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El ejército turco disparó este fin de semana contra las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos en el norte de Siria. Los ataques enfrentan a dos miembros de la OTAN.
El ejército turco disparó este fin de semana contra las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos en el norte de Siria, según dijeron el domingo un grupo de observación de la guerra y un portavoz del grupo kurdo, lo que pone de manifiesto la maraña de intereses y alianzas en conflicto en Siria tras la caída del gobierno.
El sábado estallaron combates en Manbij, ciudad controlada por los kurdos cerca de la frontera de Siria con Turquía, entre grupos rebeldes, uno respaldado por Estados Unidos y otro por Turquía. Al menos 22 miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por Estados Unidos, murieron en Manbij y sus alrededores, y otros 40 resultaron heridos, según el grupo kurdo.
Los enfrentamientos precedieron a una llamada el domingo entre el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd J. Austin III, y su homólogo turco, el ministro de Defensa Yasar Guler.
Los otros combatientes, el Ejército Nacional Sirio, fueron apoyados en su asalto a Manbij por la fuerza aérea turca, incluidos aviones de guerra, según un portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias. Y un "dron kamikaze" turco explotó el sábado en una base militar kurda, según el grupo de monitoreo Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Turquía y Estados Unidos son aliados, y han jurado protegerse mutuamente como miembros de la alianza de la OTAN. Aunque ambos países celebraron el domingo el derrocamiento del dictador sirio Bashar al Asad, sus intereses divergen en cuanto al apoyo a los kurdos del norte de Siria, lejos de Damasco, la capital.
En su llamada del domingo, Austin y Guler acordaron que la coordinación era necesaria "para prevenir una escalada más grande de una situación ya de por sí volátil, así como para evitar cualquier riesgo para las fuerzas estadounidenses y sus socios", según un resumen de la conversación publicada por el Pentágono. Estados Unidos también reconoció las "legítimas preocupaciones de seguridad" de Turquía.
Los kurdos han sido socios decisivos de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico, grupo terrorista islamista que alcanzó el poder al principio de la guerra civil de Siria, hace más de una década.
Los kurdos controlan ahora gran parte del noreste de Siria bajo una administración civil autónoma. Unos 900 soldados estadounidenses están desplegados en Siria para apoyar a las fuerzas kurdas. Las fuerzas estadounidenses han patrullado alrededor de Manbij con Turquía en el pasado, pero no estaba claro de inmediato si había soldados estadounidenses en la ciudad este fin de semana durante el bombardeo turco.
El domingo, Estados Unidos anunció que había llevado a cabo uno de los mayores ataques contra objetivos del Estado Islámico en meses.
Turquía considera una amenaza a los kurdos armados tan cerca de su frontera. Turquía lleva décadas luchando contra los separatistas kurdos, quienes pretenden forjarse un país independiente.
Turquía ha respaldado a varios grupos rebeldes en Siria, entre ellos Hayat Tahrir al Sham, el grupo de miembros de Al Qaeda aparentemente reformados cuyo rápido avance hacia Damasco derrocó al gobierno autoritario el domingo. Turquía también ha respaldado al Ejército Nacional Sirio, una fuerza variopinta formada por mercenarios y delincuentes, para ayudar a mantener una zona de seguridad a lo largo de su frontera con Siria a fin de protegerla de las actividades de los militantes kurdos.
Turquía y sus apoderados en el Ejército Nacional Sirio "pretenden utilizar el caos actual para reescribir el mapa a favor de Turquía", dijo Devorah Margolin, investigadora principal del Instituto de Política de Oriente Próximo de Washington. "Están utilizando la distracción de Damasco para seguir haciendo un asalto al poder durante esta época de caos y socavar las Fuerzas Democráticas Sirias, asegurándose de que su poder de negociación se debilite".
El vacío de poder creado por la caída de Damasco representa una oportunidad para que Turquía aumente su poder e influencia en Siria en general, pero sobre todo a lo largo de su frontera, dijo Natasha Hall, investigadora principal del programa de Medio Oriente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Los combates del fin de semana fueron condenados por la administración civil kurda del norte de Siria.
"La otra parte de Siria se ha liberado de la tiranía de Asad", dijo Sinam Mohamad, quien representa a la región autónoma kurda en sus relaciones con Estados Unidos.
Turquía y sus apoderados, dijo, "quieren crear otro conflicto", y añadió: "No queremos tener conflictos en la región".
Eve Sampson es reportera de información internacional e integrante de la generación 2024-25 del Times Fellowship, un programa para periodistas que inician sus carreras. Más de Eve Sampson