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En un comunicado en su sitio web, el autor de éxitos de superventas negó rotundamente las acusaciones publicadas en la revista New York.
El martes, el autor de superventas Neil Gaiman negó las acusaciones de agresión y abuso sexual formuladas contra él por múltiples mujeres y recogidas en un explosivo artículo de la revista New York esta semana.
En un comunicado en su sitio web, Gaiman negó rotundamente haber participado en "actividades sexuales no consentidas con ninguna persona". Escribió que ha guardado silencio sobre las acusaciones para evitar llamar la atención sobre "un montón de desinformación", y calificó de "totalmente consentidas" sus relaciones con las mujeres que han alegado que las agredió y presionó para que realizaran actos contra su voluntad.
Los reportes sobre Gaiman comenzaron a salir a la luz el verano pasado, cuando varias mujeres se presentaron en un pódcast producido por Tortoise Media y acusaron al autor de haberlas agredido sexualmente. Pero la revista New York publicó el lunes una serie mucho más detallada y perturbadora de relatos de múltiples mujeres que alegan que Gaiman las violó, presionó, maltrató y agredió. El artículo describe el supuesto comportamiento abusivo de Gaiman hacia las mujeres, quienes afirman que las obligó a realizar actos degradantes, como lamerle vómito del regazo, y en algunos casos las presionó para que mantuvieran relaciones sexuales mientras su hijo pequeño estaba presente en la habitación.
Algunos escritores destacados --entre ellos JK Rowling, Jeff VanderMeer, Maureen Johnson y Naomi Alderman-- denunciaron el comportamiento de Gaiman y criticaron la tibia respuesta del mundo literario a las acusaciones. Otros sugirieron que los comités de premios deberían anular algunos de los galardones literarios de Gaiman. Algunos libreros se preguntaron si debían dejar de vender sus libros, que han vendido decenas de millones de ejemplares en todo el mundo e incluyen libros infantiles, cómics y queridas novelas de fantasía como American Gods y El libro del cementerio. Los fans, consternados, juraron que no volverían a comprar ni leer la obra de Gaiman.
Aunque, tras las acusaciones iniciales, se abandonaron algunos de los proyectos televisivos y cinematográficos de Gaiman, las respuestas de sus editores, agentes y colaboradores profesionales han sido mucho más moderadas.
Los abogados de Gaiman no respondieron a la solicitud de más comentarios.
HarperCollins, que ha publicado muchas de sus obras más notables, y Marvel, la editorial de cómics, no tienen previsto publicar nuevos libros con Gaiman, según representantes de las empresas.
Su agente literario en Writers House, que representa a autores de éxito como Dav Pilkey, Nora Roberts y Ally Condie, no respondió a las peticiones de comentarios sobre si la agencia seguiría representándolo. Norton, que publicó una edición ilustrada de Mitos nórdicos de Gaiman el pasado noviembre, no respondió cuando se le preguntó si la empresa publicaría obras de Gaiman en el futuro. DC Comics, que publicó su exitoso cómic The Sandman, junto con otras obras, declinó hacer comentarios cuando se le preguntó si DC seguiría publicándolo.
Para algunas de las mujeres que han acusado a Gaiman de conducta inapropiada, las moderadas respuestas de sus editores y colaboradores son una amarga decepción.
Katherine Kendall, de 36 años, fue una de las mujeres entrevistadas por Lila Shapiro para el reportaje de la revista New York. Conoció a Gaiman cuando tenía 22 años, mientras trabajaba como voluntaria en una de sus lecturas en Asheville, Carolina del Norte, donde aún vive. Describió cómo, en otra lectura, 10 meses después, Gaiman --a quien había crecido leyendo y admirando-- la llevó a la parte trasera de su autobús de gira y "se tumbó encima de ella". Según Kendall, le dijo: "Bésame como si quisieras" y "Estoy acostumbrado a conseguir lo que quiero".
