La Policía de Nueva Gales del Sur (NSW Police) desplegó este jueves un amplio operativo en el barrio de Liverpool, al suroeste de Sídney, tras recibir información sobre la presunta planificación de un acto violento en la zona. El operativo, que incluyó la participación de unidades tácticas armadas y equipadas con indumentaria de tipo militar, concluyó con la detención de al menos tres personas, según informó el cuerpo de seguridad. Las autoridades confirmaron que siete hombres colaboran con la policía en el marco de la investigación.
En un comunicado, la Policía estatal señaló que “el operativo policial en la calle George, en Liverpool, al suroeste de Sídney, ha concluido. La policía de Operaciones Tácticas respondió a la información recibida sobre la posible planificación de un acto violento”, sin aportar más detalles sobre la situación ni precisar si se habían producido las detenciones mencionadas por la prensa.
La Policía de Nueva Gales del Sur subrayó que no existe un riesgo en curso para la comunidad y aclaró que “hasta el momento, la Policía no ha identificado ninguna conexión con la investigación policial actual sobre el atentado terrorista de Bondi Beach”, perpetrado el pasado domingo en el este de la ciudad. El barrio de Liverpool se ubica a unos cinco kilómetros de Bonnyrigg, donde residían los dos presuntos atacantes responsables del ataque en Bondi.
El operativo incluyó la interceptación de dos vehículos. Un todoterreno policial embistió a un automóvil blanco ocupado por tres personas. Tras el impacto, los agentes descendieron rápidamente y ordenaron a los ocupantes tumbarse en la acera, inmovilizándolos con las manos atadas a la espalda. Imágenes difundidas en redes sociales mostraron la presencia de patrullas del escuadrón antidisturbios y a varios detenidos en el suelo, mientras se establecía un cordón de seguridad. Uno de los arrestados presentaba una herida sangrante en la cabeza, según las imágenes difundidas por la prensa.
Como parte del dispositivo, se procedió al cierre preventivo de varios negocios cercanos, entre ellos un centro médico, según medios australianos.
El contexto de este despliegue coincide con la conmoción provocada por el reciente ataque antisemita en la playa de Bondi, donde el domingo pasado dos hombres, padre e hijo, mataron a 15 personas antes de que uno de los perpetradores fuera abatido por las fuerzas de seguridad. El otro atacante continúa hospitalizado.
Tras los hechos de Bondi Beach, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció este jueves ante el Parlamento un paquete de reformas legales para combatir la radicalización y el discurso de odio. Albanese indicó que el fiscal general y el ministro del Interior trabajarán en medidas que contemplan la creación de delitos agravados de discurso de odio para líderes y predicadores, además del endurecimiento de las penas por expresiones públicas que inciten a la violencia, junto con nuevas herramientas para cancelar o rechazar visados a quienes promuevan el odio.

