Fue difícil, pero salió humo blanco y un acuerdo. El primer ministro de Qatar lo anunció, diciendo que entrará en vigor este domingo 19 de enero a partir de las 12:15 horas, con una primera fase que durará 42 días incluyendo un cese del fuego, el compromiso de retiro parcial de Israel hacia el este y el de Hamas de no regresar a esos lugares. A mi juicio, la idea parece ser alejar la lucha de las zonas pobladas, donde se refugia la organización terrorista, y hacia donde dirige Israel la respuesta.
Poco después, Infobae informaba que 33 rehenes israelíes serán liberados, predominando las mujeres (soldadas y civiles), niños y hombres mayores de 50 años. Por su parte, Israel liberará a 30 detenidos por cada rehén civil y a 50 detenidos palestinos por cada mujer soldado israelí. Serán mil y tanto detenidos en esta etapa, y la cantidad final y total, dependerá de cuantos rehenes queden vivos. Además, ingresaran cientos de camiones con bienes esenciales, alimentos y combustibles.
El ejército israelí sospecha que treinta y tantos secuestrados están muertos, a lo cual yo agregaría que algunos probablemente ni siquiera están en manos de un movimiento que apenas sobrevive como Hamas, y es probable que estén en manos de otros movimientos y también de delincuentes comunes.
En cuanto a los presos que se liberen, en el pasado Israel también ha entregado un numero superior a los mil por secuestrados como el soldado Guilad Schalit, por lo que Hamas esta acostumbrado a estos intercambios tan desbalanceados en número. De hecho, en uno de estos intercambios fue liberado el preso que posteriormente se hizo cargo del mando militar de Hamas, desatando este conflicto. Se llamaba Yayha Sinwar, y fue eliminado en Rafah, sur de Gaza, en octubre del año pasado.
En el actual intercambio, hay un nombre, uno solo de gran relevancia futura y no se sabe si está incluido o no. Se trata de Marwan Barghouti de 65 años, conocido también como Abu Qassam, detenido el 2002, y sentenciado a cinco cadenas perpetuas más cuarenta años de cárcel, acusado de participar en la planificación de varios asesinatos. Él milita en el movimiento Fatah (de Yaser Arafat) y creó un movimiento paramilitar a su interior. Según las encuestas sería el favorito para suceder a Mahmud Abas en la presidencia de la Autoridad Palestina, además de ser candidato de consenso con Hamas.
El actual acuerdo fue mediado por Estados Unidos, Qatar y Egipto, exactamente los mismos que estuvieron en el anterior, de noviembre 2023, donde se acordó una pausa temporal con rehenes y condenados entregados a la Cruz Roja Internacional. Consideraba también un alto al fuego, y en definitiva, Hamas libero a 105 rehenes, en su mayoría mujeres y niños e Israel excarceló a 240 presos. Con posterioridad, se extendió a otros 3 días, en los cuales otros 55 secuestrados y 90 presos fueron liberados en etapas escalonadas. También se permitió la entrada de cientos de camiones con ayuda humanitaria y combustible.
Al igual que ahora fue recibido con esperanza y aplausos, pero no duró mucho, estancándose las conversaciones y los ataques con cohetes y las operaciones militares se reanudaron el 1 de diciembre, por lo que el alto al fuego duró solo 7 días. ¿Se repetirá esta historia? Recordemos que no solo el 2023, sino que en los enfrentamientos armados anteriores también hubo ceses del fuego el 2012, 2014, 2021 y 2022. De hecho. El 6 de octubre del 2023 se vivía uno de estos periodos de cese del fuego, cuando Hamas atacó territorio israelí matando a 1200 personas y secuestrando (junto a otros grupos como la Yihad islámica, clanes y grupos de civiles) a 205 entre mujeres, hombres, niños y adultos, israelíes y de otros 17 países, que es el olvidado origen de esta guerra.
Ahora, tanto Biden como Trump se atribuyen este éxito, y la verdad es que ambos contribuyeron. En Mayo, Biden planteó públicamente algo muy parecido, pero en esa oportunidad no le hicieron mucho caso, por lo que al parecer también influyó el ultimátum de Trump de desatar el “infierno” si no había acuerdo el día que asumía la Presidencia.
En esta oportunidad también fue importante la paciencia de los mediadores (Qatar tiene incluso incorporadas la mediación y la negociación a su constitución), pero lo fundamental fue que Hamas fue derrotada militarmente e Israel llegó a esta fecha sin posibilidades reales de dar cumplimiento al objetivo de liberar a los secuestrados.
Se pudo haber alcanzado antes un acuerdo, pero como dijo el secretario de Estado Anthony Blinken, Hamas no lo quiso firmar con anterioridad, impidiendo su materialización. En todo caso, entonces o ahora, este acuerdo sin duda alguna debe haber representado un dilema para Jerusalén, ya que no es un buen acuerdo.
