De embalse de aguas residuales a balneario turístico: así planea Roma la recuperación del Tíber

La intervención en uno de los cursos fluviales más emblemáticos de Europa para revertir años de deterioro plantea un gran número de desafíos. Cómo será este espacio construido para la convivencia y el encuentro comunitario

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Roma lanza un plan integral
Roma lanza un plan integral para limpiar el Tíber y restaurar su valor ecológico y social (AP foto/Kirsty Wigglesworth)

La ciudad de Roma anunció su decisión de transformar el Tíber en un río apto para el baño. La noticia fue comunicada por la alcadía, el Ministerio de Medio Ambiente y la Región del Lacio en el marco de la Expo 2025 de Osaka, Japón. Las instituciones señalaron que trabajan en un plan para analizar la viabilidad técnica y económica del proyecto de saneamiento. La propuesta tiene como fin transformar las condiciones ambientales del río y asegurar que exista un tramo adecuado para actividades recreativas en 2030.

Conforme detalló Noticias Ambientales, la iniciativa tiene como prioridad invertir el curso de años de contaminación y abandono. El propósito es restaurar el rol ecológico y social del Tíber, elevar su valor como sitio de patrimonio natural y asegurar un entorno más saludable tanto para la ciudadanía como para el ecosistema acuático. El programa coloca al Tíber en el centro de una nueva estrategia ambiental y urbana, destinada no solo a recuperar un área para disfrute social, sino también a devolver vitalidad a un entorno deteriorado.

De acuerdo con Euronews, el enfoque del proyecto comprende diferencias notorias respecto a planes similares en otros países europeos. El modelo surge al comparar el caso del Sena, en París, que requirió una inversión muy elevada por el alto nivel de contaminación acumulada. Las autoridades de Roma explicaron que la estimación de inversión para el Tíber sería más baja, aunque se mantienen varios desafíos críticos. Las zonas donde confluyen descargas sin tratamiento superan los estándares de calidad de agua, lo que impide declarar el río completamente apto para el baño.

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El proyecto busca que el Tíber sea apto para el baño y espacio recreativo en 2030 (Wikimedia)

Uno de los puntos señalados como prioridad es la desembocadura del río Aniene. Según Noticias Ambientales, allí se registra una de las mayores fuentes de contaminación. El agua que proviene del Aniene eleva la carga de sustancias tóxicas y dificulta el cumplimiento de los parámetros ambientales necesarios. La Policía Metropolitana, según la fuente, lleva a cabo operativos y controles sobre los vertidos en esta zona, incluidos los puntos fuera de los límites de la ciudad, con un objetivo central: suprimir las causas principales de la polución y asegurar así mejoras reales y cuantificables.

El programa italiano establece como horizonte el año 2030 para declarar el Tíber libre de contaminación. Conforme a los estudios más recientes citados por Noticias Ambientales, la calidad del agua registra diferencias según cada segmento. En las zonas más altas del río, los niveles actuales se consideran aceptables, pero al acercarse al punto de confluencia con el Aniene, las pruebas de laboratorio muestran valores que superan el límite permitido para actividades recreativas.

Según la información oficial, el problema principal radica en la afluencia de aguas residuales sin tratamiento industrial ni doméstico. Las bacterias y sustancias químicas afectan de forma directa la aptitud del río para cualquier uso social. Sumado a esto, los residuos sólidos y los plásticos empeoran el cuadro ambiental. La presencia de basura visible resulta un factor negativo que perjudica la vida animal y limita el disfrute del espacio natural.

La desembocadura del río Aniene
La desembocadura del río Aniene es identificada como el principal foco de contaminación del Tíber (Wikimedia)

De acuerdo con Noticias Ambientales, la solución propuesta incluye un refuerzo en las instalaciones de tratamiento de aguas residuales, la supresión de conexiones clandestinas de desagües y la rehabilitación de áreas adyacentes al río. Las autoridades planean cumplir con un monitoreo constante, fundamental para verificar el resultado de las medidas y sostener la seguridad sanitaria a lo largo del tiempo.

El proyecto en Roma toma como ejemplo el proceso realizado en París, donde el Sena recuperó condiciones para el baño después de más de un siglo sin habilitación oficial para tal fin. Según Noticias Ambientales, la administración de la capital francesa invirtió una suma importante y desarrolló un plan integral de saneamiento. El cambio inmediato se percibió en la calidad del agua, lo que permitió una reapertura esperada tanto por la población local como por los turistas.

Roma expresó su intención de adaptar el modelo parisino a su propia realidad geográfica y social. Según la fuente, el objetivo es establecer un calendario de intervenciones técnicas y urbanísticas. El cronograma prevé la participación de la comunidad científica y la búsqueda de consenso con actores sociales y entidades estatales. Todo apunta a una mejora tangible en el corto y mediano plazo y a la construcción de un río no solo limpio, sino también valorado en cuanto a su historia y función social.

La estrategia contempla implicaciones más allá del aspecto ambiental. La administración destaca que el acceso al Tíber como espacio seguro simbolizará un cambio en la interacción ciudadana con el entorno natural. Conforme a la experiencia internacional, el éxito del saneamiento podría ofrecer un ejemplo replicable para otras ciudades que enfrentan desafíos similares.

El plan incluye refuerzo en
El plan incluye refuerzo en el tratamiento de aguas residuales y eliminación de vertidos ilegales EFE/Toni Conde

El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, subrayó la existencia de un grupo de expertos con responsables políticos y técnicos del Gobierno y la Región del Lacio. El equipo ya definió varias acciones claves y planifica la secuencia de inversiones necesarias.

Parte del análisis reveló que algunos sectores del Tíber ya cumplen con los parámetros para el baño. No obstante, el objetivo es alcanzar condiciones óptimas en toda la cuenca, sobre todo en los tramos críticos.

Entre las prioridades figuran la vigilancia constante a través de la Policía Metropolitana, la mejora en el tratamiento de vertidos y el apoyo de la comunidad científica para calibrar los avances. Según el propio Gualtieri, la meta se considera viable a partir de los primeros estudios realizados y del plan de acción ya en marcha.

La recuperación del Tíber supone una oportunidad para Roma de reconciliarse con un símbolo de su historia urbana. Si la propuesta alcanza su meta en 2030, la capital italiana demostrará que es posible revalorizar los ríos urbanos y adaptarse a estándares actuales de sostenibilidad.