Por qué tomar clases de natación cuando eres adulto

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Nunca fui un gran nadador. Tras corregir algunos errores comunes, ahora puedo hacer una sesión de entrenamiento sólida en la piscina.

Nunca he sido un buen nadador.

Es decir, sé nadar. Pero lo que hago en una piscina parece más una batalla por la supervivencia que un entrenamiento, sobre todo después de las primeras vueltas. Mis piernas son demasiado largas, mi brazada es irregular y lucho constantemente por conseguir una respiración decente.

No es divertido, y por eso rara vez nado para mantenerme en forma. Además, la cultura de la natación es intimidante, con sus gorros y gafas y sus normas sobre la división de carriles.

Pero es un gran ejercicio de invierno, si tienes acceso a una piscina cubierta. Así que hace poco me propuse ser mejor nadador, con la ayuda de mis primeras clases desde la escuela primaria.

Resulta que puedes mejorar mucho con pocas lecciones. Y una vez que lo haces, de repente tienes otra opción para un entrenamiento aeróbico que es suave para las articulaciones.

"Esa es la ventaja de la natación", dijo Matthew Barbini, director de rendimiento de USA Swimming, la organización nacional de gobierno para la natación en Estados Unidos, quien llegó a este deporte tras una lesión en su adolescencia. "Realmente no hay impacto. No hay pavimento involucrado. Realmente no hay equipo de por medio".

Las clases de natación son muy útiles

Aunque nadar es fácil para el cuerpo, hacer ejercicio bajo el agua puede resultar fundamentalmente antinatural. Así que no es sorprendente que necesites más guia como adulto para hacerlo bien.

Contraté a Angie Peluse, una entrenadora de natación en el área de Denver especializada en enseñar a adultos, para que evaluara mi técnica de estilo libre. Dijo que aproximadamente la mitad de sus clientes son como yo: saben nadar, pero necesitan un instructor.

Así que me zambullí en la piscina y ella evaluó rápidamente mi brazada. Los nadadores que no han recibido entrenamiento, como yo, pueden resolver muchos de sus problemas en cuatro o seis clases, dijo Peluse, con un par de sesiones de práctica entre ellas. Lo ideal es que sean semanales, así que prepárate para ir bastante a la piscina durante uno o dos meses.

Si no sabes nadar en absoluto, aprender los conceptos básicos puede llevarte más tiempo, dependiendo de tu nivel de ansiedad en el agua.

No hay un organismo nacional que rija a los instructores de natación. Para encontrar uno bueno, recomienda Peluse, empieza por centros recreativos o los grupos locales de natación para adultos. Después, prueba con equipos universitarios de natación cercanos.

Pero si quieres mejorar tu nivel de natación por tu cuenta, aquí tienes algunos de los errores más comunes que la gente --incluido yo-- comete en la piscina.

Lección 1: posición del cuerpo

Mi primera lección fue en una piscina de 7 metros en la oficina de Peluse. Rápidamente, se dio cuenta de mi primer error, muy común entre quienes nunca han recibido entrenamiento. Intentaba mirar hacia delante, hacia el otro extremo de la piscina, lo que forzaba mi pecho hacia arriba y mis pies hacia abajo, lo que hizo que me hundiera en el agua.

Por naturaleza, soy menos flotante que la mayoría de las personas. Cuando floto de espaldas, mis piernas se hunden inmediatamente, por mucho que lo intente. Así que esta lección era especialmente importante para mí.

Cómo mejorar

Esto es fácil: mira hacia abajo y mantén la vista en la línea central del fondo del carril de natación. Pase lo que pase, no mires hacia arriba.

"La pared no se va a mover", dijo Nadine Ford, una veterana entrenadora de natación y fundadora de Mahogany Mermaids en Charlotte, Carolina del Norte. "Relájate. Baja la cabeza".

Mirar hacia arriba es un hábito sorprendentemente difícil de abandonar, así que planifica al menos una sesión práctica en la piscina en la que trabajes solo en mantener la cabeza hacia abajo.

