
El gobierno de Estados Unidos anunció este viernes la incorporación a su lista negra de sanciones de dos personas vinculadas con las bandas armadas que operan en Haití, como parte de sus esfuerzos por frenar la creciente violencia e inestabilidad en el país caribeño.
Entre los sancionados figura Dimitri Herard, antiguo miembro de la Policía haitiana relacionado con el asesinato en 2021 del entonces presidente Jovenel Moise, y quien logró escapar de prisión el año pasado. La medida alcanza también a Kempes Sanon, señalado como líder de la banda Bel Air e integrante destacado de la coalición armada Viv Ansanm.
Por su parte, Bradley T. Smith, director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), subrayó el compromiso de Estados Unidos de mantener la presión sobre quienes atentan contra la seguridad en Haití. Smith advirtió que proseguirán los esfuerzos “para que rindan cuentas las bandas terroristas violentas que ponen en peligro a la población haitiana”, a las que responsabilizó de conducir una “campaña de violencia, extorsión y terrorismo”.
La situación en Haití se caracteriza por un alto grado de inestabilidad debido al prolongado vacío de poder y la falta de garantías de seguridad. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), se estima que en el territorio circulan unas 500.000 armas ilegales, pese al embargo vigente sobre el país. Esta proliferación de armamento ha facilitado el auge de agrupaciones criminales y el repunte de la violencia callejera.

El agravamiento del conflicto ha impactado directamente la crisis humanitaria. Datos recientes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revelan que más de 1,4 millones de personas se encuentran desplazadas internamente en Haití, un máximo histórico que representa un aumento del 36% respecto a las cifras registradas a finales de 2024.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el 30 de septiembre una resolución impulsada por Estados Unidos que autoriza el despliegue de la Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF), en reemplazo de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS).
La MSS, desplegada el año pasado bajo liderazgo de Kenia, no logró resultados concretos en su intento por contener la violencia en Haití. Según informó la propia misión este miércoles, la GSF ya inició operaciones en el país, evaluando los modelos operativos para asegurar una transición ordenada y la continuidad de las acciones de seguridad.
Con esta medida, la MSS pone fin a su presencia en Haití, un país que registró más de 4.000 homicidios en el primer semestre del año, en medio de una profunda crisis política y social.
(Con información de Europa Press)