Cartas de transformadores

Las becas bien diseñadas son política económica de largo plazo

Guardar
De acuerdo con la OCDE,
De acuerdo con la OCDE, completar la educación media superior es uno de los factores más determinantes para mejorar el ingreso a lo largo de la vida laboral

No todas las políticas públicas se explican con cifras. Algunas se entienden mejor leyendo cartas de jóvenes de Nuevo León, del municipio de Escobedo.

Cartas breves, directas, sin retórica ni adornos. Escritas por jóvenes de preparatoria que no piden nada extraordinario. Solo agradecen. Y al hacerlo, revelan con claridad algo que suele perderse en el debate público: una beca puede cambiar una vida.

“Es un respiro para nuestra economía, nos permitió ahorrar algo en casa”. “Me quitó una preocupación de los hombros”. “No es un lujo, es la oportunidad de seguir estudiando”. Así escriben Jair, Ricardo, Alina y Brayan. Estudiantes de nivel medio superior que, gracias a una beca, pudieron continuar sus estudios cuando el dinero amenazaba con interrumpirlos.

Jair cursa su primer semestre en la Preparatoria 16 de la UANL. Cuenta que la beca permitió que su familia ahorrara un poco de dinero, recursos que antes se iban solo en transporte y gastos básicos. “Impacta la estabilidad de mi casa”, escribe. Ricardo, alumno de la Preparatoria 25, habla también de algo igual de importante: tranquilidad. “Me quitó una preocupación de los hombros y la cambió por una meta clara”. Alina, del CBTA 250, lo resume sin rodeos: la beca no es un lujo, es lo que evita que muchos jóvenes abandonen la escuela cuando el dinero no alcanza.

Estas cartas coinciden en algo fundamental: ninguna habla solo de dinero. Hablan de tiempo, de calma, de poder concentrarse. De dejar de pensar todos los días en cómo pagar el camión, los materiales o las cuotas, y empezar a pensar sólo en aprender.

La evidencia internacional respalda plenamente estas experiencias. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), completar la educación media superior es uno de los factores más determinantes para mejorar el ingreso a lo largo de la vida laboral. En promedio, una persona con preparatoria completa puede ganar entre 30% y 40% más que alguien que no concluyó ese nivel educativo, además de tener mayores probabilidades de acceder a empleos formales y continuar estudios técnicos o universitarios.

No es casualidad que la preparatoria sea también el nivel donde más jóvenes abandonan la escuela. La causa principal no es académica, sino económica. Las becas actúan justo en ese punto crítico, donde una trayectoria puede romperse o consolidarse.

Eso es lo que aparece con nitidez en las cartas. Alina explica que ahora puede asistir a clases sin la preocupación constante de “no tener con qué continuar”. Ricardo señala que puede enfocar su energía en su rendimiento académico. Brayan, alumno del CECyTE, escribe algo todavía más profundo: sentir que alguien confía en su generación y apuesta por su futuro.

Hay, además, una discusión que merece mayor atención: el papel de los gobiernos municipales en la educación. Cuando un municipio logra hacer crecer su economía local, atraer inversión, generar empleo y fortalecer sus finanzas públicas, puede convertir ese crecimiento en becas concretas. No como asistencialismo, sino como inversión estratégica en capital humano.

La lógica es clara. Un joven que termina la preparatoria tiene mayores probabilidades de acceder a empleos mejor remunerados, continuar estudios y aportar más a la economía local. A mediano plazo, eso se traduce en mayor productividad, cohesión social y finanzas públicas más sólidas. Las becas bien diseñadas son, en ese sentido, política económica de largo plazo, así lo vemos en la 4TNorteña, nuestro modelo de gestión gubernamental para hacer realidad las políticas de la Presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.

Sin embargo, las cartas no usan ese lenguaje. Lo dicen de otra manera. “Esta beca es mi motor para no rendirme”, escribe Ricardo. “Nos dice ‘sí puedes’”, resume Alina. “Es un cambio significativo para nuestras familias”, apunta Brayan.

En tiempos donde el debate público suele moverse entre cifras abstractas y confrontaciones estériles, estas cartas recuerdan algo esencial: el desarrollo se construye en la vida cotidiana. El futuro no siempre empieza con grandes anuncios. A veces empieza con una beca, con un respiro en casa, con un joven que no se queda a medio camino.

Y cuando eso ocurre en la preparatoria, el impacto no se mide en un semestre, sino en toda una vida, en vidas de jóvenes que serán futuros transformadores de la realidad.

* El autor es Alcalde del Municipio de General Escobedo en Nuevo León, México, y Presidente de la Mesa de Coordinación Metropolitana, Sociedad y Gobierno en la Zona Metropolitana de esa entidad de la República Mexicana.