Comprensible desde todo punto de vista por la angustia de los familiares, pero después de casi 15 meses, Israel reconoce que no cumplió otro objetivo, que era la desaparición de Hamas. Se logró que no fuera una alternativa militar capaz - por ahora- de volver a desatar una guerra de esta magnitud, pero este acuerdo le da la posibilidad de decirle a sus integrantes, que obtuvo un “empate” y no una indiscutible derrota. Este acuerdo le permite un rol, aunque sea discursivo en el futuro de Gaza, en su reconstrucción.
Lo anterior contribuye a una realidad, donde al igual que el Estado Islámico (ver Siria estos días), Al Qaeda (ver el África subsahariana y Afganistán) o los chechenos en Rusia, Hamas puede sobrevivir, por su semejanza a Hezbollah de ser también un movimiento religioso y social, además de un grupo terrorista. Ahora, el acuerdo con Israel le permite ser reconocido como el actual gobierno, toda vez que este acuerdo recoge la idea de etapas, y la siguiente comenzaría el día 16 de la primera fase que se inicia este domingo 19, donde se intentaría un alto al fuego permanente. Por lo tanto, se asegura de una participación en el futuro de Gaza, toda vez que Trump y EEUU van a presionar para seguir adelante con los Acuerdos de Abraham y una negociación no solo para la reconstrucción de Gaza, sino también para un futuro Estado palestino. Al respecto, hay que recordar que, en su gobierno anterior, la idea de Trump era seguir con los palestinos, e incluso ofreció 50 billones para la Cisjordania y Gaza, solo para recibir el rechazo, al igual que en ocasiones anteriores, de la Autoridad Palestina.
Por cierto, Israel se perjudica doblemente, ya que difícilmente los países árabes sunitas van a querer participar en la reconstrucción de Gaza si se mantiene vigente Hamas. En esta guerra, con tantos frentes simultáneos, Israel eliminó al actual liderazgo y muchos miles de combatientes (que aparecen sumados como civiles en las cifras de muertos que entrega Hamas), por lo que no están en condiciones de iniciar otro 7 de octubre, pero nada indica que no quieran hacerlo en el futuro, ya que no han renunciado a la idea, sobre todo si es cierto, aquello que los bombardeos han generado un número respetable de nuevos reclutas para Hamas.
Por lo demás, no se ve que la Autoridad Palestina quiere desafiarlos en su rol de representante de los palestinos de Gaza, por lo que todo indica que, al revés, es Hamas quien intenta desplazarlos también en la Cisjordania, ya que, de hecho, son muchas las incursiones, casi otro frente, de tropas israelíes en Yenin y otras ciudades, combatiendo contra militantes de Hamas y otros grupos islamistas.
Israel ha culminado con éxito su incursión militar en Gaza, y los combates recientes buscan más bien evitar la reconstrucción del poder de Hamas como administrador civil que es el esfuerzo al que ha estado dedicado el movimiento terrorista, presionando a la población civil a obedecer las instrucciones que entrega como también funciones de policía y una fuerte participación en el mercado negro de alimentos para la población gazatí a través del robo y acaparamiento que se hace, a través del asalto a los camiones que ingresan.
Un incidente de este tipo podría hacer saltar en el aire el actual acuerdo, pero presumo que durará más de un mes, y con suerte, aún más tiempo. En Qatar y Egipto estas reuniones tuvieron lugar en salas deferentes para la delegación israelí y la de Hamas, por lo que no se ha sabido de encuentros cara a cara.
Sin embargo, el objetivo de hacer una pausa en Gaza se obtuvo. Quizás allí no veremos guerra en el futuro cercano, pero todavía no habrá nada de paz. Lo que desencadenó Hamas fue un conflicto que hizo equivocarse a mucha gente en torno al nombre por el que sería recordado en la historia. Apareció como una guerra más entre Israel y palestinos, pero a medida que fue mas visible el rol de Irán y sus proxis, fue cada vez más una entre la Yihad y occidente, donde Israel lo enfrentó con poca comprensión de los europeos y parte de EEUU en torno a lo que significaba y representaba.
A mi juicio, este año 2025 Gaza perderá protagonismo en las noticias que surgen de la región para ser crecientemente reemplazada por la posibilidad de que en conjunto EEUU, Israel y los países árabes sunitas le presenten un ultimátum a Irán para que abandone su programa nuclear, tal como EEUU lo hiciera con éxito con los programas de Sudáfrica, Argentina y las ex repúblicas soviéticas, donde además, Ucrania y Bielorrusia entregaron las armas y cohetes con carga nuclear de la que disponían en aquel entonces.
