
Race and EthnicityBlack PeopleMoviesMarvel EntertainmentCaptain America: Brave New World (Movie)The Falcon and the Winter Soldier (TV Program)Mackie, Anthony
Anthony Mackie coge el escudo en un momento potencialmente incómodo. Sin embargo, hay una forma de que Disney haga lo correcto por él y por la próxima generación de estrellas de Marvel.
Capitán América: Un nuevo mundo es una película mediocre en el mejor de los casos, una cinta toscamente ensamblada que palidece en comparación con los primeros días del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por su sigla en inglés). Sin embargo, es mejor que la reciente seguidilla de desastres de la franquicia, y su fuerte fin de semana de estreno en taquilla parece haberle devuelto cierto impulso al MCU.
Pero lo más destacable de esta película es la ironía de cómo aterriza en el momento político: Capitán América: Un nuevo mundo presenta una iteración negra del superhéroe estadounidense por excelencia luego de que ha transcurrido un mes de un gobierno que ha hecho de la eliminación de la diversidad, la equidad y la inclusión una de sus primeras prioridades.
En cierto modo, el momento elegido por Disney en relación con la diversidad siempre iba a ser inoportuno. Durante la mayor parte de la trayectoria de una de las franquicias mediáticas más taquilleras de todos los tiempos, la diversidad fue una idea secundaria. Durante la primera década del MCU, a lo largo de más de una decena de películas, los héroes que llevaban la franquicia --los protagonistas centrales-- eran exclusivamente hombres blancos, hasta que Chadwick Boseman apareció en Pantera Negra en 2018.
Así que, sí, Disney comenzó con cierto retraso.
Pero cuando llegó el momento de transferir el escudo estrellado del rubio y de ojos azules Steve Rogers (interpretado por Chris Evans) a Sam Wilson (Anthony Mackie), Disney construyó una plataforma estable para que el primer Capitán América negro del MCU liderara su propia película.
La serie de televisión de Marvel de 2021 Falcon y el Soldado del Invierno proporcionó el espacio para que Sam se convirtiera en Capitán América en serio, no solo como una especie de contratación de diversidad del MCU.
La transformación de Sam en el capitán podría haber sido fácilmente la versión del MCU de Un sueño posible, una historia del triunfo de un hombre negro bajo la tutela del verdadero héroe blanco original. También podría haber sido el Capitán Tío Tom, un hombre negro servil que se juega la vida sin rechistar.
Pero Falcon y el Soldado del Invierno exploró las reticencias de Sam a asumir el manto del Capitán América, dada la frecuencia en la que su negritud lo marginaba, lo convertía en un objetivo o en un estereotipo a los ojos de algunos de sus conciudadanos. La serie también presentó a un supersoldado negro llamado Isaiah Bradley, quien recibió el suero de súper soldado como Steve Rogers. Pero Isaiah nunca llegó a ser el héroe alabado que fue Steve; lo convirtieron en prisionero y proyecto científico, lo encarcelaron y experimentaron con él durante 30 años. Es un recordatorio para Sam de lo que puede ocurrir como hombre negro en Estados Unidos, independientemente de su posición, su fuerza o su título.
Esta historia y estos problemas raciales no desaparecen mágicamente cuando Sam obtiene su propia película. Isaiah reaparece en Capitán América: Un nuevo mundo para reforzar este punto; expresa su desconfianza hacia el gobierno y advierte a Sam de que no se convierta en una marioneta que el presidente pueda utilizar para sus caprichos. En la película, Isaiah es inculpado de un atentado contra el presidente, y una multitud de policías lo persigue por los terrenos de la Casa Blanca y acaba encarcelándolo. Isaías está destinado a ser ejecutado. Una vez más, sirve como recordatorio de que incluso la experiencia de un superhéroe negro sigue siendo la experiencia de un hombre negro.
Al final de Capitán América: Un nuevo mundo, Sam ha salvado, por supuesto, a Isaiah, entre muchos otros, y ha demostrado su valía en algunas deslumbrantes escenas de pelea coreografiadas (con y sin su nuevo y mejorado traje con alas cortesía de los wakandianos). La película presenta al personaje como un héroe distinto, un Capitán América sin suero de súper soldado pero con mejor equipamiento, un temperamento diferente y un estilo de pelea distinto. (Se mantienen algunas de las florituras características del personaje, como el impresionante manejo del escudo). Junto con la transformación de Shuri en Pantera Negra en Pantera Negra: Wakanda por siempre, el Capitán América de Sam Wilson marca el inicio oficial de la próxima generación de Vengadores, una alineación que incluirá a más mujeres y personas de color.
Debería ser el momento de una alineación de héroes así de diversa, con un Capitán América negro incluido. De hecho, ese momento debería haberse dado hace décadas. Sin embargo, la máxima ironía de los limitados y retrasados intentos de Disney por lograr la representación es que esta película (cuyo estreno estaba previsto inicialmente para mayo de 2024) llega ahora en un momento en el que no solo el presidente está rechazando las iniciativas en favor de la diversidad, sino que muchas empresas están siguiendo su ejemplo. Disney es una de las que sigue la tendencia, pues acaba de dar marcha atrás públicamente en algunos de sus esfuerzos en materia de diversidad, equidad e inclusión (DEI).
El Capitán América de Mackie se ha encontrado con la previsible reacción negativa de un grupo de seguidores que piensan que no es digno del papel. Aunque un fin de semana de recaudación no es concluyente, es evidente desde hace varios años que los fans de Marvel están preparados para algo nuevo. Y la mejor manera de que Disney guíe con éxito a los fans a través de esta nueva iteración no es intentar predecir en qué dirección soplarán los vientos políticos, sino proporcionar personajes bien escritos y plenamente desarrollados de todos los orígenes, con todos los matices, cargas e historias que conllevan. No debería ser una petición demasiado difícil o política; Disney ha demostrado que es capaz, pero no siempre tiene la disposición.
Maya Phillips es crítica de arte y cultura en el Times. Más de Maya Phillips