Los 'roadies' de más de 70 años que hacen posibles las giras de rock

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Parecería que el negocio de la música devora a los jóvenes e ignora a los mayores. Pero hay una excepción fascinante: los técnicos de gira y su medio siglo en la industria.

Es curioso, el negocio de la música: devora a los jóvenes e ignora a los viejos. O al menos así es en apariencia. Aparte de un puñado de ejecutivos atrincherados y un circuito de artistas consagrados, las oportunidades de empleo en el sector para las personas en edad de jubilación pueden parecer escasas. Pero hay una excepción fascinante: muchos de los técnicos de gira --mejor conocidos como roadies--, técnicos de instrumentos y técnicos de sonido en vivo más respetados y contratados del sector tienen más de 60 e incluso 70 años.

Son los revisores de sonido que resoplan y cuentan en los micrófonos; los velocistas de negro que sacan las guitarras entre canciones; los temerarios que suben a las vigas para ajustar las luces; los espeleólogos que escarban bajo los escenarios para ajustar los cables. Su trabajo consiste en crear una experiencia fluida para el aficionado a la música y una experiencia indolora para el músico. Hacen que el sector de la música en directo siga funcionando, y puede que entre sus filas haya más empleados con derecho a Medicare que en cualquier otro sector de la industria musical.

Kevin Dugan, de 70 años, lleva trabajando con el otrora bajista de Van Halen, Michael Anthony, desde que Jimmy Carter era presidente. Dallas Schoo, de 71 años, lleva 52 en el negocio y ha sido técnico de guitarra de The Edge desde que U2 tocaba en clubes y salas de baile (también trabaja con Bruce Springsteen). Betty Cantor-Jackson, de 76 años, trabajó por primera vez en una mesa de sonido para los Grateful Dead en 1968, y sigue trabajando en bastantes conciertos locales en el Área de la Bahía. "No siempre tenemos que desaparecer", dijo Cantor-Jackson. "Haré esto hasta que ya no pueda arrastrarme ahí".

Para los músicos que los contratan, estos veteranos a menudo resultan preferibles a técnicos y sonidistas más jóvenes y menos curtidos. "No he llenado una solicitud de empleo en 50 años", dijo Frank Gallagher, de 77 años, quien sigue trabajando en una residencia en Las Vegas de los B-52's, que continúa en abril. (Cuando empezó a mezclar en directo para los Talking Heads en 1977, ya llevaba 11 años en el negocio). "El otro día alguien me pidió un currículum", dijo. "Le contesté: pregúntale a cualquiera con quien haya trabajado, ¿no crees?".

Danny Goldberg, mánager musical veterano y ejecutivo de una discográfica, dijo que estos roles conllevan una relación extraordinariamente personal con el artista. "Es como tener un médico: quieres a alguien que te conozca de manera íntima. Es una gran ventaja para el artista tener continuidad, y no quieres empezar con alguien nuevo si no es necesario", dijo. "Si no está roto, no lo arregles. ¿Verdad?"

Anthony, el bajista, estuvo de acuerdo: "Kevin Dugan lleva 43 años trabajando conmigo", dijo. "Con esa experiencia, puedo subir al escenario cada noche y sentirme totalmente relajado y seguro de que lo tiene todo controlado".

DESPUÉS DE LAS 10:30 de la mañana de un sábado de mediados de octubre, Bob Czaykowski, conocido como Nitebob, salió de un Quality Inn de Seekonk, Massachusetts, y se subió al asiento del copiloto de la furgoneta Sprinter para 12 pasajeros que lo llevaba a él y a la banda Lez Zeppelin a su siguiente concierto. Tenía por delante un día entero de subir escaleras, levantar maletas, comprobar líneas, colocar micrófonos, probar enchufes, colocar alfombras de batería y hacer pruebas de sonido.

Czaykowski, de 74 años, estaba encantado de por fin sentirse casi al cien tras dos prótesis de rodilla. Ese día haría lo mismo que ha hecho durante el último medio siglo: hacer que bandas extrañas, maravillosas, ruidosas y estridentes suenen tan brillantemente extrañas, maravillosas, ruidosas y estridentes como sea posible.

Czaykowski es quizá una de las personas más famosas de su gremio. Prácticamente todos los técnicos en activo reaccionan con asombro ante su nombre, al igual que muchos músicos, jóvenes y viejos. Czaykowski fungió como "front of house" --así se denomina formalmente a la persona que está detrás de los mandos de la mesa de sonido-- a principios y mediados de la década de 1970 para los New York Dolls, los Stooges, Aerosmith y otros; más recientemente fue el colaborador más cercano y técnico de guitarra del colíder de Steely Dan, Walter Becker. Durante los últimos 13 años, Czaykowski se ha ocupado principalmente de la mesa de sonido de Lez Zeppelin, la banda femenina de versiones de Led Zeppelin.

"Solo quiere estar en la carretera y mezclar para una banda y pasar el rato con la banda", dijo la guitarrista de Lez Zeppelin, Steph Paynes. "Así es un guerrero del camino, cuando te entusiasma salir a la carretera, pase lo que pase. Te gusta o no te gusta", añadió. "Bob puede meterse en una furgoneta, una Sprinter, un autobús, lo que sea, y sentarse allí con el resto de nosotros durante seis horas. Nunca está de mal humor, del tipo 'Dios mío, no he dormido'. Nunca se queja de eso. Está hecho para el camino".

