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Todo gran líder comienza con una visión. Pero no cualquier visión: una idea tan pequeña que parece insignificante, una semilla en el vasto campo del mercado, las organizaciones, la política y la innovación. A menudo, estas ideas son ignoradas, descartadas por su tamaño o porque desafían el statu quo.
Sin embargo, hay una semilla en la naturaleza que nos ofrece las bases para el liderazgo transformador: la semilla de mostaza. Minúscula en apariencia, aunque con un potencial de crecimiento exponencial, capaz de convertirse en un arbusto robusto que domina el paisaje. Entonces, ¿qué pasaría si aplicáramos este principio a la forma en que lideramos empresas, comunidades o incluso países enteros?
Para responder esta pregunta, aquí tienes estos pilares de liderazgo emergente que está revolucionando la forma de pensar sobre el poder, la resiliencia y el impacto.
Se llama Liderazgo Semilla de Mostaza y es más que una teoría: es una filosofía aplicada que puede transformar la manera en que dirigimos en tiempos de incertidumbre y cambio.
Lo que enseña la naturaleza
Para entender este modelo que he probado en cientos de ejecutivos, primero necesitamos comprender la biología y comportamiento de la semilla de mostaza, y se puede distinguir por cinco fases diferenciadas y complementarias entre sí:
- El tamaño no define el impacto. La semilla de mostaza mide apenas 1 a 2 milímetros de diámetro. Cuando se la cultiva correctamente, puede crecer hasta tres metros de altura en pocas semanas. Un paralelismo perfecto con los grandes líderes: sus inicios son pequeños, a veces invisibles, pero su potencial es inmenso.
- Crecimiento rápido, con raíces profundas. Mientras que otras plantas tardan meses o incluso años en madurar, la semilla de mostaza germina en tres a diez días y alcanza su madurez en 35 a 90 días. En el liderazgo, este es el período de iteración y experimentación, donde una idea debe probarse rápidamente, pero con bases sólidas. En las plantas -como en las empresas- las raíces profundas crecen más rápido y sólidas, mientras que las superficiales suelen durar poco tiempo.
- Resiliencia y adaptabilidad. La semilla de mostaza es apta para crecer en suelos áridos y bajo condiciones climáticas adversas. No necesita fertilizantes excesivos ni un entorno controlado. En el mundo de las organizaciones, los líderes con visión prosperan en contextos inciertos, crisis económicas y cambios disruptivos.
- El verdadero sabor emerge del proceso. Cuando está en su estado natural, la semilla de mostaza es inodora y sin sabor. Solo cuando es triturada, mezclada con líquido y procesada, adquiere su característico sabor fuerte y picante. De la misma forma, los grandes líderes no nacen completamente formados; su carácter, visión y resiliencia se forjan a través del desafío, la presión y la adversidad.
- Una semilla que multiplica su impacto. Cuando una planta de mostaza madura, produce cientos de nuevas semillas, cada una con el potencial de generar más vida. Prácticamente “poliniza” las semillas. El verdadero liderazgo no se mide por la cantidad de seguidores, sino por la cantidad de nuevos líderes que se cultivan.
Tres fases para transformar una visión en impacto
Basado en el crecimiento natural de la semilla de mostaza, que, a propósito, tiene múltiples estudios y hasta una analogía bíblica, el modelo de Liderazgo Semilla de Mostaza se estructura en tres fases fundamentales:
- Siembra: El Plantador de Ideas (La Visión y el Propósito del Líder)
Cada gran transformación comienza con una idea. Pero una idea, por sí sola, no tiene impacto si no se planta en el entorno adecuado.
Para lograrlo es necesario:
Definir una visión clara. Los líderes efectivos saben que las grandes ideas no siempre son comprendidas al principio. Lo esencial es que tengan un núcleo poderoso y factible de ejecución. La validación se dará mediante resultados pequeños encadenados, concretos y rápidos.
Sembrar en el terreno apto. Así como no todas las semillas prosperan en cualquier suelo, una visión requiere ser lanzada y desarrollada en el contexto adecuado, con las personas y recursos alineados con su crecimiento.
Tener paciencia estratégica. Tal como la semilla no crece de la noche a la mañana, cuando brota su impacto es profundo y duradero. En las organizaciones, el éxito repentino es un mito de corto alcance; lo que realmente funciona es la consistencia estratégica sostenida a lo largo de los años.
- Crecimiento: El Jardinero del talento (Formación y resiliencia)
Una vez sembrada, aquella diminuta semilla de mostaza necesita agua, sol y tiempo para crecer. No todo ocurre inmediatamente, y cada día de cuidado la fortalece. En el mundo de las empresas y el liderazgo, así lo puedes desarrollar:
Nutrir el talento y la cultura. Un líder no solo construye estrategias, sino ecosistemas de crecimiento donde las personas pueden desarrollarse y aportar su mejor versión. Aquí es importante distinguir el management (gestión y procesos) del liderazgo (visión, estrategia y centro en personas). Si bien pueden tener puntos en común, se diferencian y usualmente se los consideran sinónimos; y no lo son.
