
Desde su entrada en la familia real británica, Kate Middleton, Princesa de Gales, definitivamente se ha consagrado como un ícono de la moda moderna y también ha sabido reinterpretar el legado estilístico de la reina Isabel II, adaptándolo a su personalidad y tiempos actuales. La fallecida soberana marcó pautas clave en las elecciones de vestuario de la realeza, y parece que Middleton las sigue de cerca.
La reina Isabel II era conocida por su elección de colores intensos, una decisión que no era aleatoria, sino una estrategia cuidadosamente calculada para sobresalir en grandes eventos. En palabras del documentalista Robert Hardman, quien habló con el medio español, El Debate, Isabel II señalaba: “Nunca puedo usar beige porque nadie sabrá quién soy”.
Este tono neutro fue evitado por la reina debido a su deseo de ser identificada fácilmente, especialmente dada su estatura de 1,62 metros. “Los colores vibrantes no solo servían para garantizar su visibilidad, sino también para proyectar su personalidad y estatus real”, añade Hardman.

Siguiendo esa línea, Kate hace meses que dejó de usar el beige. En la opinión del estilista Leroy Dawkins, Kate Middleton está haciendo una transición hacia un vestuario que combina colores más llamativos, emulando la estrategia de visibilidad de Isabel II.
Según Dawkins: “Kate está claramente canalizando la misma estrategia, preparándose para su futuro papel como Reina con un armario que no solo brilla, sino que grita ‘presencia real’”. Ejemplo de ello fue su aparición en la final de Wimbledon el año pasado, luciendo un conjunto en tonos vibrantes.

La revista Vanidades también resalta que Kate sigue principios de estilo heredados de Isabel II, y los adapta a su propia estética cuidada y moderna. Aunque el beige ha sido un color evitado por ambas, Meghan Markle, cuñada de Kate, adoptó justo este tono durante su tiempo en la realeza. Según comentó Meghan en el documental “Harry y Meghan”, disponible en Netflix: “La mayor parte del tiempo que estuve en Reino Unido rara vez vestí colores”. Esta preferencia por tonos neutros le permitió a Meghan pasar desapercibida en un protocolo que prohíbe coincidir con el color de otros miembros de la familia real en eventos grupales.
Por otro lado, expertos en el área, como Francesca Cairns, aseguran que las elecciones de Middleton también tienen motivos estéticos. Según declaró Cairns a El Debate: "Kate elige sus colores no por casualidad, sino para complementar sus rasgos y resaltar su belleza natural". Además, destacó que Middleton logra el equilibrio entre estilo y funcionalidad, un criterio que aprendió de Isabel II.
La comparación entre Isabel II y Kate Middleton no se detiene en la elección de colores llamativos. Hardman recordó que la soberana prefería vestir tonos sólidos de pies a cabeza, como verde, amarillo o rosado, para mantener uniformidad y evitar distracciones visuales. Esta tendencia ha sido emulada por Kate, quien desde hace algunos años recurre a combinaciones monocromáticas, conocidas también como “tono sobre tono”. Esta práctica le permite mantener una presencia destacada y se adapta a su ajetreado estilo de vida como “madre ocupada con tres niños pequeños”, en palabras del estilista Dawkins.

Entre los colores favoritos de la Princesa de Gales destacan el rojo, el azul claro y el violeta. De acuerdo con Ok!, el morado en particular se ha convertido en uno de los tonos predilectos de Kate. Otra muestra de su impecable sentido del estilo es su capacidad para equilibrar atuendos casuales, como jeans y chaquetas deportivas, con opciones elegantes como vestidos de gala perfectos para eventos de la realeza.
Mientras tanto, el legado estilístico de la reina Isabel II sigue influyendo no solo en Middleton, sino en la percepción global de la moda real. Hardman, describió a Isabel II como “atractivamente modesta”, y reiteró que su preferencia por colores vibrantes fue ideada como una herramienta para destacar.