La Princesa Ana, conocida por ser uno de los miembros más activos de la familia real británica, ha compartido detalles sobre el accidente que sufrió en junio del año pasado, un evento que la dejó hospitalizada durante cinco días con una conmoción cerebral.
En una entrevista reciente concedida a la BBC durante su visita oficial a Sudáfrica, la hermana del rey Carlos III reveló que no tiene ningún recuerdo del incidente, que ocurrió en su finca de Gatcombe Park, en Gloucestershire. Según explicó, el accidente le ha dejado una importante lección sobre la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada día.
El equipo médico que atendió a la princesa determinó que las lesiones eran consistentes con un impacto causado por un caballo, posiblemente por las patas o la cabeza del animal. Sin embargo, Ana, de 74 años, aseguró que no recuerda nada de lo sucedido. “No tengo ni idea de lo que hacía en el campo, porque normalmente no iba por allí”, comentó. Según sus declaraciones, su intención era realizar su visita habitual a las gallinas, pero no sabe cómo terminó en el lugar donde ocurrió el accidente.
El accidente, que inicialmente fue comunicado como un incidente menor, resultó ser más serio de lo que se pensaba. El comunicado oficial emitido en ese momento indicaba que la Princesa Real había sufrido “heridas leves y conmoción cerebral” y que permanecía en observación en el hospital de Southmead, en Bristol, como medida de precaución. Sin embargo, la gravedad del impacto quedó en evidencia cuando la princesa permaneció hospitalizada durante cinco días antes de recibir el alta médica.
En sus declaraciones a la BBC, Ana reflexionó sobre lo cerca que estuvo de no recuperarse completamente. “Esto te recuerda, te muestra que nunca se sabe, puede pasar algo y es posible que no te recuperes”, afirmó. La princesa también destacó que el accidente le enseñó a aceptar cada día como viene, una filosofía que ha adoptado desde entonces. “El verano pasado estuve muy cerca de no estar bien”, añadió, subrayando la importancia de valorar la salud y la vida cotidiana.
A pesar de la gravedad del accidente, la Princesa Ana retomó sus compromisos oficiales pocos meses después. Su primera aparición pública tras el incidente fue en los Campeonatos Nacionales de Equitación para Discapacitados, donde se la vio con un hematoma visible bajo el ojo izquierdo. Este evento marcó el inicio de su regreso a la agenda real, que ha mantenido sin alteraciones desde entonces.
Durante su entrevista, la princesa también abordó las preocupaciones de su familia, en particular las de su hermano, el rey Carlos III, quien, según Vanity Fair, se mostró profundamente preocupado por su estado de salud tras el accidente. A pesar de estos momentos difíciles, Ana ha demostrado una notable resiliencia y ha continuado desempeñando su papel como uno de los pilares de la monarquía británica.
El accidente afectó también a su esposo, el vicealmirante Sir Timothy Laurence, quien recientemente sufrió una lesión en la misma finca de Gatcombe Park. Según Hello!, se cree que Laurence se rompió un ligamento, lo que le impidió acompañar a Ana en su reciente visita a Sudáfrica. Este detalle subraya los riesgos asociados con la vida en una propiedad rural, donde las actividades cotidianas pueden conllevar peligros inesperados.
A pesar de estos desafíos, la princesa ha mantenido una actitud positiva y ha bromeado sobre las posibles secuelas de su accidente. “Aparentemente no, al menos no lo creo. Hasta donde yo sé, nadie más lo piensa, todavía no han sido lo suficientemente honestos como para decírmelo”, comentó con humor cuando se le preguntó si había sufrido algún daño a largo plazo.