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EEUU acusa al dictador Maduro
EEUU acusa al dictador Maduro de liderar el cartel de los Soles en Venezuela

El crimen detentando el poder y suplantando la política se derrumban desde que -el 25 de julio de 2025- Estados Unidos designó entidad terrorista al “cartel de los soles” identificando al régimen de Nicolás Maduro como grupo delictivo que “lucra con el narcotráfico y desestabiliza el hemisferio”. Los regímenes del socialismo del siglo 21 intentaron proteger su dictadura/narcoestado escudándola en la soberanía de Venezuela y fracasaron exponiéndose como parte del narcotráfico.

La suplantación de la soberanía por regímenes autoritarios se transformó en suplantación por el crimen organizado trasnacional. La expansión de la dictadura de Cuba con los recursos petroleros aportados por Hugo Chávez a partir de 1999 y el soporte del Foro de San Pablo con Lula da Silva, produjo la cobertura política llamada socialismo del siglo 21 que disfraza el más exitoso grupo de delincuencia organizada trasnacional que puso en eficiencia la “guerra híbrida” contra las democracias de las Américas con migraciones forzadas, narcotráfico, terrorismo, crimen común, desestabilización interna, asesinatos y todo tipo de crímenes.

Las dictaduras del socialismo del siglo 21 se tornaron rápidamente en narcoestados. Cuba lo era ya desde la asociación de Fidel Castro con el colombiano Pablo Escobar y el boliviano Roberto Suarez Gómez, pero con el control de Venezuela la hicieron el centro de operaciones de la producción de cocaína de Colombia con las FARC, el ELN y la de Bolivia con Evo Morales y sus federaciones de productores de coca y cocaína. El “cartel de lo soles” es la expresión del narcoestado establecido en Venezuela pues debe su denominación a “las insignias en forma de sol que portan los generales venezolanos” subordinados a Chávez y ahora a Maduro.

Narcoestado es el “país cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el poder y riquezas del narcotráfico, cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes de tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados en sus potestades legales”. Un narcoestado se reconoce por el “uso que hacen las autoridades de sus potestades de gobierno participando de cualquiera de las fases del narcotráfico”.

El establecimiento y operación de “narcoestados” para usar el poder, inmunidades, privilegios de representación, tomar espacios en organismos internacionales y controlar narrativas, es la forma como las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia dieron al crimen organizado impunidad para operar el narcotráfico y el terrorismo como armas de la “guerra híbrida” contra las democracias. Así nació la “política exterior del narcotráfico” que tiene como objetivo la legitimación y legalización del crimen y los criminales.

Los gobiernos democráticos de las Américas y Europa saben que sus países y su estabilidad interna es sostenidamente atacada con el narcotráfico, el terrorismo, la migración forzada y las diversas armas de la guerra híbrida que permiten al agresor simular neutralidad, inocencia o negar la agresión. Pero la identificación de los instrumentos de agresión, específicamente de los operadores del narcotráfico, el crimen trasnacional, el terrorismo y otros delitos lleva a los autores que son las dictaduras del socialismo del siglo 21.

La defensa de la seguridad nacional de las democracias de las Américas como Estados Unidos, Argentina, Ecuador, Paraguay, Republica Dominicana, Perú, Panamá, y de todas, pasa por la supresión del crimen detentado el poder político y los gobiernos con narrativa de revolución, de izquierda, de progresismo, de antiimperialismo o la que usen.

El crimen está desnudo y hasta los gobiernos para dictatoriales que deben su poder al socialismo del siglo 21 tienen graves dificultades en defender al narcotráfico, porque una cosa es pretextar la defensa de la soberanía de un país libre o la permanencia de un gobierno legítimamente elegido, y otra es defender un cartel de narcotraficantes que tienen prueba legal, de hechos notorios, órdenes internacionales de captura y recompensas por ser llevados a la justicia.

El crimen no tiene soberanía aunque usurpe el poder en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. La soberanía es “la autoridad legítima suprema” de una entidad política y legitima quiere decir fundamentalmente lícita. El cartel de los soles es una entidad ilícita, criminal que además es parte de una más grande que se presenta como socialismo del siglo 21.

El socialismo del siglo 21 sabe que la recuperación de la libertad y la democracia en Venezuela es el camino a la liberación de los pueblos también sometidos por el sistema de crimen organizado trasnacional, por eso ha pasado a su sostenimiento con terrorismo de Estado, buscando simular un conflicto internacional entre países cuando en verdad se trata solo de proteger una de sus principales bandas criminales.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy

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