El trabajo de un buen técnico es casi invisible para el público. "La gente dice: 'Vaya, qué espectáculo más increíble, amigo. ¡Han tocado 90 minutos!' Pero no tienen ni idea de lo que cuesta lograr esos 90 minutos", dijo Ingo Marte, quien lleva 41 años trabajando con bandas de hard rock como Danzig, Saxon y Armored Saint. (Tiene 65 años, relativamente joven.) "En realidad tuve un infarto muy grave hace como ocho años", añadió, "y fue entonces cuando pensé, vale, se acabó. Se acabaron las giras. Pero me levanté y sigo en ello".

El trabajo de Schoo con The Edge implica mantener y afinar hasta 27 guitarras por noche, así como ajustar con precisión la alucinante variedad de efectos que el músico utiliza, en tiempo real, para construir su sonido. Schoo dijo que las residencias de U2 en la Sphere de Las Vegas en 2023 y 2004 fueron especialmente arduas.

"Hay 17 escalones desde el suelo --donde se encuentra mi mundo de guitarras-- hasta el escenario. Entonces tenía 70 años y subía y bajaba una y otra vez esos escalones con una guitarra de tres kilos y medio durante 40 funciones. Me pagan muy bien por ello, pero siempre estoy pensando, ¿cuándo tropezaré? ¿Será esta noche cuando me caiga por esas escaleras?".

Y añadió: "Rezo una oración todas las noches, de verdad. Pido, por favor, ayuda a todas estas máquinas. Por favor, haz que mi dominio de ellas funcione, no para mí, ni siquiera para The Edge, sino para estos 30.000 aficionados. Deja que funcione para ellos. Se lo merecen, quieren oír esta gran actuación y estas grandes canciones".

Al igual que Schoo, Lorne Wheaton, conocido como Gump, ha estado estrechamente vinculado a un músico: Neil Peart de Rush, quienmurió en 2020. Tras 50 años en la industria, Wheaton se jubiló recientemente, a los 69 años; su última gran actuación como técnico de batería fue la larga gira de despedida de Kiss. Pero se trata de una jubilación "relajada"; sigue afiliado a la IATSE (Alianza Internacional de Empleados de Escenarios Teatrales por su sigla en inglés), y sigue haciendo teatro local y actuaciones corporativas en su natal Toronto.

¿Alguna vez se habría imaginado que trabajaría como técnico durante medio siglo? "No, nunca", dijo Wheaton. "No pensaba que llegaría a los 69 años. Seamos sinceros. Nunca piensas que vas a llegar a los 70 y retirarte de verdad de este negocio, porque hacen falta bastantes ahorros para hacerlo". Dijo que trabajar por cuenta propia es un ajetreo constante, y el desgaste de la edad a veces tiene consecuencias inesperadas: "No quieres fallecer en la litera del autobús o en la habitación de un hotel".

Los problemas de rodilla y cadera parecen especialmente endémicos en el sector de los técnicos, debido a la necesidad constante de levantar equipos pesados y subir y bajar escaleras interminables. Y los trabajadores de las giras también tienen que lidiar con un horario que los ocupa desde media mañana hasta pasada la medianoche. Hace poco, Dugan, que lleva trabajando con Anthony desde los primeros días de Van Halen, informó a su jefe (quien ahora sale de gira regularmente con Sammy Hagar y Joe Satriani) que estaba pensando en bajar el ritmo.

"La primera vez que le dije a Michael que quería dejar las giras, me dijo: 'Yo no voy a hacerlo, ¿por qué ibas a hacerlo tú? Yo seguiré saliendo'", dijo Dugan. "Y yo le dije: 'Michael, ¿estás intentando comparar tu día con el mío?'". Explicó que su trabajo empieza a las 8.30 h. y termina a las 2 a.m. "'Tú sales y das el concierto'", recordó que dijo. "'Te vas en limusina, vuelves al hotel de cinco estrellas, o regresas a un jet privado y vuelas a casa. Tu día y el mío están a un mundo de distancia'".

Un guerrero del camino de cierta edad que trabaja 14 horas diarias tiene que hacer ciertos ajustes. "He dejado de beber en el camino", dijo Dugan. "No concibo trabajar con resaca. Lo hice durante muchos años. Y cuando eres de mediana edad, puedes recuperarte de una resaca, pero ahora tardas demasiado".

Hay relativamente menos mujeres mayores trabajando en las giras porque solía ser extremadamente raro que las mujeres consiguiesen trabajo como técnicas antes de finales de los años ochenta. (Sin embargo, había muchas ingenieras y productoras de estudio, y muchos locales están dirigidos por mujeres).

Una notable excepción es Betty Cantor-Jackson, quien empezó a trabajar con los Grateful Dead en 1968, y con los Family Dog dos años antes. Es una leyenda en la comunidad de los Dead, y grabó a la banda varias veces en actuaciones publicadas desde entonces que han llegado a conocerse como "Las mesas de Betty". Sigue dando conciertos en la zona de San Francisco, y salió de gira con Chris Robinson en la última década.

"El camino es más bien la normalidad. He pasado tanto tiempo de mi vida en el camino que ya sabes cómo lidiar con él", dijo. "Soy la vieja del autobús con todos los chicos. Tengo mi litera, estoy bien".

A excepción de Wheaton, ninguno de estos técnicos de giras tiene planes de jubilarse. "Puede que tenga 74 años, pero lo curioso es que siempre hay alguien mayor", dijo Czaykowski. "Eso se debe a que cuanta más experiencia tienes, mejores espectáculos puedes conseguir. Cuando la gente siente seguridad y confía en ti, es como una cosa menos que les nubla el cerebro. Sé que este tipo hará el trabajo, porque ya lo ha hecho conmigo 700 veces antes".

Bob Czaykowski, un conocido técnico de sonido conocido como Nitebob, trabajando en la mesa de sonido del grupo Lez Zeppelin. (Hiroko Masuike/The New York Times0

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