La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comunicó este jueves durante la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE), celebrada en Bruselas, que la firma del esperado acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur no se realizará este sábado como estaba previsto, sino que se ha aplazado hasta enero, en una fecha aún por definir. El anuncio fue realizado durante una cena dedicada a las cuestiones de geoeconomía y competitividad, según informaron fuentes europeas a las agencias AFP, EFE y Europa Press, tras recibir presiones de países como Francia e Italia para posponer el acuerdo.
El tratado, que lleva 25 años en negociación, preveía su rúbrica oficial el 20 de diciembre en el marco de una cumbre en Foz de Iguazú, Brasil, apenas unos días después del aniversario del cierre de las negociaciones en Montevideo. La Comisión Europea, encargada de representar a los 27 Estados miembros en materia comercial, había condicionado la firma a la obtención de un mandato por mayoría cualificada de los países de la UE. Según fuentes diplomáticas citadas por AFP, la resistencia manifestada por Francia, con el presidente Emmanuel Macron aduciendo que el acuerdo todavía no era aceptable para su país, y las dudas de última hora del gobierno italiano, bloquearon la obtención del aval necesario.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, comunicó este jueves al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que Italia veía “prematuro” firmar el pacto en las condiciones actuales, aunque se declaró dispuesta a hacerlo una vez resueltas las preocupaciones de los agricultores italianos. Fuentes diplomáticas indicaron que, tras una conversación telefónica entre ambos mandatarios, el aplazamiento se aceptó como una solución provisional, abriéndose la posibilidad de reprogramar la firma para principios de enero de 2026. La decisión fue notificada formalmente a los países del Mercosur, que también habían sido informados de la suspensión de la votación prevista en el Consejo de la UE.
Las principales objeciones giran en torno a la falta de garantías para proteger los mercados europeos frente a importaciones consideradas más competitivas por sus menores exigencias normativas, especialmente en sectores agrícolas sensibles como la carne y la soja. Para obtener el respaldo de Roma, se negoció una serie de salvaguardas acordadas entre el Consejo y el Parlamento Europeo, que permitirían monitorear mercados y suspender importaciones ante “fuertes distorsiones”, aunque estas medidas no estarán vigentes antes de enero. Macron también condicionó el visto bueno francés a la concreción de tales instrumentos y al refuerzo de controles aduaneros, iniciativas aún en fase de desarrollo en Bruselas.
El retraso fue recibido como un revés por la propia Comisión Europea, así como por países como Alemania, España y los nórdicos, según señalaron fuentes diplomáticas a AFP. La presidencia brasileña del Mercosur había advertido que no habría más oportunidad de acuerdo si no se concretaba la firma este fin de semana, pero el bloque latinoamericano aceptó el aplazamiento a enero.
Paralelamente, miles de agricultores se manifestaron este jueves en Bruselas, al margen de la cumbre europea, expresando un rechazo frontal al acuerdo. De acuerdo con la policía local y la organización Copa-Cogeca, la principal agrupación agrícola de Europa, participaron más de 7.300 personas y cerca de un millar de tractores, bloqueando varios accesos al distrito de las instituciones europeas. Las protestas, que incluyeron la quema de neumáticos y el lanzamiento de productos agrícolas, se centraron no solo en el tratado comercial, sino en críticas a las tasas sobre fertilizantes y al proceso de reforma de la Política Agrícola Común (PAC).
Algunos participantes, como la agricultora francesa Florence Pellissier, denunciaron la “competencia desleal” de productos importados que, según afirmaron a AFP, se cultivan con sustancias prohibidas en Europa. El ganadero belga Maxime Mabille acusó a von der Leyen de tratar de “imponer el acuerdo por la fuerza”. Tras reunirse por la mañana con una delegación de Copa-Cogeca, von der Leyen afirmó en la red X que “Europa siempre estará a su lado”.
En opinión de muchos manifestantes, los países de Mercosur no respetan los estándares medioambientales y sociales exigidos en la UE, lo que permitiría a los productores latinoamericanos competir a precios inferiores. Estas reclamaciones se suman a la preocupación de que las reformas de la PAC supongan un recorte en las ayudas al sector, en un escenario que mantiene en vilo la aprobación definitiva del mayor tratado de libre comercio negociado por la Unión Europea.
(Con información de AFP, Europa Press y EFE)
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