Podar para crecer. En el proceso de liderazgo, no todas las ideas y personas contribuyen al crecimiento real. Saber cuándo hacer recortes y ajustes es clave para el liderazgo sostenible. En este modelo, es imperioso aprender a recortar a tiempo, mantener al equipo en crecimiento constante, y lograr un efecto de “polinización” de talento: esto es lo que permitirá multiplicar las habilidades de acuerdo a las fortalezas y preparación de cada persona.
Resiliencia ante la adversidad. La semilla de mostaza crece en condiciones difíciles. Quien lidera sabe entender que el crecimiento no ocurre en la comodidad, sino en la fricción y el desafío. Esta mentalidad de fortalecerse y aprender de las dificultades y crisis, es lo que va forjando un temple multiplicador del liderazgo, hacia adentro y en todos los niveles de la organización.
- Cosecha: El multiplicador de impacto (Consolidación y Legado)
El momento en que la semilla madura y produce frutos es cuando su impacto se vuelve real y tangible. Para los líderes, esta es la fase donde su trabajo deja una huella más allá de su propia gestión, y puede llevar años lograrlo. Estos son los pasos necesarios:
Escalar la visión. Los grandes líderes no solo buscan crecimiento personal, sino cómo amplificar su impacto en otros sectores y generaciones. La pérdida de rumbo se debe a falencias de liderazgo al no comunicarla adecuadamente, no sostenerla permanentemente, y no renovar periódicamente “los votos del compromiso” con la misión mayor, con cada colaborador.
Convertirse en mentor. Como una planta de mostaza que genera nuevas semillas y a veces necesita de un sostén, cualquier líder excepcional puede analizar su éxito por cuántos otros líderes ha ayudado a formar. Una de las mejores prácticas es entrenarse en mentor de otros, y trasvasar su experiencia en forma directa con quienes estén abiertos y receptivos para capitalizarla. Esta acción produce un efecto virtuoso de desarrollo exponencial en el talento, ya que se deja huella en los demás, y una profunda satisfacción personal y profesional.
Crear sostenibilidad. No se trata solo de un éxito inmediato, sino de garantizar que el impacto perdure en el tiempo. De hecho, las estrategias de corto plazo son las que producen menos resultados. Dentro de la sostenibilidad, se incorporan los aspectos anteriores (que podríamos enrolar dentro de lo llamado “soft” o blando), y los aspectos “hard” (duros) esenciales: resultados concretos, planificación estratégica de todo tipo, rendir cuentas en forma constante, y los indicadores claros para medir el éxito del negocio, su viabilidad y adaptabilidad, y cómo va a escalar de acuerdo al plan global de la compañía.
Primeros pasos para ser un líder Semilla de Mostaza en el mundo real
Ahora que has conocido el modelo que he creado, aquí tienes una guía de práctica para bajarlo a la realidad de tu rol y operación:
- Empieza con una visión clara, aunque creas que es pequeña. Cualquier gran imperio comenzó con ideas aparentemente insignificantes. Asegúrate de que tu idea tenga propósito, dirección, consistencia y coherencia constante con los valores.
- Cultiva el entorno adecuado para el crecimiento. No basta con reunir gente y trabajar. Puedes tener mucho talento, aunque es contexto en el que se desarrolla lo más importante. Rodéate de personas y recursos que potencien tu visión. Sé una incubadora del potencial humano.
- Adáptate sin perder tu autenticidad. Como vimos, la semilla de mostaza prospera en condiciones adversas. Como líder, aprende a evolucionar sin traicionar tu propósito central, tu sabor y “sazón” personal. Permite que otros también encuentren y exploren sus pasiones, y las conviertan en rasgos distintivos de su desempeño cotidiano. Y, de tu parte, aplica la vulnerabilidad bien entendida como una herramienta de humanización de tu liderazgo.
- Haz crecer a otros. El verdadero liderazgo no se mide por el poder individual, sino por cómo elevas a quienes te rodean a través de la influencia; esto significa, el impacto positivo que tendrás en los demás, y cómo los marcará, guiará y reorientará si pierden el rumbo.
- Piensa a largo plazo. Las semillas que siembres hoy determinarán tu impacto en el futuro. Lidera con una mentalidad de sostenibilidad y legado en el largo plazo. Trabajo usualmente en países complejos y emergentes. Este modelo de Liderazgo Semilla de Mostaza es, justamente, liderazgo emergente en estado puro, por la flexibilidad, versatilidad y unicidad que encierra.
Estamos en un mundo empresarial dominado por el tamaño, la velocidad y el éxito instantáneo. El modelo de Liderazgo Semilla de Mostaza viene a recordar que lo pequeño y lo paciente logra un mayor impacto.
Entonces, no se trata de comenzar con poder, sino con propósito. No se trata de tener recursos infinitos, sino de saber cómo usarlos sabiamente. Y, especialmente, no se trata de ser reconocido, sino de crear algo tan único que crezca y perdure mucho más allá de uno mismo, y dejar una huella imborrable.
Como síntesis final, la pregunta no es si tu visión es lo suficientemente grande. La verdadera pregunta es: ¿estás dispuesto a sembrarla?