
Camiones con ayuda humanitaria comenzaron a ingresar a Gaza este miércoles, luego de que las autoridades israelíes retomaran los preparativos para reabrir el paso de Rafah ante la devolución de cuerpos de rehenes por parte del grupo terrorista Hamas.
Durante varios días, las tensiones por la lentitud en la repatriación de los restos amenazaron la estabilidad de la tregua, pero la entrega nocturna de más cadáveres permitió a ambas partes avanzar en los acuerdos y destrabar la llegada de suministros vitales para la población gazatí.
Un funcionario israelí informó que se estaban organizando los preparativos técnicos y de seguridad para habilitar el cruce de Rafah a los residentes de Gaza y posibilitar la entrada diaria de hasta 600 camiones con provisiones, cifra contemplada en los términos del acuerdo de alto el fuego.
Sin embargo, se desconoce si el convoy de ayuda autorizado desde Egipto completó el ingreso previsto, ya que la situación en el cruce dependía de la evolución de las entregas y la coordinación entre ambos lados de la frontera.
En paralelo a estos movimientos logísticos, Hamas confirmó la entrega de otros cuerpos de rehenes y anunció que al menos dos más serían entregados a última hora de este miércoles. El conflicto en torno a la repatriación de restos de cautivos israelíes resulta un punto crítico en el desarrollo del acuerdo bilateral alcanzado bajo mediación internacional, ya que la devolución de todos los cuerpos sigue siendo una exigencia central para el gobierno de Israel.
Según el último recuento, 21 cuerpos de rehenes permanecen en Gaza y parte de ellos podrían estar bajo escombros o en áreas de difícil acceso tras los combates.
El acuerdo requiere, además, que Israel proceda a la devolución de restos de palestinos muertos durante el conflicto. Las autoridades sanitarias de Gaza confirmaron este martes la recepción de 45 cadáveres para su identificación, en el marco del compromiso para la repatriación de 360 cuerpos.
Al margen del intercambio de cuerpos, el contexto en Gaza sigue marcado por una crisis humanitaria sin precedentes. Millones de habitantes han sido desplazados de sus hogares, las infraestructuras básicas colapsan y se reportan niveles críticos de hambre y desabastecimiento.
Tom Fletcher, coordinador de emergencias de Naciones Unidas, afirmó que “autorizar el ingreso de 600 camiones diarios es un avance, pero sigue siendo insuficiente para responder a la magnitud de las necesidades”. Según la ONU, casi 190.000 toneladas de ayuda siguen detenidas a la espera de autorización para su entrega.
La posible reapertura del paso de Rafah para civiles se barajaba para el jueves, bajo supervisión de una misión europea y con la implicación de la Autoridad Palestina en la gestión, aunque no se precisaron restricciones o fechas concretas para el flujo de personas. Operativos humanitarios también continuaban en el cruce de Kerem Shalom y otros puntos fronterizos, sometidos a inspección israelí.
La tregua vigente, resultado de negociaciones coordinadas por Estados Unidos y otros actores internacionales, detuvo dos años de enfrentamientos intensos. No obstante, persisten desafíos considerables para la estabilidad. Israel condiciona futuras fases del cese al fuego a que Hamas entregue sus armas y ceda el poder, puntos que el grupo islamista ha rechazado hasta ahora. Los detalles sobre la gobernanza de Gaza en el futuro, la posible formación de una fuerza internacional de estabilización y los pasos hacia un Estado palestino aún no se han definido.
Tensiones adicionales surgieron a raíz de la reciente represión de Hamas contra clanes locales y supuestos colaboradores, incluyendo ejecuciones públicas condenadas por la Autoridad Palestina. Organizaciones internacionales y líderes extranjeros han expresado preocupación por el uso de la violencia, exigiendo el respeto de los derechos humanos y el fin de represalias internas.
(Con información de Reuters)