
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, viajó este lunes a Washington para reunirse el martes con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El objetivo es claro, aunque difícil de alcanzar: arrancar concesiones en los aranceles que están asfixiando a la economía canadiense.
El Gobierno canadiense presentó la visita como un simple “viaje de trabajo”. Según funcionarios citados por la prensa local, no se esperan grandes avances. Es la segunda vez que Carney viaja a la Casa Blanca desde que asumió en abril, pero en esta ocasión las expectativas son bajas.
El primer ministro aspira, en el mejor de los casos, a obtener alivios parciales sobre el gravamen del 50 % al acero canadiense. Una concesión en ese frente podría abrir la puerta a futuras negociaciones sobre productos igualmente golpeados, como el aluminio o los automóviles.
La propia Casa Blanca ha admitido que el tema central será el comercio. “Estoy segura de que el comercio será un tema de discusión mañana y también otros asuntos que enfrentan tanto Canadá como Estados Unidos. Sé que el presidente (Trump) espera con interés conversar con el primer ministro Mark Carney”, declaró la portavoz Karoline Leavitt.
Economía en retroceso y presión política
Los aranceles de Trump ya muestran un fuerte impacto en Canadá: la economía se contrajo un 0,4 % en el segundo trimestre, arrastrada por la caída de las exportaciones. El golpe no es solo económico, también político.
Carney, que sucedió a Justin Trudeau en marzo, había prometido una respuesta firme a las medidas de Trump y a lo que calificó como amenazas a la soberanía canadiense. Incluso respondió inicialmente con aranceles de represalia, pero en agosto Ottawa se vio forzada a retirarlos sin obtener concesiones a cambio, lo que debilitó su posición.
El líder conservador Pierre Poilievre lanzó este lunes un ataque directo contra Carney en una carta en la que lo acusó de incumplir sus compromisos electorales.“Los aranceles de Estados Unidos a Canadá son ahora el doble de altos que cuando fue elegido diciendo que los eliminaría”, escribió, para rematar: “Basta de perder. Ha llegado el momento de cumplir con las victorias prometidas”.
Los analistas coinciden en que el primer ministro no puede seguir esperando resultados diferidos hasta la revisión del T-MEC en 2026, sino que debe demostrar avances concretos en las próximas semanas. Según Nanos Research, el Partido Liberal pierde terreno ante el electorado debido a la incertidumbre económica. El director de la firma, Nik Nanos, explicó que los canadienses muestran cada vez más impaciencia con Carney ante la falta de resultados tangibles.
En este escenario, la visita a Washington se convierte en un examen político tanto como económico. Carney llega con poco margen de maniobra, consciente de que cualquier mínima concesión podrá ser presentada como un logro, pero también de que un nuevo revés podría profundizar la erosión de su liderazgo.
(Con información de EFE)