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Es bien conocido el firme compromiso de Francia con la soberanía y la libertad de Ucrania, y aquí me gustaría rendir homenaje al inmenso valor de las autoridades y el pueblo ucranianos al cumplirse el tercer año de la atroz guerra de agresión rusa.
¿Por qué Francia apoya a Ucrania? Para entender nuestra posición, que comparten muchos otros Estados, hay que volver a los hechos: en Ucrania hay un agresor, Rusia, que viola el derecho internacional y atacó a un Estado soberano que no representaba amenaza alguna. Y hay un agredido, Ucrania, que, en virtud de la Carta de las Naciones Unidas, tiene derecho a defender su independencia e integridad territorial. Es este mismo agresor, Rusia, el que, pocos días antes de lanzar la invasión a gran escala de Ucrania, optó por poner fin, unilateralmente y por la fuerza, a los acuerdos de Minsk. El principal objetivo de estos acuerdos era la reintegración bajo soberanía ucraniana de algunas regiones de Donetsk y Luhansk, según un modelo específico de autonomía. Como mediadores, Francia y Alemania trabajaron incansablemente para que Rusia y Ucrania encontraran un terreno de entendimiento que permitiera aplicar los acuerdos y lograr una resolución pacífica del conflicto en el Donbass.
Pero Rusia optó por la escalada, y luego por la guerra. Al emprender su guerra de agresión contra Ucrania, Rusia tomó por sí sola la decisión de romper los acuerdos de Minsk. Optó por poner fin al diálogo y a la negociación. Eligió la guerra. Quienes cuestionan el fracaso de los acuerdos de Minsk pueden empezar por mirar a Rusia. Rusia debe cumplir la orden del Tribunal Internacional de Justicia, que le pidió que suspendiera inmediatamente sus operaciones militares el 16 de marzo de 2022. Tampoco puede seguir ignorando las resoluciones de la Asamblea General, que condenaron esta agresión en siete oportunidades y reclamaron que se respetara la integridad territorial de Ucrania. Esta semana se cumplen tres años del inicio de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania. Ayer, Ucrania presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas una resolución que traza el camino hacia una paz justa, global y duradera, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. Contó con nuestro pleno apoyo. Ucrania, Estado soberano, y Europa, cuya seguridad está en juego, deben participar en todas las negociaciones y poder decidir su propio destino. Una solución del conflicto decidida sin ellos no sería sostenible, consagraría la superioridad de la fuerza sobre el derecho y la reivindicación de esferas de influencia contra la igualdad soberana de los Estados.
Ucrania necesita una paz justa, sólida y duradera; está en juego la seguridad del continente europeo, y también la seguridad internacional. Rusia debe poner fin a su agresión y esto debe ir acompañado de garantías de seguridad sólidas y creíbles para los ucranianos. Sabemos que un alto el fuego sin negociaciones no resolverá el conflicto. Lo que se necesita es una paz plena y completa que aborde las cuestiones territoriales, las garantías de seguridad y las condiciones para la estabilidad económica, social y política de Ucrania a largo plazo. Para lograrlo, Ucrania debe estar presente en todas las conversaciones. Ninguna negociación sin Ucrania puede adelantarse a sus decisiones. Los europeos también deben participar, porque está en juego su seguridad. Por último, las negociaciones también deben involucrar a la OTAN de manera unida y solidaria.
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Porque ha llegado el momento de las amenazas estratégicas y de las decisiones históricas, el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, reunió la semana pasada en París a nuestros socios europeos, así como al Reino Unido, Canadá, la Secretaría General de la OTAN y el presidente de la Comisión Europea para movilizar el apoyo europeo e internacional ante la nueva situación de las negociaciones ruso-estadounidenses. Frente a las amenazas a nuestra seguridad colectiva, seguiremos denunciando las presiones en las fronteras que afectan a nuestros socios europeos del este, y las manipulaciones y actos de agresión que nos afectan a todos, incluida Francia.
En un momento en que la gobernanza mundial se ve desafiada por la multiplicación de las crisis no debemos caer en la tentación del unilateralismo. Esto nos llevaría a un enfrentamiento generalizado de todos contra todos, en detrimento de todos, incluso del que se cree más fuerte. Más que nunca, Francia reafirma su apoyo al multilateralismo, al respeto del derecho internacional y a los valores de cooperación y solidaridad.
Hoy el centinela de Europa son los ucranianos. Ellos son la primera línea de defensa. Y no dejarán de luchar hasta que se les garantice una paz justa y duradera. Y eso es lo que nosotros también queremos. Queremos la paz. No una pausa transitoria, no un frágil alto el fuego, queremos la paz. Por eso, Ucrania puede seguir contando con el apoyo inquebrantable de Francia para reforzar su capacidad de resistencia y preparar su futuro europeo. Este apoyo se despliega en toda una serie de sectores, primeramente en el militar y humanitario, pero también en materia de reconstrucción y de lucha contra la impunidad. Al 1° de septiembre de 2024, Francia ya había destinado más de 434 millones de euros a la ayuda humanitaria en Ucrania. Y el 16 de febrero de 2024, se firmó con Kiev un acuerdo bilateral de cooperación en materia de defensa. En virtud de este acuerdo, Francia se comprometió a proporcionar a Ucrania hasta 3.000 millones de euros de ayuda militar adicional, con el fin de reforzar significativamente las capacidades militares ucranianas y satisfacer las necesidades urgentes de defensa del país. Esperamos poder seguir contando con el apoyo de las autoridades argentinas a la libertad de Ucrania, conforme a las posiciones que tomaron en numerosas ocasiones.
En un momento en el que está surgiendo un mundo nuevo, más duro e incierto, debemos permanecer unidos y solidarios.
*Romain Nadal es Embajador de Francia en Argentina.