La llegada del primer ministro israelí a la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York provocó una reacción inmediata: delegados de varios países optaron por abandonar la sala justo cuando el mandatario se disponía a intervenir en la cuarta jornada de la asamblea anual de jefes de Estado. Este gesto marcó el inicio de una sesión en la que el líder israelí centró su discurso en la situación actual en Medio Oriente.
Durante su intervención, Benjamin Netanyahu abordó la estrategia de su gobierno respecto a la ofensiva final contra Hamas, subrayando la determinación de Israel en este conflicto.
El primer ministro dedicó parte de su alocución a rememorar los ataques del 7 de octubre, hechos que, según su exposición, continúan influyendo en la política de seguridad israelí y en la postura internacional frente al grupo palestino.

Para reforzar sus argumentos, Netanyahu recurrió a la exhibición de mapas y carteles. Estas herramientas visuales sirvieron para ilustrar tanto la dimensión del conflicto como las preguntas que el mandatario dirigió a los representantes que permanecieron en la sala.
Con este recurso, buscó enfatizar los desafíos que enfrenta Israel y plantear interrogantes sobre la respuesta de la comunidad internacional ante la situación en la región.
Netanyahu, insistió ante la Asamblea de la ONU en que Israel no reconocerá un Estado palestino. “Es una locura y no lo haremos”, dijo y recalcó que no cometerá un “suicidio nacional” haciéndolo.
“Mi posición contra un Estado palestino es la política del Estado y de la población del Estado de Israel”, explicó y añadió que hacerlo sería “recompensar a los fanáticos que apoyaron” el 7 de octubre.
La Autoridad Palestina es una institución “corrupta hasta la médula”, acusó Netanyahu, días después de que varios países occidentales, como Reino Unido, Canadá y Australia, se añadieran al reconocimiento de Palestina como Estado.
El premier israelí, afirmó que su discurso se está retransmitiendo en vivo en los teléfonos móviles de los gazatíes, para que lo escuchen los líderes de Hamas y los que mantienen cautivos a los rehenes.
“Ahora digo, deponed las armas, dejad a mi gente en libertad”, añadió.
El primer ministro destacó la reciente campaña militar en Gaza y la lucha en múltiples frentes. “Gracias a la determinación de nuestro pueblo y la valentía de nuestros soldados, Israel consiguió una de las victorias más importantes de su historia. Pero no hemos terminado. Los restos de Hamas están en la ciudad de Gaza. Israel tiene que terminar la tarea y hacerlo lo más rápido que se pueda”, indicó.
Netanyahu dedicó palabras directas a los rehenes israelíes capturados por Hamas, tras comentar que el Ejército logró poner altavoces para que sigan su discurso en la ONU: “Héroes, les habla el primer ministro desde las Naciones Unidas. El pueblo de Israel está con ustedes. No vamos a descansar hasta que los traigamos a todos a casa”. Y lanzó un ultimátum al liderazgo de la organización: “Dejen las armas y liberen a los rehenes ahora. Si lo hacen, vivirán. Si no, Israel los encontrará”.
Frente a los señalamientos sobre la ofensiva en Gaza y las denuncias de ataques a civiles, Netanyahu aseguró: “Adoptamos más medidas para minimizar las bajas civiles que cualquier otro ejército en la historia”. Detalló el empleo de folletos y llamadas para evacuar la ciudad antes del avance militar y acusó a Hamas de utilizar a los civiles como “escudos humanos”.