Lección 2: patalear

También era evidente que me centraba demasiado en los brazos y no lo suficiente en las piernas.

"La patada es la parte más propulsiva de la brazada" para los nadadores de élite que van a máxima velocidad, dijo Barbini, quien asesora a atletas de todo el país. Para el resto de nosotros, la patada es importante para mantener las caderas en la superficie, dijo, y mejorarla es la forma más fácil de aumentar la velocidad.

Como básicamente intentaba impulsarme por el agua con los brazos, mis patadas eran demasiado amplias y lentas. Unas patadas más lentas significan menos propulsión y, una vez más, tendencia a hundirse.

Cómo mejorar

Empieza nadando una vuelta como lo haces normalmente. Luego prueba una en la que te concentres en agitar las piernas para dar patadas más rápidas y comprueba si notas alguna diferencia. Peluse dijo que te imaginaras que estás pateando un par de pantuflas, con las piernas estiradas y los dedos de los pies extendidos.

"Debes hacerlo lo suficientemente grande como para que te impulses", dijo Barbini, pero "lo suficientemente pequeño como para no crear una resistencia innecesaria".

En cada vuelta, Peluse me hacía empujarme desde el lateral de la piscina, con las manos delante como si me estuviera zambullendo, y llegar tan lejos como pudiera bajo el agua dando solo patadas. Enseguida sentí lo mucho que podían hacer mis piernas y me esforcé para patalear más rápido y con más fuerza.

A continuación, nada una vuelta utilizando una tabla y un par de aletas, si las tienes. La tabla te obligará a patalear más rápido para avanzar, y las aletas añadirán velocidad y mantendrán tus caderas elevadas. También son difíciles de usar sin la forma adecuada.

"Siente cómo es la resistencia", dijo Ford. "Luego te las quitaremos, e intentaré que lo imites".

Lección 3: brazos

Peluse me explicó que pasaba demasiado tiempo con los brazos debajo del agua, en lugar de delante de mí, lo que reducía mi brazada.

La mejor forma de mantenerse a flote es mantener ambos brazos estirados delante de la cabeza, como un buceador. Cuanto más tiempo pases con al menos un brazo así, mejor.

Cómo mejorar

Hay una manera muy sencilla de aprender esto: el ejercicio de recuperación. Sujeta un tabla delante de ti mientras mantienes ambos brazos completamente extendidos. Ahora comienza la brazada, pero mantén una mano en la tabla en todo momento, soltándola cuando la siguiente agarre la tabla. Al principio puede parecer incorrecto tener los brazos extendidos durante tanto tiempo, pero sigue así.

Lección 4: respiración

"Aunque seas el mejor nadador del mundo, la respiración siempre te hará ir más lento", dijo Barbini.

Además, nunca tengo la sensación de respirar lo suficiente, sobre todo después de la primera vuelta. Siempre estoy girando para sacar la cabeza del agua y respirar más. Aprendí que el problema no era tanto la frecuencia con la que respiraba, sino el ritmo.

Cómo mejorar

Dominar la respiración requiere trabajo y muchos nadadores experimentan con su técnica durante años. Pero el primer paso es sencillo: inhalar por encima del agua y exhalar bajo el agua. Demasiadas personas exhalan mientras tienen la cabeza fuera del agua, dijo Peluse. Practica exhalar completamente, lenta y constantemente, bajo el agua en lugar de hacerlo de golpe justo antes de respirar.

"Es un proceso lento", dijo Ford.

Me gustaría decir que ahora soy tan ágil como un delfín en el agua. No lo soy, y todavía me cuesta dar las primeras vueltas. Pero después de cuatro clases, puedo ir a cualquier piscina del país, hacer un buen ejercicio y sentirme como en casa.

Y, en un buen día, puede que incluso me divierta un poco haciéndolo.

Erik Vance es editor de plantilla de la sección Well del Times, donde se ocupa de temas relacionados con la condición física y un estilo de vida saludable. Más de Erik Vance

(James Stukenberg/The New York Times)

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