que la guerra se adentra en su cuarto año, un número cada vez mayor de funcionarios europeos y de otros países han pedido que se libere el dinero para compensar de manera directa a Ucrania.
La idea ha cobrado impulso recientemente, cuando el presidente Trump prometió negociar rápidamente un acuerdo para poner fin a la guerra, al tiempo que amenazaba con recortar drásticamente la ayuda estadounidense a Ucrania.
"¡Basta de hablar, es hora de actuar!" publicó Donald Tusk, primer ministro de Polonia, en la red social X el mes pasado. "Financiemos nuestra ayuda a Ucrania con los activos congelados rusos".
Estonia, Lituania y Letonia se han sumado al llamado. "Ha llegado el momento de dar el siguiente paso", dijo el mes pasado Margus Tsahkna, ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, tras presentar un documento de debate sobre el tema ante la Unión Europea.
Philip D. Zelikow, investigador principal de la Institución Hoover de Stanford y exdiplomático que ha estado estudiando cómo transferir los activos a Ucrania, dijo: "Ahora este tema está en primer plano".
Señaló que los bancos estadounidenses solo poseían una pequeña parte de los activos congelados. El grueso de los fondos --unos 250.000 millones de dólares-- se encuentra en instituciones financieras de la Unión Europea, Canadá, el Reino Unido, Australia, Japón y Singapur, según un análisis de Zelikow. Esto significa que un bloque de países podría utilizarlos aunque Estados Unidos no aceptara el plan, dijo.
Tras la invasión, Estados Unidos, Europa y otros aliados aprovecharon rápidamente su dominio del sistema financiero mundial y congelaron los activos rusos en manos de sus instituciones financieras. Más tarde, las democracias industrializadas que forman el Grupo de los 7 se comprometieron a retener los fondos "hasta que Rusia pague por los daños que ha ocasionado en Ucrania".
La última estimación para reparar ese daño es de 524.000 millones de dólares en 10 años, según una actualización publicada la semana pasada por el Banco Mundial.
Sin embargo, la decisión de entregar el dinero del Kremlin a Ucrania en vez de limitarse a prohibir el acceso de Rusia a esos fondos sigue siendo polémica. Expertos jurídicos y funcionarios del gobierno --incluidos algunos que trabajaron para el presidente Joe Biden-- advirtieron que confiscar el dinero podría violar el derecho internacional y socavar la confianza en las instituciones financieras occidentales. Y preocupaba que los activos estadounidenses y europeos depositados en otros países pudieran correr más peligro si surgía un litigio en el futuro.
En el pasado, Francia, Bélgica y Alemania se han resistido a esa idea.
Cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, visitó la Casa Blanca el mes pasado, reiteró que los activos de Rusia "no son nuestras pertenencias, por lo que están congelados". Y a Bélgica, que retiene la mayor cantidad de dinero ruso, por ejemplo, le preocupan las consecuencias jurídicas y financieras potencialmente perjudiciales de transferir los fondos a Ucrania.
Sin embargo, bajo la presión de sus partidarios, la Unión Europea convocó un grupo de trabajo para estudiar la propuesta. Y el verano pasado, Europa y Estados Unidos acordaron conceder a Ucrania un préstamo de alrededor de 50.000 millones de dólares que se reembolsaría con los intereses y las ganancias de los activos rusos congelados.
La semana pasada, Rishi Sunak, miembro del Parlamento británico y ex primer ministro, se pronunció a favor de una transferencia completa. "Debemos encontrar la manera de darle más recursos a Ucrania", escribió en un ensayo publicado en The Economist, argumentando que los activos rusos congelados deberían utilizarse para reconstruir Ucrania y establecer fuerzas armadas que puedan disuadir a Rusia.
"Una vez transferido a Ucrania, este dinero puede utilizarse para garantizar que el país no solo se recupere de la guerra, sino que evite que se repita".
La desastrosa reunión del viernes en la Casa Blanca, durante la cual Trump regañó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, solo subrayó la urgente necesidad de que Kiev encuentre nuevas fuentes de financiación, dijeron los expertos. El lunes, el gobierno de Trump suspendió temporalmente el envío de toda la ayuda militar estadounidense a Ucrania.
Antes del incidente en la Casa Blanca, Trump estaba presionando a Zelenski para que firmara un acuerdo sobre minerales que habría establecido un Fondo de Inversión para la Reconstrucción de propiedad conjunta de Ucrania y Estados Unidos. Parte del dinero que podría obtenerse de la explotación de los yacimientos minerales, petrolíferos y de gas propiedad del gobierno se destinaría al fondo.
Ahora que Trump amenaza con retirar toda la ayuda a Ucrania, sin garantizar la seguridad del país frente a la agresión rusa, Europa ha intensificado la búsqueda de formas para aumentar su apoyo a Ucrania.
El pasado fin de semana, el primer ministro británico, Keir Starmer, y Zelenski acordaron un préstamo de 2800 millones de dólares para equipamiento militar ucraniano, que se devolvería utilizando las ganancias de los activos rusos congelados. El jueves, los dirigentes de los países de la Unión Europea se reunirán en Bruselas en una cumbre especial sobre defensa y Ucrania.
Estados Unidos tiene "cero ganas de dar dinero", dijo Tymofiy Mylovanov, presidente de la Escuela de Economía de Kiev y exministro de Economía ucraniano. "Al final, los activos rusos se utilizarán de una manera u otra", dijo, porque hay pocas opciones. Si la guerra se prolonga, se utilizarán para comprar armas, dijo; y si termina pronto, para la reconstrucción.
Varios expertos jurídicos y exfuncionarios del gobierno, como Lawrence H. Summers, exsecretario del Tesoro; Robert B. Zoellick, expresidente del Banco Mundial y representante comercial de Estados Unidos; y Laurence Tribe, profesor de Derecho en Harvard, han argumentado que los obstáculos jurídicos y financieros de la transferencia de los fondos rusos a Ucrania podrían superarse.
Además, está la imprevisibilidad de Trump. Aunque se resucite el acuerdo sobre los minerales, sigue existiendo el tema de la seguridad para Ucrania.
Nadie va a invertir en Ucrania hasta que se firme un acuerdo de paz y existan garantías de seguridad, dijo Ryan O'Keeffe, director gerente y ejecutivo de comunicaciones de BlackRock. La empresa financiera asesoró a Ucrania sobre cómo crear un fondo de desarrollo, pero aunque los inversores han hecho promesas, hasta ahora ninguno ha otorgado fondos.
Jeanna Smialek colaboró con la reportería desde Bruselas.
Patricia Cohen escribe sobre economía global y reside en Londres. Más de Patricia Cohen
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