Según el artículo, Gaiman le dio más tarde a Kendall 60.000 dólares para pagar por terapia en un intento, como él dijo en una llamada telefónica grabada, de "reparar parte del daño".
En el comunicado publicado el martes, Gaiman no abordó acusaciones concretas, pero dijo que revisó los mensajes que intercambió con algunas de las mujeres "tras las ocasiones que posteriormente se han denunciado como abusivas", y que los mensajes reflejan "relaciones sexuales totalmente consentidas" que "parecían positivas y felices para ambas partes".
En una entrevista con The Times, Kendall describió la "cultura del secretismo" en torno a Gaiman. "Las obras de Neil eran su cebo, y los actos promocionales eran su terreno de caza", dijo. "Mientras sus editores y colaboradores profesionales guarden silencio, Neil seguirá teniendo un acceso sin restricciones a mujeres vulnerables".
Kendra Stout, otra de las mujeres, declaró a la revista que, en 2007, Gaiman la obligó a mantener relaciones sexuales con él mientras ella "había desarrollado una infección urinaria que se había agravado tanto que no podía sentarse". El artículo afirma que, el pasado octubre, Stout presentó una denuncia policial en la que acusaba a Gaiman de haberla violado.
"El silencio de la comunidad que lo rodea --su comunidad de seguidores, sus editores-- es elocuente y perturbador", dijo Stout en una entrevista con The Times. "He escuchado que era un secreto a voces que era un depredador, pero esa red de rumores no llegó hasta mí".
Algunos libreros estaban divididos sobre si debían seguir surtiendo los libros de Gaiman. Lauren Nopenz, gerente y compradora de Curious Iguana, una librería de Frederick, Maryland, dijo que la tienda dejaría de tener libros de Gaiman en sus estanterías, pero que encargaría ejemplares para los clientes que los solicitaran. "No queremos que nadie entre en la tienda y vea libros que le incomoden", dijo Nopenz. Sarah Bagby, propietaria de Watermark Books, en Wichita, Kansas, dijo que su tienda seguiría vendiendo la obra de Gaiman mientras haya demanda de los clientes, pero que quizá no promocionaría mucho sus libros. "Es una situación difícil, pero lo seguiremos vendiendo", dijo.
En las redes sociales, varios autores expresaron su conmoción y horror por las acusaciones. Pero algunos autores que eran amigos de Gaiman fueron más contenidos. La pareja de escritores Ayelet Waldman y Michael Chabon, que en 2011 fueron anfitriones en su casa de la boda de Gaiman con la música y escritora Amanda Palmer, dijeron que aún estaban procesando los informes.
"Estoy intentando asimilar todo esto y no sé qué decir", escribió Waldman en un correo electrónico.
Chabon respondió de forma similar: "Simplemente no tengo el ánimo de hablar de ello".
Palmer, que se separó de Gaiman hace varios años, declinó hacer comentarios a través de un portavoz, quien dijo que "aunque Palmer está profundamente perturbada por las acusaciones de que Gaiman ha abusado de varias mujeres, en este momento su principal preocupación es, y debe seguir siendo, el bienestar de su hijo y, por tanto, para proteger su intimidad, no tiene ningún comentario que hacer sobre estas acusaciones".
Después de que Gaiman publicara su comunicado, en el que señalaba que "podría y debería haberlo hecho mucho mejor" en sus relaciones con las mujeres, algunas de las mujeres que han denunciado dijeron sentirse defraudadas, pero no sorprendidas.
Stout compartió un comunicado de varias de ellas --no fue posible contactar con alguna-- en respuesta a la publicación de Gaiman. Decía: "Nos decepciona ver la misma disculpa falsa que mujeres en esta situación han visto tantas veces antes".
Elisabeth Egan es redactora y editora del Times Book Review. Lleva 30 años trabajando en el mundo editorial. Más de Elisabeth Egan
Alexandra Alter escribe sobre libros y el mundo literario y editorial para el Times. Más de Alexandra Alter