El Presidente y la Vicepresidenta constitucionales de Venezuela deben cumplir el mandato del pueblo

Edmundo González ganó la elección con el respaldo de María Corina Machado y el pueblo venezolano. Si no asume la presidencia, la dictadura consolidará su ocupación y anulará el mandato soberano

Guardar
María Corina Machado junto con
María Corina Machado junto con Edmundo González Urrutia (Europa Press/Jimmy Villalta)

Le dijeron a los venezolanos que era posible recuperar la libertad en el sistema de dictadura electoralista, los convencieron de que si se movilizaban, derrotarían a la tiranía; los motivaron a arriesgar la vida por la libertad, y el pueblo perdió el miedo y expresó su voluntad soberana el 28 de julio de 2024 que, bajo el liderazgo de María Corina Machado, eligió como presidente de Venezuela a Edmundo González Urrutia. El pueblo ha cumplido y espera que el Presidente y la Vicepresidenta Constitucionales de Venezuela cumplan su mandato popular.

La realidad objetiva, legal y verdadera es que Venezuela tiene hoy un presidente constitucional que es Edmundo González Urrutia, que ganó la elección y que asumió públicamente la obligación de designar como vicepresidenta de Venezuela a la líder de la gesta libertaria y del triunfo electoral, María Corina Machado. Lo inexplicable es que González Urrutia no haya asumido, jurando y procediendo de inmediato a formar gobierno con la conductora que lo llevó a esta posición.

Hasta el 9 de enero de 2025, un día antes de la fecha del juramento del Presidente electo de Venezuela Edmundo González Urrutia, la oposición triunfante tenía la iniciativa y había derrotado sucesiva y contundentemente a Nicolás Maduro, a su dictadura y al socialismo del siglo 21.

González publicitó que asumiría la Presidencia de Venezuela, pero la dictadura lo impidió con acciones de terrorismo de Estado para perpetrar la usurpación de la soberanía popular y hacer de Venezuela un país ocupado por un grupo criminal/militar.

Para cumplir el mandato popular, González estaba y está obligado a juramentarse como Presidente Constitucional asumiendo la representación soberana de Venezuela. Al no haberlo hecho hasta ahora está dejando el espacio y la iniciativa a la usurpación que avanza en suplantar la representación de Venezuela ante gobiernos y entidades internacionales, mientras González visita países democráticos. Pero además, está impidiendo el juramento de la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela en función del articulo 238 de la Constitución.

Para nadie es desconocido -pero vale la pena recordar- que González es el reemplazante formal de María Corina Machado porque ella fue injusta e ilegalmente inhabilitada por la dictadura. Machado con su credibilidad y liderazgo logró endosar la mayor parte de su respaldo popular para que González reciba más del 67% de los votos en la elección.

Sin la inhabilitación de Machado por parte del régimen, ella hubiera sido la presidenta electa y, sin la conversión de González en el candidato postulado por Machado, éste no hubiera obtenido nunca el triunfo electoral.

El objetivo era y es retirar la dictadura. Si alguien ha cumplido con creces es el pueblo venezolano con Machado, que con “sangre, sudor y lágrimas” ha desafiado y derrotado el terrorismo de Estado, los crímenes de lesa humanidad y sufre la ocupación criminal/militar de su país.

El presidente y la vicepresidenta constitucionales de Venezuela son González y Machado, pero no pueden continuar sin iniciativa mientras la organización criminal/militar consolida su ocupación y usurpa la representación internacional.

Si el camino no es que el presidente electo jure como Presidente Constitucional y designe Vicepresidenta Ejecutiva, ¿cuál es la solución? ¿Cuál es el camino para cobrar el triunfo del pueblo y liberarlo? ¡Que no sean más diálogos, mesas internacionales, la reaparición de la oposición funcional y de los gobiernos paradictatoriales que solo ayudan a la perpetuación de la infamia!

Por eso la vía legal y política -mientras no se presente y ejecute alternativa mejor- es que Edmundo González Urrutia asuma mediante juramento como presidente constitucional de Venezuela y de inmediato designe como vicepresidenta ejecutiva de Venezuela a María Corina Machado.

No hay pretexto formal que lo impida, ni el lugar, ni el concepto de territorio, ni la fecha, ni quien tome juramento, porque simplemente el fondo del mandato soberano no está condicionado a las formas que manipula el socialismo del siglo 21 en las que ha entrampado al liderazgo victorioso.

Si María Corina Machado debe salir de Venezuela para que González jure y asuma como Presidente Constitucional y ella jure como Vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela, debe hacerlo, porque luego podrá regresar a su país -incluso en la clandestinidad-como vicepresidenta, con mayor autoridad, credibilidad popular e impacto contra los usurpadores.

La inmovilidad no es opción, la repetición de argumentos de la campaña electoral ya ganada no es opción, esperar que la comunidad internacional o algún gobierno extranjero les resuelva el asunto no es opción, “el fracaso no es una opción”.

Hay que cumplir el mandato del pueblo venezolano que votó por González porque Machado se los pidió. Es tiempo de que el presidente y la vicepresidenta constitucionales de Venezuela cumplan el mandato del pueblo asumiendo el poder que les han conferido.

*El autor de este artículo es Abogado y Politólogo y Director del Interamerican Institute for Democracy.

Guardar