Es difícil que Israel, árabes sunitas y EEUU vuelvan a encontrar a un Irán más débil que el actual, obra fundamental de Israel por sus victorias sobre sus proxis en el Líbano y Gaza como también en los enfrentamientos directos que sostuvieron el año pasado. Por lo demás, los ayatolas siempre han dado muestra que lo más importante para ellos es seguir controlando Irán, para desde allí desarrollarse como líder del islam chiita.
Este año 2025 debiera haber un esfuerzo internacional para avanzar en el Estado palestino, idealmente con un interlocutor que acepte la existencia de Israel como Estado judío y un socio para la paz, para lo que no ha sido posible, un Estado al lado del otro, y no en vez del otro, como ha sido más de una vez la posición de quienes han liderado a los palestinos, desperdiciando no solo el acuerdo de 1948, sino también varias oportunidades posteriores.
Relacionado con estos hechos fundamentales, es probable que este 2025 seamos testigos de una serie de situaciones de gran significación que van a tener lugar en la región.
De partida, en Israel, de mantenerse el presente Acuerdo, Netanyahu debiera dar por finalizada la campaña de Gaza, lo que debiera iniciar la búsqueda de un gobierno para Gaza y su reconstrucción, para mí, idealmente con la participación de los países árabes sunitas y la Autoridad Palestina, a cargo de la administración civil e Israel manteniendo una presencia militar, una especie de corredor Filadelfia para evitar otro 7 de octubre.
Segundo, seguramente este 2025 veremos la formación de una Comisión investigadora, del más alto nivel, del enorme fracaso que representó para Israel el 7 de octubre, y que a diferencia de la de 1973, no solo se investigue a los representantes políticos, sino también el desempeño de los altos mandos de seguridad y las fuerzas armadas. Probablemente, ello transitará en paralelo al juicio pospuesto a Benjamín Netanyahu como también conoceremos la sentencia respectiva, sea de culpabilidad o de absolución.
En tercer lugar, Siria generará mucho material noticioso, si de su interior surgen situaciones que afecten a otros países de la región, sobre todo, si quienes derribaron a Al Assad, recaen en sus viejas trayectorias yihadistas. Para Israel, el escenario de mayor temor es si el predominio de la Turquía de Erdogan en la nueva Siria, conduce hacia una confrontación con Israel, lo que podría ocasionar un conflicto que asemeje al que podría provocar Irán si intentara controlar a la monarquía hachemita de Jordania. En el escenario más favorable, de todas maneras, se puede provocar un escenario de preocupación para la seguridad del país, sobre todo, si Turquía buscara eliminar la mayor cantidad de kurdos que le sea posible en Siria e Irak.
Por último, el 2025 debiéramos ser testigos de una normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita, que seria un hecho de la mayor importancia, con impacto en que Israel sea aceptado como parte del medio oriente y un tratado de paz entre Arabia Saudita e Israel.
En conclusión, el presente acuerdo dice que Hamas logro sobrevivir, y como tantas otras veces, Israel tuvo éxito en lo militar, pero no en lo político. Es una vieja historia, que por si sola muestra lo que funciona bien y aquellos en lo que el país reiteradamente ha fracasado. También, una muestra que, aunque gane en lo militar, en lo político, al final, el relato triunfador puede ser aquel de los adversarios de Israel.
Malo este resultado también para Netanyahu, que uno de los objetivos que tuvo en mente al ingresar a Gaza no se cumplió, a pesar de logros militares que superaron, por su dificultad, a aquellos de la mítica Guerra de los 6 Días de 1967 Sin embargo, la firma de este Acuerdo y las etapas siguientes, le van a permitir a Hamas decir que está viva, sobre todo, si la Autoridad Palestina a quien expulsó violentamente del enclave, se ha seguido debilitando por la corrupción en el manejo de tantos recursos que desde el exterior les han sido entregados, con el mirar a otro lado, de tanto dirigente político occidental como también de medios de comunicación europeos y estadounidenses que también han mirado hacia el lado no solo por esta corrupción, sino además por la violación de derechos humanos que se han cometido contra los palestinos, fijándose exclusivamente en Israel.
En lo personal, pienso que la amenaza iraní es de la gravedad suficiente para que se fortalezca la relación entre los países árabes e Israel, con enormes beneficios para el conjunto del medio oriente, sobre todo, si de aquí surge una alianza que reemplace el rol negativo que están cumpliendo instituciones como las Naciones Unidas y los países europeos herederos del viejo colonialismo, es decir, quienes crearon el problema en primer lugar, por lo que estoy convencido que mejores cosas pueden venir si la participación de Europa y de las Naciones Unidas, es más marginal que relevante.
@israelzipper - Máster y PhD en Ciencia Politica, U. de Essex (Inglaterra), Licenciado en Derecho, U. de Barcelona (España), Abogado (U. de Chile), excandidato presidencial (Chile, 2013)