Dos semanas de Trump

Donald Trump lleva apenas dos semanas en el poder y ya marca una ruta histórica de lo que podría llegar a ser una administración sin precedentes

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Donald Trump, en la toma
Donald Trump, en la toma de juramento como el 47 presidente de los Estados Unidos, este lunes 20 de enero de 2025. EFE/EPA/Kevin Lamarque / POOL

Quienes creyeron que Donald Trump 2 iba a ser igual a Donald Trump 1 ya se dieron cuenta de su error, y quienes no entendieron el cambio radical que está viviendo Estados Unidos ya debieron aceptar qué tan profunda va a ser esa transformación. Si no lo han hecho, van a pagar unas consecuencias inmensas, con profundas repercusiones en sus países y, por ende, en sus ciudadanos.

Colombia y Venezuela son el primer ejemplo de ese cambio. Gustavo Petro peleó, y casi destruye la economía colombiana. Petro va a seguir peleando y este año y medio que queda de su gobierno va a ser de incertidumbre, de caos y de posibles sanciones, que le van a costar mucho a Colombia y a los colombianos. Nicolás Maduro, por su parte, se arrodilló facilito y entregó, a cambio de nada, a unos ciudadanos norteamericanos que había secuestrado.

El régimen mostró su debilidad y, por ende, le abrió camino a lo que viene más adelante, pues el juego apenas está empezando. Ya les midieron el aceite y si piensan que va a ser lo mismo que negociar con Juan González, enviado de Joe Biden, no pueden estar más equivocados. A quienes ven lo sucedido este fin de semana con pánico solo hay que decirles paciencia, paciencia.

FOTO DE ARCHIVO: El presidente
FOTO DE ARCHIVO: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, muestra la espada del héroe de la independencia Simón Bolívar al enviado del presidente estadounidense Donald Trump, Richard Grenell, durante una reunión en el Palacio de Miraflores, en Caracas, Venezuela, 31 de enero de 2025. Palacio de Miraflores. ATENCIÓN EDITORES ESTÁ IMAGEN HA SIDO SUMINISTRADA POR UN TERCERO.

Los aranceles anunciados contra Canadá y México hacen parte de un patrón de negociar desde una posición de fuerza. En el momento de escribir esta columna Trump había iniciado negociaciones con ambos países, pero estos no se pueden equivocar sobre lo que les van a pedir y cómo deben actuar. México en especial tiene una gran debilidad, pues su pasividad frente al narcotráfico y su falta de colaboración con Estados Unidos en este tema ya hacen parte del imaginario de esta administración. Los demócratas nunca se atrevieron a llamar las cosas por su nombre, pero Trump y su gobierno ya lo dijeron: México es un país cada vez más en manos del narcotráfico, lo que es verdad.

En la primera llamada del secretario de Estado, Marco Rubio, con el secretario de Relaciones Exteriores de México, Juan Ramón de la Fuente, pasó algo muy raro. No se comunicó, como siempre sucede, lo que se había hablado, pero es apenas obvio que el tema, y por eso se mantuvo en secreto, era el mantenimiento del programa ‘Quédate en México’, que AMLO había negociado con Trump 1. Un programa muy costoso para México, en términos económicos, sociales y de seguridad.

El viaje de Rubio por Centroamérica y el Caribe, en su primera salida de Estados Unidos, manda un mensaje que ningún otro secretario de Estado había hecho: la región es prioridad. Era algo que todos estábamos esperando, pues en la historia hemos sido, con excepciones como el Plan Colombia, apenas el patio trasero donde se bota la basura. Este mensaje tiene una consecuencia lógica, ya no se salen con la suya los narcos, los dictadores y los criminales. ¿Cómo se va a implementar?, lo veremos en los próximos meses, o quizás en semanas.

Secretary of State Marco Rubio
Secretary of State Marco Rubio speaks after being sworn in by Vice President JD Vance in the Vice Presidential Ceremonial Office in the Eisenhower Executive Office Building on the White House campus, Tuesday, Jan. 21, 2025, in Washington. (AP Photo/Evan Vucci)

Ya Trump ha anunciado que va a colocar algunos carteles mexicanos en la lista de organizaciones terroristas, lo que sin duda es un cambio radical en la política antinarcóticos que Barack Obama y Biden desmontaron en sus administraciones. La eliminación de medición de coca en Colombia, un regalito de Biden a Petro, es apenas un ejemplo de cómo poco a poco se ablandó esa estrategia, mientras los narcos adquirían cada vez más poder en la región y dejaban más muertos en Estados Unidos.

Un mensaje igual de claro dejaron Trump y Rubio con el canal de Panamá. La presión tenía un objetivo, reducir la influencia China que, la verdad, con anuencia de gobiernos anteriores, tanto de Estados Unidos como de Panamá, era enorme, su presencia en el canal es tan grande que parecían dueños y operadores.

Ya Rubio logró que Panamá saliera de la ruta de la seda y cortara unos contratos vitales que tenía China en el canal. ¿Mensaje recibido? Creo que el siguiente va a ser el puerto de Chankay, en Perú, y otras obras de infraestructura en la región.

Foto de archivo: Un buque
Foto de archivo: Un buque de carga navega hacia el Puente de las Américas, que atraviesa la entrada del Canal de Panamá, en Ciudad de Panamá. 22 de enero de 2025. REUTERS/Aris Martinez/

El campo libre con el que China actuaba en América Latina se acabó, pero Estados Unidos y Europa, en especial sus empresas, tienen que llenar ese vacío, o por lo menos generar competencia. China llegó por cuenta del abandono de las empresas norteamericanas y europeas de la región.

En el 2018 Trump y el Congreso crearon el Build Act, que transformó la OPIC (Overseas Private Investment Corporation) en el DFC (Development Finance Corporation) precisamente para llenar ese vacío. En estos seis años ciertamente no ha cumplido a cabalidad esa misión y ya es hora de hacerlo, cambiar su manera de operar y volverla eficiente, no otro banco multilateral con las deficiencias ya conocidas.

Finalmente, la transformación al interior del gobierno es estructural. Obviando las quejas de desinstitucionalización, lo que hay es la mayor transformación de un gobierno desde la elección de Franklin D. Roosevelt en 1932, que se profundizó a lo largo de estas nueve décadas y creó tremendas burocracias que solo se servían a sí mismas y que, además, en los últimos dos gobiernos demócratas se ideologizaron. Un ejemplo: hace unos años USAID financió en Ecuador una festival LGBTI. Eso, además de imponer una agenda de género que debe ser una política interna, es un desperdicio de recursos que podrían gastarse en programas que sí ayuden a transformar comunidades pobres en nuestra región. Ejemplos hay muchos.

La reinvención de la burocracia americana es de una magnitud similar a la de Javier Millei en Argentina. La verdad es, y debe ser, el comienzo de una racionalidad en las burocracias de todos los gobiernos que malgastan sin piedad, como el caso del concierto de Residente en Bogotá, que paga un gobierno que se queja todos los días de la situación financiera.

Donald Trump lleva apenas dos semanas en el poder y ya marca una ruta histórica que si deja como resultado un mundo más seguro, una región sin dictaduras y un gobierno austero que se enfoque en lo que toca y no en los intereses de unos y de otros será una administración sin precedentes. La oposición apenas se está organizando y los medios tradicionales ya enfocan baterías contra el Gobierno. Así les fue en las elecciones del 2024.

Buen comienzo y lo que falta. Veremos.

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